PROGRAMA FINANCIERO

Nielsen arma equipo y lanza plan de seducción de acreedores para ofrecer nuevos bonos

Busca desactivar vencimientos en los primeros meses de Alberto. Entre bonos y letras en moneda local habría que pagar el equivalente a u$s18.000 millones
ECONOMÍA - 15 de Noviembre, 2019

Los tiempos se van acortando para tomar decisiones sobre la deuda. Y, en consecuencia, el equipo trabaja con Alberto Fernández está puliendo una estrategia para patear hacia adelante la gran mayoría de los vencimientos en pesos, incluidos bonos y Letras.

Buscan, en el lenguaje técnico, hacer un roll-over de los pasivos en moneda local para así evitarse un "re-reperfilamiento", que podría ser leído como un default encubierto.

Así, y en caso de que la iniciativa tenga quórum entre los tenedores de la deuda, emitirían nuevos bonos. El objetivo es asegurase que no tendrán que desembolsar pesos que vayan a presionar al mercado paralelo del dólar y que espiralicen la inflación.

Según pudo reconstruir iProfesional, Guillermo Nielsen (que, hoy por hoy, suena muy firme como futuro ministro de Hacienda y Finanzas) armó un equipo para sondear a los bancos, fondos comunes, compañías de seguros y otros actores grandes del mercado que tienen estos bonos.

Para eso, convocó a dos ex funcionarios de Finanzas durante el kirchnerismo: Adrián Cosentino y Germán Plessen, ex secretario y subsecretario, respectivamente, de esa área cuando Hernán Lorenzino ocupó el Ministerio de Economía.

Estos dos economistas, que ahora están en las filas de Nielsen (de hecho, abrió una oficina nueva para comenzar a trabajar los tres juntos) fueron quienes se empezaron a juntar con bancos y compañías de seguros. Esto viene ocurriendo hace dos o tres semanas, con la idea de sondear cuál sería el humor del mercado para lanzar una estrategia de este calibre. 

Pateando los vencimientos

Según cálculos de la consultora PxQ, de Emmanuel Alvarez Agis (quien sonaba para ocupar algún cargo en el nuevo gobierno pero cuya candidatura gradualmente fue perdiendo fuerza), los vencimientos para diciembre -o sea el mes de asunción de Fernández- ascienden al equivalente a u$s1.741 millones en instrumentos en pesos (letras y bonos).

En enero, ese número baja al equivalente a u$s918 millones; pero en febrero del año que viene vuelve a saltar hasta u$s3.030 millones. Y la peor parte recae en abril, cuando entre bonos en pesos y Letras habría que pagar el equivalente en pesos a u$s6.595 millones.

Sea como fuere, Fernández tiene vencimientos en moneda local por u$s18.000 millones entre diciembre y mayo del año próximo inclusive.

De ahí la necesidad de Nielsen y su equipo de intentar que el mercado le acepte patear los pagos hacia adelante mediante un nuevo bono. Desde una entidad que mantuvo reuniones con Cosentino (hombre que trascendió el kirchenrismo y se mantuvo un tiempo como asesor de Hacienda con Alfonso Prat Gay pero que últimamente estaba buscando negocios para la financiera Max Valores) contaron a iProfesional que "vinieron a sondearnos propuestas para el mercado local en pesos".

"Quieren que haya un roll-over al vencimiento de la deuda en pesos, toda. O sea, que le compremos un título nuevo para evitarse reperfilar lo reperfilado", confirmó la fuente.

De hecho, ya Cosentino tiene agendadas varias reuniones la semana que viene con gente del mercado para seguir adelantando esta propuesta. Todo esto surgió porque Nielsen cuenta con un estudio realizado sobre los tenedores de la deuda en pesos ley local (léase títulos públicos y letes) y por eso busca avanzar con los inversores institucionales, que son la gran mayoría.

"Ellos (por el equipo de Nielsen) quieren escuchar a ver qué necesitan estos acreedores para ver qué pueden ofrecerles. A las compañías de seguro podés encontrarle un bono que le calce con sus vencimientos a futuro. No es imposible. Además, cualquier cosa que les ofrezcan valdrá más que si se quedan con un bono que Alberto termina defaulteando", resumió otro allegado a las negociaciones entre las aseguradoras y los emisarios de Nielsen.

Un dato no menor en esta historia, cuentan en los pasillos de la City porteña, es la relación que tiene Alberto Fernández con varios de los popes del mercado asegurador argentino.

El presidente electo estuvo en la Superintendencia de Seguros durante los '90. "Estuvo 'in and out' durante toda esa década vinculado a las compañías de seguros. Conoce a la gran mayoría, no me extrañaría que justamente esas compañías, que además no manejan dinero propio sino de terceros, le den una mano", comentan en el sector. 

El foco en el mercado local

Lo cierto es que la estrategia de urgencia de Nielsen y su equipo es atacar el mercado interno. De hecho, llegan a las reuniones con banqueros diciendo que la idea es "levantar al mercado de capitales" local.

Saben que el financiamiento externo está y seguirá estando cerrado para la Argentina, y parte del plan sería empezar a colocar deuda entre inversores dentro de país. Un "vivir con lo nuestro" financiero.

Si bien Cosentino y Plessen, las nuevas adquisiciones, tienen expertise también en lo que es el mercado internacional (ambos trabajaron en la reapertura del canje de deuda en 2010 con Amado Boudou en Economía), saben que está bastante más difícil esa negociación.

En los bancos creen que, más tarde o más temprano, la deuda en dólares será completamente reestructurada. "Van a intentar hacer algo con los bonistas primero y después ir al Fondo. Por ende, no tendrán dólares para pagar y deberán ir a algo más agresivo", dicen en una de las entidades que mantuvo contactos con los nuevos asesores de Nielsen.

En ese sentido, y según los números de PxQ, pagar los vencimientos de deuda en dólares (bonos y letras) en los primeros cinco meses del próximo Gobierno alcanzaría la suma de casi u$s14.000 millones. Esto implicaría virtualmente dinamitar las reservas netas que dejará Guido Sandleris en el Banco Central con las que asumiría Fernández a partir de diciembre, en torno a los u$s11.000 millones.

La frazada es corta para Nielsen en su intento por desactivar los fuertes vencimientos de deuda. Los de pesos, intuyen en el mercado, serán más fáciles de refinanciar.

Pero el riesgo igualmente está: inclusive en caso de que el roll-over de la deuda en pesos "funcione", algo tendrán que emitir (porque alguno de los acreedores no tomará la oferta oficial). Lograr que esos pesos, más los que se planean crear por la "maquinita" para poner plata en el bolsillo a la gente y cumplir con las promesas electorales, no espiralicen la inflación o vayan al dólar paralelo, será una tarea no menor.

"Saben que tienen muchas restricciones: no pueden emitir demasiado, no tienen dólares, y hay muchos vencimientos en los primeros cuatro meses del 2020. Además, tenés la inflación volando. Por eso no hay espacio político para mucho ajuste, harán lo que puedan", dicen en los bancos.

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