El FMI presiona con nuevo ajuste y Dujovne viaja para pedir una "mano blanda"
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, viajan este martes rumbo a Washington para participar en la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Pero lo que aparenta ser una presencia protocolar, en realidad incluirá una gestión clave para sustentar los planes del Gobierno en los próximos meses.
Según trascendió en las últimas horas, el objetivo de que viajen los dos funcionarios económicos de mayor peso a Estados Unidos es negociar que se posponga la aplicación de las medidas de ajuste impositivo solicitadas por el FMI.
La idea es lograr una prórroga hasta octubre, para que su impacto no afecte el desempeño del oficialismo en las urnas.
La semana pasada el directorio del FMI aprobó la liberación de un desembolso de u$s10.800 millones para la Argentina como parte de su plan de auxilio financiero.
Pero el hecho fue más que un simple trámite. La tercera revisión que hizo el Fondo sobre la marcha de la economía vino acompañada de severas críticas y recomendaciones para cumplir, sobre todo, las metas fiscales comprometidas en el acuerdo.
La caída real de la recaudación tributaria, que lleva varios meses por debajo del avance de la inflación, parece ser la principal preocupación del FMI y es allí donde ha enfatizado sus exigencias.
El documento del Fondo resaltó asimismo que "el gobierno argentino dio muestra de su determinación de asegurar que la relación deuda pública/PIB se encuentra en una trayectoria sostenible, reduciendo el déficit primario de 2018 por debajo de la meta fijada en el programa".
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Pero el organismo financiero también aclaró que "a la luz de un nivel inferior al esperado del ingreso tributario en el primer semestre del año, será crítico actuar continuamente con prudencia en la ejecución de los planes de gasto y tomar otras medidas para incrementar los ingresos fiscales a fin que la posición fiscal de 2019 llegue al balance primario".
En ese marco "es necesario redoblar los esfuerzos por mejorar el marco fiscal a mediano plazo y la gestión de deuda", indicó el FMI.
En otras palabras, el organismo internacional puso bajo foco la política de reducción de subsidios y, obviamente, solicitó una mayor eficacia en la recaudación de impuestos.
Los pedidos del Fondo
La realidad que surge de la última revisión del Fondo es que el organismo tiene bastantes reparos con respecto de la Argentina y, así, las proyecciones de ingresos fiscales para 2019 fueron revisadas a la baja. "Decepcionantes ingresos por impuestos en los últimos meses sugieren que la débil actividad económica y las dificultades de la administración para cobrar impuestos hacen que las previsiones anteriores sean optimistas", dice el organismo en un paper divulgado este viernes tras la liberación de los u$s10.800 millones.
De esta manera, el pronóstico de ingresos para 2019 fue reducido en un 1,7% del PIB.
El staff del Fondo incluso recomendó acciones de contingencia en caso que los ingresos por impuestos sigan cayendo. Ante esto, dice el organismo, las autoridades argentinas señalaron que, dado un margen de maniobra limitado durante el año electoral, las reducciones en el gasto de capital son probablemente la única opción. El staff recomendó que deberían identificarse medidas para apuntalar el tema fiscal.
Éstas, según sugirió el Fondo, podrían incluir:
- Reducciones más profundas en los subsidios económicos.
- La eliminación de un rango de exenciones de impuestos.
- Un aumento en el IVA que se aplica a ciertos bienes y servicios seleccionados.
- Mejorar el cumplimiento tributario.
"Las autoridades, sin embargo, consideran que esas medidas requieren cambios en la legislación que son poco realistas en un año electoral", se advierte en el paper.
La contraoferta del Gobierno, según el FMI, es que habrá nuevas medidas que ya se están considerando para mejorar el cumplimiento tributario a medio plazo. "El plan es un punto de referencia estructural para junio de 2019 y debe incluir medidas para abordar las principales deficiencias en la administración tributaria", dice el organismo de crédito.
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El problema para Hacienda es que el nuevo paquete impositivo del FMI puede resultar incendiario para Cambiemos en términos electorales.
En este marco conflictivo, la agenda oficial de ambos funcionarios incluye distintas reuniones con inversores e instituciones financieras, pero será con los directivos del propio Fondo con los que se mantendrán conversaciones decisivas.
Entre ellos están Christine Lagarde, Alejandro Werner, director gerente para el Hemisferio Occidental; y Roberto Cardarelli, quien recientemente lideró la misión del FMI que visitó el país.
Ante ellos, Dujovne y Sandleris buscarán mostrar cómo el Gobierno argentino logró sortear la crisis financiera del año pasado y se encamina a cumplir con lo acordado con el FMI, es decir, obtener este año equilibrio fiscal en sus cuentas.
"Las políticas de las autoridades que sustentan el acuerdo respaldado por el FMI están dando fruto", sostuvo el organismo, pero alertó que "sin embargo, la inflación sigue siendo elevada; las expectativas inflacionarias están aumentando y la inercia inflacionaria resulta difícil de quebrar".
"El elevado déficit fiscal y en cuenta corriente -dos grandes vulnerabilidades que condujeron a la crisis financiera el año pasado- están disminuyendo", resaltó Lagarde a través de un comunicado.
Sostuvo por otra parte que "la actividad económica se contrajo en 2018, pero hay indicios de que la recesión ha tocado fondo y se espera una recuperación gradual en los próximos trimestres".
El organismo tomó nota además del repunte de la volatilidad financiera en las últimas semanas, "dado que las condiciones financieras mundiales se han tornado menos favorables".
Estimó, de todos modos, que "el BCRA reaccionó frente a esta situación recalibrando la política monetaria, manteniendo el crecimiento cero de la base monetaria hasta finales del año", mientras se elevó al Congreso una nueva carta orgánica del banco central que, "de ser aprobada como ley, afianzará la credibilidad de la política monetaria", aseguró.