¿Desdolarizar la economía?: queman los pesos en la mano y su demanda es la más baja en 18 años
La ex presidenta del Banco Central y ahora integrante del equipo económico de Alberto Fernández, Mercedes Marcó del Pont, planteó la "estrategia integral de desdolarización de la economía" para poder avanzar en una fase sostenida de "crecimiento y estabilidad".
Esa idea, de una de las personas que escucha el presidente electo, amplificó el debate entre los economistas profesionales. ¿Es posible hacer eso? ¿Lo plantea como un deseo en el largo plazo o está dejando entrever que habría que forzar la pesificación de la Argentina? Nadie sabe.
La economista que "formó" a dos "figuras" del albertismo como Matías Kulfas y Cecilia Todesca, cultivó más críticas que elogios por su idea de "desdolarizar" la economía argentina, claramente atada al dólar.
Los intentos, no solo del kirchnerismo sino también del macrismo con las tasas altas, fracasaron estrepitosamente. La demanda de pesos, al final del día, es muy baja en una economía que se piensa y se vive en dólares.
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Un muy interesante informe de GMA Capital plantea precisamente este problema. Dice que la demanda de dinero es la más baja en 18 años medida por el ratio M3 privado (el agregado M2 más los plazos fijos y otras inversiones en pesos) sobre PIB.
Y si emplean un agregado más transaccional como el M2 (que incluye los billetes y monedas en circulación y las cuentas a la vista), los argentinos demandan pesos como lo hacían en 1999 en tiempos de la Convertibilidad.
"Es decir, el apetito por el peso es tan bajo como cuando la economía era bimonetaria. A la luz de estos datos, hoy Argentina está dolarizada de facto", dice el paper de GMA Capital.
Así, continúa, el problema es más complejo que lo que pretende atender el control de cambios. De perpetuarse o agudizarse este escenario, los argentinos continuarán buscando destinos para desprenderse de los pesos.
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"Cada nuevo ajuste del cepo, no solo corre siempre desde atrás, sino que ahonda la huida del peso. Si el control de cambios no permite la salida por la vía financiera (atesoramiento de moneda extranjera), entonces la presión se dará eventualmente por el canal de la cuenta corriente", advierte.
Consumo de autos importados, viajes al exterior, consumos con tarjeta y adquisición de bienes de lujo son algunos ejemplos relacionados con síntomas de una enfermedad mucho más profunda y antigua que, más tarde o temprano, siempre genera distorsiones en la balanza de pagos, afirma la consultora.
Carlos Rodríguez, ex Jefe del Gabinete de Asesores del Ministro de Economía y como Secretario de Política Económica durante los '90, fue uno de los más críticos a la propuesta de Marcó del Pont.
Escribió en las redes que "todo esto es muy efectivo para generar más miedo en los mercados y dolarizar más la economía". "Así sube el dólar blue y siguen los retiros de depósitos en dólares. La Gendarmería no le va a alcanzar para pesificar la economía argentina", soltó Rodríguez, un "Chicago boy".
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Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres & Asociados, consideró que "desdolarizar" la economía no que se puede hacer en un mandato, menos si no hay un programa monetario y/o fiscal en marcha y mucho más improbable si la herramienta para desdolarizar la economía sea la fuerza. "A nadie le gusta ir a la cárcel, principalmente porque no podes salir", señaló.
"Desdolarizar la economía argentina es tarea a muy largo plazo. El problema está en el peso que ha destruido ahorros", agregó Spotorno.
En la misma, el economista Rodolfo Santángelo indicó que "lo primero que deberíamos saber sobre esa propuesta es sí la dolarización de la economía sería voluntaria o coercitiva. Si es voluntaria, será un intento, porque soy escéptico de que los argentinos desdolaricen sus carteras. Y ahí tendremos que empezar a preguntarnos si la idea es que los argentinos que tienen dólares los vendan, o que desde ese momento dejen de comprar", describió en diálogo con radio La Red.
En ese sentido Santángelo planteó que si la propuesta está planteando la posibilidad de que el gobierno pesifique, "sería un ataque a la propiedad privada muy fuerte".
En ese contexto, indicó que "voluntariamente se puede intentar resucitar al peso, pero sólo se lo hace con un programa económico muy fuerte". Puede estar acompañado de controles, apuntó aunque opinó que "convencer a los argentinos de que pesifiquen sobre sus ahorros va a ser difícil".
"En Argentina seguimos usando al peso como moneda transaccional y eso es lo que no hay que perder", destacó.Lo cierto es que la idea de Marcó del Pont está lejos de ser novedosa. La ex BCRA, al momento de poner su cepo, impidió el acceso a los dólares no sólo a los que buscaban atesorar, sino también a aquellos que necesitan dólares para un préstamo hipotecario sea preaprobado o no.
Esa "desdolarización" a la fuerza hizo que el mercado inmobiliario se derrumbara (a pesar de que era muy pequeño). Entre los economistas profesionales concuerdan que es imposible "pesificar" la economía en un país donde la moneda local es sólo transaccional y, por la inflación, los "pesos queman en la mano".