Promo Banco Provincia: el Gobierno cambia la estrategia y refuerza planes para revivir el consumo
"Estamos transitando meses difíciles y el Estado no puede mirar para otro lado. Sabemos que la inflación es más alta de la esperada".
Con estas palabras, la gobernadora María Eugenia Vidal dejó en claro a los ciudadanos que si hay que capear el duro temporal que viene, "lo mejor es hacerlo juntos".
Estar "cerca de la gente" tiene sus beneficios. Y también un costo, que podría escalar a los $3.600 millones por mes.
La cuenta es sencilla: cuatro millones de personas poseedoras de tarjetas de crédito del Banco Provincia, a $1.500 cada una, menos el 40% que corre por cuenta del supermercado.
Ese monto es el que, con el descuento que acaba de anunciar, está dispuesta a gastar Vidal en concepto de ayuda alimentaria.
Claro que no todos los clientes de la entidad irán a reclamar su rebaja al supermercado. Si se repitiera la afluencia de público del año pasado, cuando se realizó una experiencia similar, el total a erogar cada mes rondaría los $800 millones.
La suma puede parecer elevada desde el punto de vista del banco. O baja, si se la analiza en base al potencial reactivador del alicaído consumo.
Sin embargo, en la consideración de la gobernadora bonaerense, el monto es algo que pasa a segundo plano. En esta fase "defensiva" de su gestión, está convencida de que no habrá plata mejor gastada.
En acuerdo con el ala política del macrismo, su convicción es que no hay que menospreciar la importancia de las medidas "contra cíclicas", aunque algunas tengan más componente de señal política que de ayuda económica real.
Al anuncio de Vidal se le sumó -llamativamente el mismo día- la medida de Horacio Rodríguez Larreta para facilitar el acceso a la vivienda a partir de beneficios otorgados por el Banco Ciudad para alquilar o comprar.
Ambas iniciativas son la contracara del discurso de austeridad que el Gobierno está sosteniendo en el plano interno y también fronteras afuera.
En términos comunicacionales, la "hoja de ruta" para pelearle a la crisis trazada por el Gobierno está bien diferenciada:
1.- Un mensaje hacia Wall Street y la City porteña muy consistente, que incluye la promesa de que el Ejecutivo no se apartará ni una coma en el cumplimiento y compromiso tomado ante el FMI.
Para reforzar este concepto, viajó Nicolás Dujovne a Nueva York y su segundo, Guido Sandleris, a Londres.
2.- Un mensaje hacia el mercado doméstico por el que el Gobierno admite que las cosas no están saliendo tal cual lo previsto.
También, surgen medidas y anuncios tendientes a levantar las alicaídas expectativas tras la devaluación.
Mientras esta estrategia se pone en marcha, los funcionarios saben que dependen de Luis "Toto" Caputo y su habilidad extrema para manejarse en los mercados financieros. Solamente con un tipo de cambio estable ese mensaje puede sonar creíble.
Asumiendo el cambio de clima
Obviamente, el objetivo de corto plazo del Gobierno es lograr que la clase media de la provincia más densamente poblada no baje sus niveles de consumo de manera drástica. Sobre todo en rubros de la canasta básica que han sido golpeados por el repunte inflacionario.
La tarea será difícil, teniendo en cuenta los últimos datos recabados, que para nada son alentadores: una investigación de Kantar Worldpanel revela que el consumo masivo cayó 2% entre abril y mayo, justo cuando comenzó a dispararse la cotización del dólar.
Desde esta consultora especializada también detallan que los sectores más perjudicados son los más postergados de la sociedad.
Más precisamente, el 17% de los hogares que destinan $6 de cada $10 de sus ingresos a la compra de comida.
Justamente a ellos les habló Vidal en su último anuncio: "Sabemos que la inflación es mayor a la esperada y que está pegando mucho más en los alimentos", sentenció.
La estrategia de la "promo" es la siguiente:
- Los beneficios del Banco Provincia se otorgarán el tercer y cuarto miércoles de cada mes.
- Estarán disponible en 239 sucursales de las cadenas Coto, Disco, Jumbo y Plaza Vea de todo el territorio provincial y la Ciudad de Buenos Aires.
- Los productos que formarán parte son alimentos en general, incluyendo los frescos, frutas y verduras, cortes seleccionados de carne vacuna y todos los cortes de cerdo.
La iniciativa se inscribe en un operativo orientado a apuntalar la gestión y a contener eventuales problemas sociales en provincia de Buenos Aires.
Este es el distrito clave a defender pensando en la gobernabilidad de la gestión Macri y en la ya no tan lejana campaña electoral de 2019.
Mientras se espera que la inflación de junio ronde el 3,8%, ya con el efecto pleno de la devaluación, siguen llegando las listas con nuevos aumentos de precios para julio.
La gobernadora forma parte de la "mesa chica" del Presidente junto con Rodríguez Larreta, Marcos Peña y Rogelio Frigerio. Allí se decidieron los pasos para tratar de apaciguar los efectos de la crisis.
Los márgenes de maniobra se han reducido tras el acuerdo con el FMI, que puede contribuir para lograr la ansiada estabilización financiera. Pero, más que a crecer, este tipo de pactos sirven para aventar temblores.
Macri sabe a la perfección que de ahora en más los mercados van a seguir con lupa el cumplimiento de las metas firmadas con el organismo, y que pondrán en consideración si conserva a pleno su gobernabilidad en momentos difíciles.
Medidas sin prejuicios
Bajo esta perspectiva, se entiende que el Gobierno quiera preservar el tejido social y no aferrarse a dogmas.
Con pragmatismo, la "mesa chica" decidió jugar con todas las cartas. Aun cuando, desde el ámbito político, algunos recordarán los parecidos de las últimas medidas macristas con las anunciadas en su momento por Cristina Kirchner, especialmente en los tramos recesivos de su gestión.
Desde ese punto de vista, puede presumirse que este plan implica una ventaja política para la imagen de Macri y para Vidal en particular, ya que, según coinciden los analistas de opinión pública, toda acción pro consumo mejora la percepción sobre el gobernante.
Sin embargo, la experiencia en este tipo de acciones se ha revelado como un arma de doble filo.
Las aglomeraciones ocurridas en las "promo" del año pasado y las largas filas de gente esperando de madrugada bajo la fría llovizna invernal para comprar alimentos, funcionó también como un recordatorio de las necesidades que padecen vastas zonas del Conurbano.
Esas imágenes, que parecían indicar todo lo opuesto a lo que el macrismo quería comunicar, fueron en su momento profusamente utilizadas por la oposición en sus denuncias sobre los costos sociales de la política económica macrista.
De hecho, en plena campaña electoral para las legislativas, esas imágenes exponían todo lo que el Gobierno quería borrar de la agenda y lo que el kirchnerismo pugnaba por machacar: que buena parte de la población tenía problemas para llegar a fin de mes.
En todo caso, se produjo la típica "batalla por la interpretación" de ese fenómeno. Y la propia gobernadora tuvo que salir a defender la acción promocional del Banco Provincia como una forma de poner los dineros públicos al servicio de una mejora en las condiciones de vida.
Según pudo saber iProfesional de fuentes oficiales, la respuesta masiva del público a las rebajas del año pasado provocó euforia en el equipo de la gobernadora Vidal.
El dato que funcionarios han tenido en cuenta para repetir la experiencia es que uno de cada cuatro clientes que recurrió a la promo era docente de la provincia de Buenos Aires, y dos de cada diez, jubilados.
Según datos recabados, una gran mayoría de quienes aprovecharon los beneficios pertenece a sectores de ingresos medios y medio-bajos, y el 70% ganaba menos de $35.000 al mes.
A la hora de argumentar en términos políticos, lo que afirmaba el equipo de Vidal es que ese subsidio al consumo es sinónimo de buena gestión: implica una forma de ayuda social que durante la administración Scioli no era posible por la mala utilización de los dineros públicos.
"Scioli dejó al Banco Provincia con una deuda de $30.000 millones. Hemos podido sanearlo para hacer este tipo de promociones, que favorecen a la gente", asegura un directivo a iProfesional.
La gobernadora, todavía al tope de las encuestas de imagen con un 53% de aprobación, es más consciente que nadie sobre los riesgos del estancamiento económico que atraviesa el país y que, según los cálculos más optimistas, se prolongará al menos un semestre.
Los signos de deterioro social y de inquietud en el Conurbano ya se hacen visibles, y fue por eso que comenzaron los anuncios destinados a la "contención".
Primero, la propia Vidal se diferenció del resto del macrismo al hacer una explícita amenaza de "escrache" a los empresarios del sector alimenticio que trasladen "en forma injustificada" a los precios la suba del dólar.
Luego, llegaron los anuncios sobre adelanto en el pago del aguinaldo y mejoras en jubilaciones y planes de asistencia social.
Mientras Vidal se acercaba a los intendentes para monitorear que no hubiera síntomas de protesta violenta en el Conurbano, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, se reunía con líderes piqueteros y lograba desactivar una marcha reclamando la entrega de alimentos en los supermercados.
Con vistas a un 2019 para el que no está descartada su candidatura presidencial, también buscó asegurarse que la obra pública continuase a buen ritmo.
Los recientes anuncios para fomentar el consumo son la conclusión natural de ese plan, que no desestima un "toque peronista" para aliviar la tensión social en momentos de crisis.