Sufrió un robo violento en su casa y se mudó a Madrid: "Acá valoro poder proyectar y salir a la calle sin miedo"
Federico Perez Jacomet dejó el país en octubre de 2019, dos días después de las elecciones presidenciales, para abrir oficinas de la agencia de marketing que fundó en 2008. Y decidió no volver. "Es algo que venía dando vueltas y pensando desde 2015", comenta a iProfesional.
El principal motivo, cuenta, "fue darles a mis dos hijos un mejor futuro, un lugar donde crecer seguros, poder proyectar, emprender; donde no te maten por un celular. La gota que rebalsó el vaso fue la inseguridad. En los últimos dos años en Argentina me robaron el coche dos veces a punta de pistola y me entraron a robar a mi casa. Me desperté a las 5 am con cuatro personas dentro de mi casa".
Mala calidad de vida, inseguridad y dificultades para emprender. Eso resume el por qué este argentino, fundador de varios emprendimientos en Argentina, decidió dejar el país para probar suerte en otro lado.
Emprender en el exterior
Caviar es la agencia de marketing creada por Perez Jacomet en 2008, con foco en la creación y evolución de marcas nativas digitales. En 2014, junto a su socio, decidieron expandirse, abrieron oficinas en México y en 2015 en España. "Conocí Madrid y me enamoré", expresa. "Y lógicamente el tema de idioma y cultura sumaron mucho para que éste sea el destino elegido", agrega.
"A través de otros socios conocí a Marco, un español viviendo en Argentina, quien estaba a punto de regresar a España. Generamos buena relación, él venía del mundo del marketing también y es emprendedor. Con él como representante, decidimos abrir una sucursal de la agencia en Madrid".
En aquel momento, si bien la agencia generaba ingresos para vivir, "a nivel personal no realizamos un plan ni proyección económica. Lo hicimos sin inversión y sin resguardos. Estábamos tan cansados que vinimos decir con unas valijas, amor y muchas ganas", recuerda.
En cuanto al proceso de emprender en otro país, "es fácil", destaca. "Todo es claro. En España particularmente, al tener un socio español, todo ha sido más simple. El principal desafío es cambiar el chip argentino de pensar que siempre puede pasar algo malo, las cosas son blancas o negras y listo. Si uno sigue las reglas, las cosas funcionan". Y aclara: "Y eso que España no es Alemania, tiene sus vicios también; pero estos se pueden reflejar a manera personal y no de forma institucional".
En Argentina, en cambio, cuenta Federico quien desde 2008 tiene emprendimientos, "siempre todo ha sido cuesta arriba. Desde juicios perdidos con empleados que simplemente manifestaban ‘que no querían trabajar porque estaban cansados’, hasta impuestos impagables que hacen que las cuentas no den. Así y todo, debo decir que, si uno quiere y le pone esfuerzo, creo que en Argentina hay muchas oportunidades. Es difícil, pero se puede".
"Los beneficios de Argentina son culturales y sociales, es un país donde el capital humano es muy bueno. Las barreras son principalmente comerciales, reglas de juego poco claras; donde el estado es un socio (mayoritario) en tu negocio", remarca.
En línea con lo anterior, menciona: "Estamos acostumbrados a tener que esforzarnos más, a no saber qué va a pasar, a siempre buscarle la vuelta a las cosas, a ‘atarlo con alambre’ si es que hace falta. En Europa, al funcionar todo generalmente bien, las personas no tienen mayor preocupación; se relajan".
Valorar las pequeñas cosas
De 2015 a esta parte, el balance es "súper positivo", dice Perez Jacomet. Se empiezan a valorar pequeñas cosas que hacen una gran diferencia. Siempre lo cuento, y parece tonto, pero el cruzar por la senda peatonal sin mirar y que los autos frenen es increíble. El salir sin miedo. El poder proyectar".
"Lógicamente que no es fácil", sigue. "Uno sacrifica tiempo con sus seres queridos. Si bien hoy la tecnología permite estar conectados, no es lo mismo. Desde el momento que abrimos oficinas, siempre he viajado entre 2 y 3 veces por año por proyectos, pero nos tocó un año de pandemia y cierre; donde las visitas -tanto nuestras a Argentina como de familiares y amigos para aquí- se hicieron imposibles".
Federico dice extrañar solamente a la gente que quiere, familia y amigos. "Después, poco más", agrega. Y nada lo hace pensar en un retorno a su país de origen. "En lo posible, no volvería más que para vacaciones. No sé qué tendría que pasar para que esto suceda, supongo que algún tema de salud, pero incluso así intentaría evitarlo".