Cumbre con Kulfas: bodegas piden más recursos para exportar y cambios urgentes en COVIAR
En medio de una fuerte pulseada entre Bodegas de Argentina, que representa a más de 200 bodegas de todos los tamaños, y la cuestionada Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), el Gobierno de Alberto Fernández dio un paso clave al convocar a una cumbre que estuvo liderada por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Pasado el mediodía y a lo largo de dos horas, el ministro recibió a los representantes de Bodegas de Argentina, que agrupa a los responsables del 90% de las exportaciones de vino del país y del 75% del consumo en el mercado interno.
Según pudo saber iProfesional, en dicha reunión se trataron dos temas principales: por un lado, obtener un mayor apoyo por parte del Estado para reactivar la promoción del vino argentino en los mercados internacionales (que hoy cuenta con fondos muy escuetos) y, por otro, la necesidad de avanzar con cambios en la COVIAR que, según los bodegueros, se convirtió en una entidad que "perdió el rumbo" y que no está cumpliendo con los objetivos para los que fuera creada en 2004.
En busca de más negocios
En un contexto en el que el consumo interno no se recupera, desde Bodegas de Argentina tienen un diagnóstico frente a la crisis: la única salida es incrementar las ventas al exterior.
"Estamos convencidos de que es muy difícil recuperar los litros per cápita que se perdieron. Es probable, incluso, que sigan cayendo hasta los 16 litros o, peor aún, hasta los 14 litros per cápita en el mediano plazo", planteó una fuente de la entidad.
El dato sobre la demanda interna no está libre de controversias: según el INV, el consumo per cápita habría pasado de 18,8 al 19,6 litros en 2019, constituyéndose, según las estadísticas en la mayor suba en cerca de cuatro décadas.
Sin embargo, desde el sector bodeguero pusieron el grito en el cielo: argumentan que, según reportes que maneja la industria, el consumo no solo no subió sino que siguió cayendo, agravando la situación de crisis en la que está inmersa la industria desde hace años. Es decir que, para estas empresas, el consumo estaría más cerca de los 18 litros per cápita.
"Es difícil imaginar que la demanda se recupere hasta los 25 litros. La única salida que queda es la exportación, que es básicamente vino embotellado, porque el granel es un negocio de grandes volúmenes pero de rentabilidad marginal", acotó la fuente.
Desde Bodegas de Argentina reconocen que la macro complica. Problemas como la presión impositiva y la inflación, que afectan a la competitividad, son variables con las que no deben lidiar las empresas de otros países competidores, como Chile o Australia.
A esto se suma otro problema, que es la falta de acuerdos internacionales con grandes mercados compradores, como China: "Poner un vino en un supermercado de ese país implica entrar con un 18% o 20% de recargo arancelario. Y eso nos quita posibilidades", indicaron desde la entidad.
Sin embargo, también plantean que hubo otros sectores que sí pudieron escapar de la macro y lograron tener un 2019 histórico, como fue el caso de la carne.
"En cambio, la exportación de vino embotellado creció cerca del 3%. Es una suba mínima, luego de las grandes devaluaciones que tuvimos en 2018 y 2019. Así que no es un problema de tipo de cambio: aquí tenemos un tema con los fondos que el Estado destina a la promoción", indicaron.
En efecto: desde Bodegas de Argentina argumentaron frente a Kulfas que la Argentina es el país productor que menos exporta en relación a su producción, exceptuando Estados Unidos, que tiene una demanda doméstica muy importante. Además, le explicaron que la Argentina es el país que menos invierte en promoción internacional.
"Todos dicen que hay que exportar más. Pero aquí no hay soluciones mágicas. La receta es invertir más en promoción internacional. Por eso en la reunión pedimos que, dentro de las limitaciones presupuestarias, nos apoyen más para generar más negocios", agregaron desde BA.
Un dato: actualmente, Wines of Argentina cuenta con un presupuesto de 3,5 millones de dólares anuales para promover este producto en los mercados internacionales. Chile maneja una "billetera" de u$s8 millones, mientras que Estados Unidos cuenta con fondos por u$s15 millones.
Lo más preocupante es que, del presupuesto total disponible, u$s3 millones son aportados por las bodegas, es decir, por el sector privado. Esto implica cerca del 90% del total.
"El problema estructural es que se desplomó el consumo y no se arrancaron viñedos. Entonces, desde hace décadas se viene tratando de subsidiar la oferta cuando en realidad lo que hay que hacer es subsidiar la demanda. Y esto no es más que contar con más fondos para la promoción internacional", plantearon desde BA.
¿Y cuál fue la respuesta del ministro? "Nos entendió y nos pidió que preparemos un plan. El objetivo es ver de dónde se pueden sacar fondos adicionales", indicaron.
Cabe destacar que al encuentro asistieron el secretario Pyme, Guillermo Merediz; la subsecretaria de Financiamiento y Competitividad Pyme, Leticia Cortese y representantes de las bodegas Grupo Peñaflor, Luigi Busca, Bianchi, Nieto Senetiner, Salentein, Chandon, Grupo Peñaflor, Luigi Busca, Bianchi, Nieto Senetiner, Andeluna y Salentein entre otras.
Pulseada con la COVIAR
Además del tema exportaciones, en la cumbre con Kulfas los referente de Bodegas de Argentina avanzaron sobre una pulseada que vienen llevando adelante con la COVIAR.
La COVIAR, presidida por Zuccardi, es un organismo público-privado integrado por los gobiernos de Mendoza y San Juan, INV, INTA y diversas entidades como la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas, Cámara Riojana de Productores Agropecuarios, Productores de uva en fresco de San Juan y la Unión Vitivinícola Argentina, entre otras.
El problema es que, pese al peso específico que tienen estas bodegas, se quedaron sin voz ni voto en la COVIAR que, advierten, se "cortó" sola y cuya conducción no da espacio para debatir los cambios que necesita implementar, cuanto antes, la industria vitivinícola, en un contexto en el que el consumo per cápita en el mercado interno está en su mínimo histórico.
Esto, en gran medida, por el sistema de votación vigente, que le da más poder a los grupos minoritarios, sin representatividad. En concreto, apuntan a algunas asociaciones gremiales que solo son "sellos de goma", según adviriteron desde Bodegas de Argentina.
En un comunicado reciente, desde BA ya venían advirtiendo sobre el uso de la COVIAR como entidad gremial empresarial de segundo grado, "tal como pretenden algunas entidades privadas que la componen, utilizando a la misma como canal para la gestión de sus intereses en nombre del conjunto".
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En este contexto, durante el Agasajo que todos los años realiza la entidad en Mendoza hicieron una convocatoria a las entidades del sector a formar una mesa de enlace para generar un nuevo plan estratégico y reformar la COVIAR.
Durante el discurso, que tuvo lugar el fin de semana, la presidenta de Bodegas de Argentina, Patricia Ortiz, hizo referencia al Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) y al respecto manifestó que es "el primer plan estratégico que tuvo la industria, un plan ambicioso y excesivamente largo, que tuvo serias fallas de implementación y careció de las revisiones y correcciones que todo plan debería tener para adaptarse a demandas y cambios de un mundo global".
"Al cumplirse 15 años del lanzamiento del PEVI, varias voces se alzaron reclamando que la Corporación Vitivinícola Argentina, entidad creada para implementar dicho Plan, había dejado de cumplir con los objetivos de su creación y su foco pasó a ser la autopromoción y la implementación de programas que en nada favorecían el crecimiento de la industria", acotó.
Cabe destacar que el presupuesto de la COVIAR es de 140 millones de pesos anuales. Y las bodegas aportan cerca del 45% de ese total.
La principal crítica en este punto es que se están destinando fondos para promover a la propia COVIAR, cuando el verdadero objetivo debería ser fomentar el consumo responsable de vino.
En efecto: solo el 25% de los recursos se destinan a la tan necesaria promoción en el exterior, mientras que un 30% se destina a la cuestionada promoción genérica en el mercado interno, un 6% a la comunicación que promueve a la COVIAR, y un 20% a la administración de la institución.
Incluso, según confiaron desde la entidad, se estarían destinando 5 millones de pesos anuales a una consultora para que elabore informes sobre tendencias de consumo que "en nada ayudaron a superar la crisis".
Todo esto fue planteado durante el encuentro con Kulfas, quien –según explicaron desde BA- "mostró su intención de mediar en el conflicto".
"Le dijimos que COVIAR no puede ser una cámara de cámaras; que no tiene que gastar plata, con fondos que aportamos las bodegas, para autopromocionarse y que es clave eliminar los conflictos de intereses", acotaron desde la entidad.