Importadores, en alerta por trabas para operar: la "letra chica" que cambió el Gobierno y preocupa a empresas

El comercio administrado ya es una realidad: el Gobierno de Alberto Fernández no solo amplió en 300 la cantidad de productos alcanzados por las Licencias No Automáticas, sino que introdujo algunos cambios sustanciales sobre su manejo que ya despertó las críticas por parte de los importadores.

Cabe destacar que las LNA consisten en un procedimiento administrativo por el cual se requiere de la presentación de una solicitud como una condición previa para efectuar la importación de la mercadería alcanzada.

La cartera encargada de monitorearlas, en la práctica y según la Organización Mundial del Comercio, dispone de hasta 60 días para autorizar dicho pedido y otorgar la licencia, si no se registra ningún problema -como puede ser que el producto ingrese a precio de dumping-.

La primera novedad fue que se sumaron motos, equipos electrónicos, artículos del hogar, manufacturas de madera y autos, entre otros bienes. Los 300 nuevos productos hicieron que el universo de posiciones con LNA ascienda a partir de ahora al 15% del total. 

La otra novedad con la que se desayunaron los empresarios este jueves al chequear el Boletín Oficial, donde se publicó la resolución de la Secretaría de Industria, es que se establecieron los nuevos lineamientos para la administración de las LNA, disposiciones que entraron en vigencia este mismo viernes.

Los cambios que más preocupan tienen que ver con los plazos de vigencia de estos permisos, los niveles de "tolerancia" frente a diferencias en los valores de importaciones (que pasaron a ser más bajos) y, muy importante, los mecanismos de resolución de inconsistencias, los cuales dejaron de ser automáticos.

Sobre el primer punto, el plazo de las LNA se redujo a la mitad: pasaron de 180 a 90 días. Pueden ser prorrogadas unos 15 días antes del vencimiento pero quien realice esa gestión deberá tener "razones fundadas".

En diálogo con iProfesional, Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores (CIRA) advirtió que "en la práctica, se complicarán todas las importaciones provenientes desde Asia, porque desde que te aprueban la licencia hasta que enviás la orden de producción, se arma el pedido, te lo despachan y llega a la Argentina, tranquilamente el plazo puede ser mayor".

"El mundo no está con la mercadería en el puerto esperando que le compremos", agregó.

Un reconocido consultor, que transitó varios despachos oficiales, también anticipó que esta decisión traerá dificultades para operar: "Los 180 días de plazo no estaban fijados por causalidad. No era algo azaroso. Era un lapso razonable. Ahora, los 90 días como tope van a generar más trabas y va a derivar en que más empresas tengan que realizar pedidos de excepción".

Sin embargo, el cambio de la letra chica que más preocupa al consultor tiene que ver con las modificaciones en el mecanismo de resolución de inconsistencias: "Hasta ahora era automático. Pero ya dejó de serlo: ahora va a haber que pedir audiencia con los técnicos de la Secretaría, que van a monitorear caso por caso", anticipó.

A esto se sumó un detalle para nada menor: los importadores tendrán menos margen para equivocarse con el precio que declaran por la mercadería.

Sucede que la "tolerancia" en cuanto al valor FOB unitario se redujo en dos puntos: pasó del 7% al 5% la diferencia aceptada entre lo declarado en el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) para gestionar las LNA y el valor declarado en las solicitudes de destinación de importación para consumo, cuando se nacionaliza la mercadería.

"Con los márgenes más chicos, seguramente vamos a ver más cantidad de cargas demoradas", indicó la fuente.

Cumbre con Schale

En este contexto, García, de la Cámara de Importadores, anticipó a iProfesional que el próximo 16 de enero a las 16 horas mantendrán una cumbre con el secretario de Comercio, Ariel Schale.

"Vamos a reunirnos con el secretario y llevar alternativas, propuestas y opiniones que permitan evaluar otros caminos", anticipó el directivo, quien agregó que las nuevas restricciones implican también un mayor riesgo para industrias, "dado que el 80% de lo que ingresa va al sistema productivo".