De quiénes son las 950 cuentas, sin declarar, que encontró AFIP en Uruguay
El Banco Central informó que durante el gobierno del ex presidente, Mauricio Macri, se fugaron u$s86.000 millones del país, cifra que se encuentra en diferentes "paraísos ficales".
En total, son más de 300.000 los residentes argentinos con cuentas en el exterior no declaradas, cuyos titulares ya fueron notificados por "omisión" en sus declaraciones juradas.
Ahora, la investigación recae sobre 950 cuentas radicadas en Uruguay, origen elegido por el organismo recaudador para iniciar las fiscalizaciones sobre un cúmulo de información recibido de la OCDE en 2018, pero que bajo el gobierno anterior no había merecido mayor atención.
El informe de Mercado de Cambios, Deuda y Formación de Activos Externos 2015-2019 del Banco Central, publicado esta semana, permitió conocer los mecanismos y la magnitud sin precedentes que alcanzo la fuga de dólares bajo la gestión de Cambiemos.
Estos dólares estaban concentrados en su mayoría en no más de 852 empresas y un puñado de personas humanas con fuertes compras en el mercado de divisas.
BCRA sobre las cuentas
El informe del Central no avanza sobre el destino de esos fondos, pero este costado se complementa con el trabajo de la Afip con información del exterior y el cruzamiento que pueda hacer de estas compras con las declaraciones juradas de esas empresas y ciudadanos.
"En Uruguay, son sólo 950 cuentas por el recorte que se definió hacer del universo de información que contamos. Ahora se investigan aquellas que tenían como piso u$s1 millón, pero si el corte se hiciera en u$s700.000 el salto sería exponencial", explicaron desde la entidad.
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Según el cálculo, este grupo de contribuyentes le oculta al fisco más de u$s2.600 millones. De los 950 beneficiarios finales, 700 no admitieron poseer activo alguno en el extranjero. Es decir, no presentaron liquidación de Bienes Personales como si no llegaran al mínimo para su pago.
Según los funcionarios de la actual administración, la información que utilizó la AFIP llegó al organismo en 2017 y fue entregada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero señalan que nunca fue utilizada por las administraciones de Alberto Abad y Leandro Cuccioli, los dos titulares de AFIP de Cambiemos.
"Cuando fue el blanqueo, Abad decía que la gente iba a blanquear no porque eran amigos del presidente Macri y creían en su modelo sino porque iban a tenerle miedo a la AFIP. Bueno, ni él ni Cuccioli hicieron nada, ni siquiera desencriptaron la información", explicaron desde la entidad.
Perfiles de evasores
Con respecto a los titulares de las cuentas, hay diferentes grupos.
El primero es aquel que hizo su declaración de Bienes Personales y manifestó tener una cuenta en el exterior, pero con montos muy inferiores a los que serían reales.
El segundo grupo también declaró Bienes Personales, pero omitió los bienes en el exterior; y un tercer grupo que directamente no presentó declaraciones de Bienes Personales.
"En el último grupo hay cuentas de hasta u$s20 millones que no habían declarado absolutamente nada", aseguraron en la Afip.
Ese cálculo de u$s2.600 millones que supuestamente están en manos de argentinos son depósitos a la vista, bienes, bonos, acciones y otro tipo de colocaciones. No son cajas de seguridad en ningún caso, detallaron los funcionarios.
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Cuando se haga la selección para una segunda etapa de la fiscalización que lleva a cabo la Afip, se descuenta que la prioridad estará puesta en los países que son destino habitual de las divisas que fugan de Argentina: detrás de Uruguay, se alinean Estados Unidos, Panamá y Suiza.
De ese total de 300.000 cuentas, habrá muchas que han sido declaradas, lo cual se determinará al hacer la fiscalización, pero se estima que muchas otras estarán en situación irregular, como fue el caso de las 950 detectadas en Uruguay.
Entre éstas, se verificó que una tercera parte, aproximadamente, eran cuentas de contribuyentes que no las habían declarado entre sus activos en el exterior. Otro tercio era de contribuyentes de Bienes Personales que no declaraban tener ningún activo en el exterior. El tercio restante, ni siquiera declaraba tener bienes como para alcanzar el umbral de Bienes Personales.
La fiscalización actual, en base a la misma información con la que contaba ya la gestión de Afip durante el gobierno de Macri, sólo en el caso de las cuentas de Uruguay derivaría en una pretensión fiscal superior a los u$s100 millones por cada año de Bienes Personales.
Fuentes judiciales indicaron que este incumplimiento de sus funciones podría acarrear serias responsabilidades a las anteriores autoridades.
En fuentes cercanas a la actual conducción de la Afip, expresaron en tanto que existe "disgusto y preocupación" de las autoridades no sólo por la omisión de fiscalización, sino además por un presunto "manejo inadecuado de la información". Esto es, cierto incumplimiento en los procedimientos de la cadena de custodia de dicha información.
En su discurso ante la Asamblea Legislativa, en la inuauguración de las Sesiones Ordinarias del actual período, el presidente Alberto Fernández había hecho mención de la fuga de los dólares que debieron haber financiado el desarrollo productivo. "Es la especulación más dañina que puede enfrentar una sociedad: endeudarse sólo para beneficio de especuladores y prestamistas".
Informe del BCRA
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El informe del Banco Central describe que entre diciembre de 2015 y el primer trimestre de 2018, el ingreso de divisas por deuda pública, privada y capitales especulativos de corto plazo sumó 100.000 millones de dólares.
Luego, cuando se cerró el mercado de crédito para Argentina, llegaron el acuerdo y los desembolsos del Fondo Monetario Internacional por u$s44.000 millones, de la mano de un plan de estabilización que resultó en una desestabilización total: recesión, inflación, megadevaluación y un default de hecho en los últimos meses del gobierno de Macri.
¿Cuál fue el destino de estos recursos que endeudaron al país? El informe del Banco Central lo resume de la siguiente manera: la formación de activos externos (coloquialmente llamado fuga de divisas) superó los u$s86.000 millones a lo largo del gobierno de Cambiemos, incluso acelerándose a partir del acuerdo con el FMI. En efecto, en los primeros dos años y medio, la fuga neta de divisas por parte de residentes argentinos ascendió a u$s41.100 millones, pero en el último año y medio (mayo de 2018 a octubre de 2019 inclusive) sumó otros 45.100 millones.
Si bien la fuga "neta" supera los u$s86.000 millones, la formación de activos en el exterior de residentes argentinos es mayor, trepando a 129.376 millones en esos cuatro años. La primera cifra está "neteada" entre residentes que fugan y otros que se endeudan con el exterior ("ingresan" activos, los créditos externos), de allí la diferencia estadística.
La otra cifra, los casi 130.000 millones, describe la conducta de una cúpula empresaria y de familias millonarias que generaron una enorme oleada de salidas de dólares en estos años.
Algunas estimaciones indican que hoy, los activos externos de residentes argentinos podrían alcanzar a los u$s500.000 millones de dólares, lo que no es para nada inconsistente con las cifras informadas por el Banco Central. Un 25% habría salido en tan sólo los últimos cuatro años, y con cifras que no llegan a mostrar en toda su globalidad el fenómeno de la fuga de divisas.
El informe da cuenta de que el 1% de las empresas que compraron divisas en el mercado de cambios adquirió 41.124 millones de dólares. El 1% de las personas humanas adquirentes, acumularon en los cuatro años operaciones por 16.200 millones de dólares. Es decir que el uno por ciento de cada segmento, sumados, representan el 66% (las dos terceras partes) de la fuga.
El cuadro de empresas compradoras de divisas muestra incluso fuertes diferencias entre las 852 personas jurídicas que componen ese uno por ciento. La empresa que más compró acumuló en esas transacciones 1248,2 millones de dólares. Las primeras diez acumulan 7945 millones de dólares, mientras que las primeras 200, 30.352 millones, el 54,5 por ciento del total comprado por las 85.279 empresas adquirentes de dólares en el período. Está claro que las autoridades tienen la referencia en quién centrarse para analizar las motivaciones y, sobre todo, el destino de la fuga.
Otro tanto sucede con las personas humanas. Son casi 7 millones las que compraron dólares, por un total de 73.640 millones. Pero el 1%, es decir, unos 70.000, compraron el 22% del total. Y sólo un individuo, compró 40,5 millones de dólares.
Entre los diez primeros sumaron compras por 217 millones, y entre los primeras 200 personas en el ranking de compradores de dólares, acumulan una dolarización neta de activos de 1159 millones, a un promedio de casi 6 millones por cabeza. Si preocupa la fuga, será importante encontrar instrumentos para que no se repita.