Máxima tensión: Guzmán y Axel Kicillof esperan veredicto de los bonistas tras la jugada de riesgo
El tiempo de la verdad se acerca. Los tenedores de los bonos de la Provincia de Buenos Aires (PBA) tienen tiempo hasta el mediodía de este miércoles para decidir si aceptan el pedido de esperar al primero de mayo para cobrar el vencimiento de capital de sus tenencias.
El aviso con el asunto "deadline" fue enviado el martes temprano a la casilla de correo electrónico de todos los inversores por parte del bufete de abogados internacionales Morrow Sodali, quien está trabajando con la Provincia.
Ahora sólo resta esperar el veredicto de la invitación que hizo Axel Kicillof a los bonistas. No hay medias tintas: si la Provincia no obtiene el 75% de adhesión para patear el vencimiento correrá tiempo de descuento para caer en default.
Ese incumplimiento "ensuciará" al Gobierno Nacional, que en las últimas horas se jugó abiertamente por la administración bonaerense. Sucede que un traspié de Axel Kicillof complicará al ministro de Economía, Martín Guzmán, que sacó de la galera una conferencia de prensa para oficializar el envío al Congreso de la "Ley de sostenibilidad de la deuda" pero que en realidad utilizó para darles un mensaje claro a los bonistas.
"Remarco que la Provincia está coordinando la estrategia con la Nación. No se lanzó sola. Mantenemos el principio de que se sirven los intereses pero no por mucho tiempo más. El país y la Provincia no están en condiciones de pagar el capital, no se puede. Lo que esperamos es que la Provincia se mantenga en su posición y que haya voluntad de los bonistas para una solución ordenada. Sino se van a perjudicar todas las partes", avisó Guzmán.
Y si bien el funcionario aclaró que no hay cláusula de aceleración cruzada entre la PBA y Nación, o sea que un default de Kicillof no dispararía la ruptura de los contratos con los bonistas a nivel nacional, el incumplimiento "generaría ruido".
"Y eso haría más desventajosa una reestructuración para los bonistas que si nos dieran tiempo", avisó Guzmán, claramente presionando a los grandes fondos -que tienen los bonos bonarenses- a que acepten el postergamiento del vencimiento.
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Una jugada de riesgo
La decisión del ministro de Economía de ponerse al frente de un eventual incumplimiento de la Provincia en caso de que el desenlace sea desfavorable es muy arriesgada. Si bien se cree en el mercado que una crisis no le sumaría a nadie, es imposible vaticinar qué harán los bonistas.
"Sería una idiotez si esto termina mal", dijo el gerente de un banco internacional que tiene lazos con varios de los fondos involucrados. La sensación en el mercado es que se está ante una partida de póker. Todos esconden sus cartas y juegan a confundir al rival.
Por un lado, sería insólito que la Provincia cayera en default por u$s250 millones (el capital del bono 2021 en cuestión). Más allá de la discusión acerca de si Kicillof tiene o no los recursos (hubo un cruce entre Hernán Lacunza y el gobernador por esto), lo cierto es que el efecto cascada para la administración bonaerense sería letal.
Si no logran el 75% de adhesión y el 26 de este mes no se paga el capital, corren diez días hasta que, técnicamente, haya que colocar en default a la Provincia.
Y los inversores con otros títulos de la administración de Kicillof podrían pedir la "aceleración" de los pagos. Esto es, al ver que se defaulteó un título, solicitar que se äbone de antemano el resto de la deuda (algo imposible de afrontar).
Las calificadoras de riesgo como Moody's tienen en revisión la nota de la PBA, lista para ser bajada si no resulta exitoso el consentimiento de los tenedores de bonos.
Durante el lunes circuló un rumor, luego desmentido, que hablaba de que Fidelity (el mayor tenedor de la deuda de la Provincia) había rechazado el pedido de esperar para cobrar.
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"El proceso continúa abierto, por lo que no se puede anticipar ningún resultado. La mecánica del proceso sólo permite avisar la aceptación, no el rechazo. Entendemos que en estos momentos proliferan rumores para afectar la buena fe y la transparencia del proceso", dijeron voceros de Kicillof a iProfesional.
Lo cierto es que el guiño de un puñado de grandes inversores ayudaría a destrabar la situación. Claro que si uno de los grandes (sea Fidelity u otro) decide no tomar la oferta, seguramente el resto tampoco lo hará.
"Si sumás los nueve grandes tenedores de bonos de la Provincia de Buenos Aires, tenés el 30% de la deuda. Estos nueve si quieren te bloquean el tema. Y Fidelity va a ser decisivo porque tiene el 16% del título", explicaba una fuente ligada a los tenedores de bonos provinciales.
En ese sentido, los inversores critican el poco tiempo que le dio la Provincia a los bonistas para decidirse (Kicillof lo anunció el 14 de este mes).
"Me cuesta creer que hayan tenido tiempo de evaluar la proposición. Acá entra mucha gente, abogados, y la Provincia ni siquiera tenía un banco para que actúe de interlocutor. Aparece un 'consent agent' que nadie sabe quién es. Estuvo todo muy atado con alambre el proceso", agregan fuentes cercanas a los fondos.
Escepticismo en el mercado
Oficialmente no hubo comunicación con respecto a cómo sigue el nivel de adhesión. A los bonistas los asesoran a nivel internacional el estudio Arnold & Porter, mientras que la pata local está cubierta por el estudio Bruchou, Fernández Madero y Lombardi. Se mantuvo silencio de radio desde ambos bufetes de abogados.
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La expectativa del mercado no es la mejor con el desenlace para la provincia. Una encuesta a inversores del Citi preguntando si creen que Kicillof alcanzará el "número mágico" con bonistas del título 2021 no es demasiado alentadora: el 52% dijo que defaulteará en enero, mientras que 24% indicó que se hará una mejor oferta que evitará ese escenario.
La especulación es que si el miércoles el resultado es adverso, la PBA podría prorrogar el plazo para recolectar adhesiones a la oferta y en simultáneo lanzar algún incentivo adicional para sumar voluntades.
Pero es arriesgado ese análisis teniendo en cuenta la negativa que el mismo ministro Guzmán dejó en su conferencia de prensa. No hay plata para nadie, dice el funcionario nacional.
De todas formas, algunos bancos están sugiriendo a sus clientes que sí acepten la invitación provincial. Barclays Capital es uno de ellos.
En un paper publicado el martes dicen que "creemos que los bonistas deberían aceptar la solicitud de consentimiento", ya que tienen pocas ventajas si la PBA cae en default y eso podría afectar la decisión del gobierno nacional con su reestructuración.
Además, dice Barclays, la Provincia no tiene muchos activos en el exterior que puedan ser embargados u otros mecanismos para que los bonistas cobren.
"Entrarían en varios años de litigio", les advierte. "Creemos que un default de la PBA tiene un efecto limitado en la reestructuración soberana", afirma la entidad.
Lo cierto es que lo que suceda a partir el miércoles al mediodía será clave para Kicillof, pero también para el ministro Guzmán.
El funcionario nacional fue quien quedó más expuesto de los dos: mientras que el gobernador viaja junto a la comitiva presidencial a Jerusalén, Guzmán puso la cara en conferencia de prensa para presionar a los bonistas y mostrar el respaldo Kicillof.
Por ahora, sigue la cuenta regresiva para ver si las cartas que esconde el Gobierno y la Provincia son las ganadoras o comenzará el tiempo de descuento para evitar un nuevo default.