Coronavirus: dueños de súper chinos se aíslan por prevención cuando vuelven al país y temen caída de ventas
La condición de país de origen de la enfermedad, y su continuidad como epicentro, hacen que cualquier movimiento de los habitantes de China resulte de relevancia e impacta en las empresas de ese origen.
En esa dirección, y dada su extendida presencia comercial en la Argentina, los representantes del supermercadismo chino vienen siguiendo de cerca lo que ocurre con los empresarios y empleados de la actividad que, tras visitar el gigante asiático, luego emprenden el regreso a nuestro territorio.
Como respuesta de base, activaron un protocolo interno con el fin de desarticular cualquier posibilidad de infección o contagio de coronavirus. En simultáneo, acordaron que los viajeros, una vez instalados nuevamente en el país, se aíslen de forma preventiva en sus respectivos hogares por el lapso de 15 días.
Entre las organizaciones asiáticas existe un pacto de no comunicar estas acciones para, indicaron a iProfesional fuentes del rubro consultadas, "no aportar más dramatismo a lo que se puede entender como una paranoia social cada vez más exacerbada".
El protocolo vigente para los supermercados chinos se activó a fines de enero y alcanza a todos los puntos de venta, incluso en el interior de la Argentina. Las pautas estipuladas contemplan desde la clausura de cualquier tipo de encuentro o reunión con personas recién llegadas de China hasta la limitación en las formas de saludar.
"En China se está volviendo común comenzar a saludar con un beso, por ejemplo. Y, por supuesto, que está la general de darse la mano. Bueno, todo eso debe evitarse, según lo dispuesto en el protocolo. Llegamos a un acuerdo en el que definimos que tenemos que enfocarnos en la prevención", dijo a iProfesional Yolanda Durán, titular de la cámara CEDEAPSA.
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"Por supuesto que todos tenemos miedo y ponemos el esfuerzo en el cuidado y el respeto. La decisión de aislarse que aplicaron muchos empresarios fue incluso por voluntad propia, antes de que se pensara siquiera en el protocolo. También es real que muchos de los dueños de supermercados que viajaron a China el año pasado todavía no regresaron", añadió. Para luego destacar: "Lo curioso es que el virus llegó al país por un argentino y proveniente de Europa".
Desde otras organizaciones vinculadas a los autoservicios orientales confirmaron la vigencia del protocolo y expusieron, además, que los mecanismos de prevención hoy predominan en la interna de las compañías chinas con actividad comercial en la Argentina.
"Los ciudadanos chinos están tomando recaudos permanentes, incluso más que los mismos argentinos. También hay reglas no escritas, como el hecho de quedarse en casa por lo menos dos semanas si uno recién regresa de China. Muchas compañías instaladas en Puerto Madero, por ejemplo, impusieron el aislamiento para varios de sus gerentes recién arribados al país", sostuvo ante iProfesional otro referente del supermercadismo oriental.
"No se difunde porque está el temor de que las autoridades presenten alguna queja y nos señalen como generadores de más paranoia. Pero los empresarios y los empleados chinos vienen adoptando muchas más medidas de lo que la gente piensa. La principal son esos 15 días en los que un arribado a la Argentina no puede interactuar con nadie. Esa es la pauta básica, luego viene lo demás", aseguró.
Las ventas y el peligro de marginación
Consultadas respecto de cómo viene repercutiendo la preocupación social en torno al coronavirus en las ventas de los supermercados chinos, las fuentes interpeladas coincidieron en que hasta el momento el fantasma de la epidemia no afectó el rendimiento de los negocios.
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"A la hora de marginarnos, muchos están a la orden del día. Pero por fortuna hasta ahora no tenemos datos de que la gente haya dejado de ir a los comercios por la situación. La merma general, que viene del año pasado, tiene que ver con el escenario macroeconómico del país, el menor poder adquisitivo de las personas, antes que con el coronavirus", expresó Durán.
Otra voz del ámbito aseguró que "los clientes siguen comprando sin cambios", pero no descartó una afectación en el flujo si continúa instalándose la idea de que China es el único emisor del virus.
"Para muchos, ni siquiera la confirmación de que el primer caso proviene de Europa parece ser suficiente. Hoy por hoy, los rumores no afectan la venta, pero la persistencia puede tener algún efecto negativo en el mediano plazo. Esperamos romper con cualquier intento por estigmatizarnos", indicó la fuente en cuestión, en estricto "off the record".
Se siente en la balanza
Al margen de lo que ocurre con los comercios chinos, lo cierto es que la pandemia ya se hace sentir en los números económicos de la Argentina. Así, en las últimas horas se conoció que el volumen de carne vacuna exportado durante enero cayó 31 por ciento, especialmente debido a la restricción de la demanda del gigante asiático.
Según consignó la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), la baja obedeció a la merma de negocios con China, a causa de la renegociación de contratos, agravada después por el impacto del coronavirus sobre el comercio.
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Para Ciccra, en los dos primeros meses del año la cuarentena a la que se vieron sometidos los habitantes de varias ciudades chinas dificultó la logística de la distribución interna y el desembarco de los contenedores que continuaron llegando a China. En 2019, China se llevó el 75 por ciento de los embarques de carne del país y en el primer mes de 2020 adquirió el 72,6%, por 141,1 millones de dólares.
Al mismo tiempo, aumenta la incertidumbre respecto de qué ocurrirá con las miles de toneladas de trigo que, dada la decisión brasileña de privilegiar la compra de cereal estadounidense, los productores locales pensaban colocar en Asia durante la primera mitad de 2020.
En el ámbito industrial, en tanto, la preocupación está vinculada con la demora que viene evidenciando el ingreso de insumos tales como telas, químicos e incluso autopartes, que son fundamentales para completar procesos industriales.
"No es que de repente se paralizó el ingreso de componentes y materias primas, pero sí estamos viendo que se alargaron los tiempos y esto complica a las empresas", reconoció ante este medio una voz cercana a la Unión Industrial Argentina (UIA).
A esta sucesión de problemas hay que sumarle uno más: la depreciación que ya comenzaron a mostrar los precios de commodities y de insumos que son clave para el funcionamiento de la economía China. Se trata de un tema vital para la Argentina porque estos productos son los que generan más dólares.
"El escenario, tal como está, obliga a buscar mercados alternativos para los productos que más exporta la Argentina. Pero el problema es que ningún otro destino potencial paga tanto como China. Rusia, por ejemplo, podría ser una alternativa para los frigoríficos que despachan carne. Sin embargo, la realidad es que este país no está dispuesto a desembolsar lo mismo que ponen los asiáticos", comentó a iProfesional una fuente con llegada a CICCRA.