Fracchia del IAE: "Casos como los de Ecuador y Chile pueden repetirse en nuestro país"
El director del área de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral, Eduardo Fracchia, dialogó con iProfesional sobre la coyuntura local y diagnosticó un panorama preocupante para la próxima gestión.
"Tenemos cierto riesgo de descontrol sistémico con crisis inflacionaria, cambiara y financiera", resalta este experto con más de 30 años de trayectoria en el IAE, que además fue asistente estadístico en la CEPAL (Naciones Unidas) y trabajó en el Banco Mundial.
-¿Cómo analiza el momento actual de cara al mes y medio que queda para que asuma el nuevo Presidente?
-Estamos ante un período de estanflación que resulta de difícil corrección frente a las tensiones sociales y las que se observan en las variables nominales de la economía. La cierta estabilidad del tipo de cambio en un nivel alto y la dinámica inflacionaria están siendo muy costosos en términos de actividad. Esperamos que la política económica pueda seguir evitando la fase disruptiva ya que, de lo contrario, tenemos cierto riesgo de descontrol sistémico con crisis inflacionaria, cambiara y financiera.
-¿De qué manera imagina la transición en las seis semanas hasta el 10 de diciembre?
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-En ese caso podemos notar dos escenarios. Si no hay coordinación entre el Presidente saliente y el electo, la economía se situará en una fase de descoordinación y desalineamientos potenciales. En términos sociales, esto puede ser muy peligroso para nuestro país.
Casos recientes como los de Ecuador y Chile pueden repetirse en nuestro país ante la falta de coordinación y lógica política, pero aún con mayor profundidad dada la recesión económica. Por otro lado, ante una transición con mayor coordinación y acuerdo sobre las políticas económicas que se deberán a aplicar, la economía puede alcanzar una incipiente estabilidad en el corto plazo. No obstante, eso no se traducirá en un menor nivel de incertidumbre y tensión.
-En base a este panorama gris, ¿alcanzarán las reservas al Gobierno para llegar en calma al fin del mandato?
-Dependerá el sendero en el que se sitúe el mercado y de las eventuales respuestas de política. Por un lado, el nivel de reservas actual no es menor, si los agentes optan por una dolarización de cartera masiva y no se implementan y utilizan el marco e instrumentos adecuados, es posible que la autoridad monetaria se enfrente a una pérdida muy considerable de reservas. En ese contexto, todo va a depender de la capacidad de acción de la política monetaria ante la identificación adecuada de la naturaleza de los eventos que sucedan. De lo contrario, el escenario podría ser preocupante.
-¿Qué puede ocurrir con el precio del dólar y la inflación en ese período?
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-La dinámica del tipo de cambio y de precios internos dependerán de cómo sea la transición de cambio de gobierno. Si la misma es desordenada y en ausencia de cooperación, se generará una mayor incertidumbre y, en consecuencia, mayores tensiones sobre la depreciación nominal. Esto afectará las expectativas de los formadores de precios, lo cual dará lugar a un mayor aumento de precios con efectos dinámicos pero también una mayor inercia inflacionaria.
-¿Cuáles son las medidas que tendría margen para tomar el nuevo Presidente para salir de la crisis?
-Vemos un escenario signado por tensiones derivadas de la incertidumbre de la perspectiva de política económica futura y del posible retorno al poder de un partido político que ha tenido problemas de corrupción y gestión cuando era gobierno. Las tensiones en la economía afectan la estabilidad de precios y cambiaria, y al desempeño de la actividad económica. Si en corto plazo no se detiene, el margen de maniobra de la política económica será muy ajustado, aunque de esto también dependerá el caudal de poder político que tenga el Presidente electo.
Así, primeramente, la política económica deberá adoptarse desde una perspectiva transversal, pues no sólo alcanza atender la estabilización nominal. En lo inmediato, las medidas deberían estar principalmente sobre el tipo de cambio y los precios domésticos. Se deberá lograr no sólo un acuerdo entre los distintos sectores formadores de precios, sino que se deberá realiza una política de ingresos adecuada y lógica para que los factores productivos no se enfrenten, en el corto plazo, a nuevas tensiones al alza de precios.
-¿Qué reformas se podrían hacer en este contexto complejo?
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-Muchas de las reformas deben estar relacionadas con una continuación de lo que se venía haciendo. En términos de transparencia gestión política y económica, la actual administración ha generado avances importantes. Uno de los aspectos relevantes para el futuro de nuestro país es la infraestructura, determinante sobre los costos de la economía, y se evalúa como muy satisfactoria. Es fundamental que la economía política intente establecer consensos de corto y largo plazo sobre formación de precios y distribución de ingreso. La transmisión de efectos derivados de la recesión económica se evidencia con mayor énfasis hacia los sectores más atrasados en términos de ingresos. Sin dudas, la desigualdad debe ser atendida con políticas integrales. El poder político con que se gestione es una herramienta cardinal en este sentido.
-¿Cómo ve al dólar y a la inflación para el 2020?
-El dólar y la inflación son variables dependientes de contexto y estabilidad socio-políticos. El nivel actual de tipo de cambio está acorde con una economía exportadora. Hay que observar que no se produzcan mayores deslizamientos del nivel de inflación ya que, si éstos se producen, se deberá corregir nuevamente el tipo de cambio.
-¿Cuál sería la salida para renegociar la deuda y que ingresen divisas?
-Una de las opciones más adecuadas es readecuar vencimientos sin quita para evitar generar tensiones sobre la economía. Dado que la prioridad debe ser la reactivación económica, junto con un sostenimiento de las exportaciones, que es el único canal sustentable de generación de liquidez externa. De esta manera, un contexto de quita podría impulsar la volatilidad afectando la economía y los precios internos, en el corto plazo; y conformando nuevamente un espacio de inestabilidad con mayores costos en términos de actividad.-