Se debe pasar de un programa de emergencia a uno de crecimiento y estabilización
Es hora de hablar de soluciones a través del impulso de las principales variables de la economía. Tras un programa de emergencia que tiene como resultado una fuerte expansión monetaria y fiscal, el punto de partida debe ser un programa de "empalme", que tenga como objetivo estabilizar a toda la política económica.
En ese marco, deben expandirse el consumo, las exportaciones y la inversión, todo en conjunto y en forma sincrónica.
Se trata de generar un sistema en el que los sectores agrícolas, industriales, energéticos y de servicios sean cada vez más complejos, creativos y operen de manera competitiva e integrada al mundo. Ello requiere:
- Incrementar la inversión (nacional y extranjera) en bienes y servicios que se vendan en el exterior y en infraestructura;
- Alentar conductas empresariales innovadoras y
- Propiciar una creciente interacción entre la economía del conocimiento y las actividades económicas tradicionales.
Resulta necesario invertir más en investigación y desarrollo (I+D) y que el sector privado participe en mayor medida de este esfuerzo. De este modo, para promover esta inversión, debe contarse con políticas claras y estímulos al sector privado sostenidos en el tiempo.
La brecha tecnológica respecto de otros países no solo nos lleva a dificultades para competir con nuestros productos en el mundo, sino que limita nuestro potencial. Más aún, esta distancia se amplía año a año, por lo que se hace preciso fomentar el desarrollo de actividades de alto valor agregado con potencial, a la vez que es clave desarrollar y modernizar las instituciones que conectan la investigación con el sector privado.
"Resulta necesario invertir más en investigación y desarrollo (I+D) y que el sector privado participe en mayor medida de este esfuerzo"
Este programa debe trabajar en acciones y políticas para atraer inversiones, generando incentivos fiscales y crediticios que permitan iniciar un proceso de innovación liderado por la investigación y el desarrollo de nuevos productos.
A fin de lograr estos objetivos múltiples, será necesario trabajar en herramientas no convencionales: una modernización tributaria que simplifique y reduzca la presión impositiva sobre las familias y las empresas, una reingeniería y desburocratización del sector público con la incorporación de inteligencia artificial para cambiar los procesos de gestión, junto a una revolución exportadora que proyecte nuestra producción hacia el mundo. También es elemental la incorporación de tecnologías de la información para mejorar y transparentar la gestión.
Así, surge la necesidad de contar con bienes públicos de mucha mayor calidad que los actuales y garantizar un financiamiento equitativo por parte de la sociedad. A tal fin, es necesario reducir la evasión y la elusión fiscal y avanzar hacia una estructura tributaria más justa y menos distorsiva, que traccione la inversión y la generación de empleo en el sector privado.
Asimismo, se deberá pasar de un programa de emergencia con el Fondo Monetario Internacional a uno nuevo con un horizonte que privilegie el equilibrio presupuestario, pero con la creatividad para generar estímulos que impulsen un desarrollo armónico y sustentable.
"La brecha tecnológica respecto de otros países no solo nos lleva a dificultades para competir con nuestros productos en el mundo, sino que limita nuestro potencial"
Esto se alcanzará a través de la convergencia hacia un mismo objetivo en la política fiscal, monetaria y de ingresos, que deberán mostrar un sendero decreciente, simultáneo y compatible entre sí, balizando el camino y permitiendo "anclar" las expectativas de la población.
A tal fin, la coordinación es esencial, ya que este esquema debe involucrar a todas las áreas competentes del Estado. Y, de esta forma, el compromiso es efectivo por parte de todos y esto exige lograr consensos básicos no solo entre la dirigencia política, sino también en el conjunto de la sociedad.
Llevar adelante estas iniciativas requerirá apoyos mayoritarios de un amplio espectro político que muestre que este es un proyecto del país y no de una facción en particular.
*Extracto del libro "Argentina primero", de Martín Redrado