5 Pinot Noir que marcaron un hito entre los vinos argentinos y que debés probar
Cuando a un enólogo se le suele preguntar cuál es la variedad más desafiante, es muy probable que no dude un minuto y responda, en un largo suspiro: "Pinot Noir".
¿Por qué es un vino difícil de elaborar? Una de las principales variables está vinculada con el aspecto sanitario: tal como reseñábamos en esta nota reciente, la planta es muy sensible a la podredumbre en general. Por lo tanto, los suelos pobres y bien drenados y con muchas piedras son los indicados para la variedad.
"Es un cepaje muy desafiante tanto en el cultivo del viñedo como en la elaboración de los vinos en la bodega. El desafío vitícola empieza en la selección del clon y el lugar de plantación adecuados, los mejores resultados se dan en zonas frías, que ayudan a expresar todo su carácter. Luego, el manejo y conducción del viñedo es clave para asegurar el equilibrio, madurez y sanidad necesarios", comentaba Pablo Cúneo, director de enología de Luigi Bosca.
Santiago Mayorga, enólogo de Nieto Senetiner, confirma esa idea que vincula a la uva Pinot Noir con un desafío.
"Como cepaje, es muy demandante en manejo y terroir. A la hora de elaborarlo hay que ser muy preciso y prestar mucha atención a los detalles para no perder todo el potencial de esta uva. Con lo cual, para lograr un Pinot Noir con tipicidad varietal, es necesario encontrar el lugar indicado y ser muy preciso en el viñedo y en la bodega", agregaba, en diálogo reciente con iProfesional.com.
Hay un dato clave que también sirve para entender el espíritu de esta cepa: el 94% de los vinos Pinot Noir son varietales. Es decir que solo un 6% se elabora como blend junto a otra cepa.
Y la respuesta sobre las razones por las cuales a esta variedad no le gusta compartir el protagonismo está en sus taninos muy ligeros y en su composición fenólica, variables difíciles de combinar con otras cepas y, más aún, a la hora de pensar en un vino que evolucione en el tiempo.
Las condiciones especiales que requiere esta variedad para alumbrar vinos de clase mundial explica por qué, actualmente, hay menos de 2.000 hectáreas cultivadas en todo el país, lo que apenas representa el 1% de toda superficie cubierta con vides en la Argentina.
Lo interesante es que, pese a todas las dificultades, es una variedad que apasiona a los enólogos y que tiene consumidores adeptos que saben qué buscan cuando descorchan una botella de Pinot Noir.
A continuación, cinco vinos Pinot Noir provenientes de viñedos que, por diferentes razones, marcaron un hito en la vitivinicultura argentina y que vale la pena descubrir, especialmente en estos momentos en que se está celebrando su día en el mundo:
1. El primer Pinot Noir océanico de Argentina
En Chapadmalal se ubica el viñedo oceánico más grande de Argentina. Y además, fueron pioneros. Allí, Trapiche Costa & Pampa cuenta con 25 hectáreas cultivadas con variedades blancas, además de poquísimo Merlot y de Pinot Noir, la única cepa tinta que están comercializando.
Ezequiel Ortego, enólogo del proyecto desde el inicio, hace 11 vendimias, asegura una de las principales características de este terroir tan particular está dado por el agua: a diferencia de Mendoza, aquí llueve lo suficiente como para no tener que regar. Además, es una zona muy ventosa, con ráfagas constantes que promedian los 20 kilómetros por hora (y picos de hasta 80 km/h durante las sudestadas), lo que asegura una muy buena sanidad de las vides. Otro punto clave es el suelo: hay buena materia orgánica, arcilla, un poco de arena, canto rodado y, a un metro de profundidad, la tosca, "la piedra madre del lecho marino argentino", según Exequiel. Esto implica que el suelo tiene un gran contenido de carbonato de calcio, creando condiciones ideales para el Pinot Noir.
¿Cuál es la diferencia entonces de este Pinot Noir respecto de los que se elaboran en terruños más cercanos a la cordillera? Ante esta pregunta, el enólogo detalla que "se destaca por su frescura, producto del clima oceánico. Las uvas que dan origen a este vino poseen un buen nivel de acidez a la hora de ser cosechadas, por lo que nos va a permitir elaborar un vino fresco y elegante".
Lo interesante es que, según cuenta el enólogo, las primeras añadas de Pinot Noir tenían un carácter a eucalipto muy notorio. Y esto estaba dado por el impacto de los árboles que crecen cerca del viñedo y que influían en el perfil aromático de las uvas de las dos primeras filas del viñedo. Por eso, decidieron comenzar a cosechar por separado y elaborar el Pinot Noir sin esas filas que modificaban la tipicidad varietal.
Qué vino Pinot Noir probar
Costa & Pampa Pinot Noir es un vino al que le han ido bajando la proporción de barrica. Y esto se siente en nariz, dominada por las frutas rojas bien intensas, junto a trazos florales y un fondo terroso muy sutil. En boca ofrece una muy linda textura. Un vino construido sobre una buena acidez, vibrante, con un fluir apenas tenso. Un gran exponente de un terroir con enorme potencial.
2. El Pinot Noir más austral del planeta
Si algo distingue a la Patagonia es su diversidad. No es posible hablar de esta mega región como un bloque, tal como lo contamos en esta nota. Hay muchos matices y expresiones en función de la multiplicidad de terruños. Y uno de los proyectos más interesantes es Otronia, que nace en Sarmiento, en Chubut, muy cerca del límite con la provincia de Santa Cruz.
Además de ser 100% orgánico, tiene una interesante particularidad: es el proyecto de vinos comerciales más austral del planeta. Para tener una referencia, hasta hace unos años, una bodega de Central Otago, en la parte sur de Nueva Zelanda, llamada Grasshopper Rock, había obtenido el récord del viñedo más austral del mundo, ubicándose en el paralelo 45º25’S.
Sin embargo, Otronia se ubica justo por debajo: en el paralelo 45º31’S. Una salvedad: en Chile está avanzando un proyecto en el paralelo 46º32’S, en la región de Aysén, un poco más al sur todavía. Pero por el momento es un proyecto experimental, desarrollado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de ese país.
Y varias características confirman cuán extremo es la zona: los vientos pueden alcanzar los 100 kilómetros por hora (por eso usan mallas antigranizo en forma vertical) y los registros marcan que es el viñedo más frío de Argentina, con temperaturas de hasta -14° en invierno.
"El clima extremo debido a las bajas temperaturas, los fuertes vientos y la intensa luminosidad conducen a una expresión muy singular de esta variedad tan especial logrando un carácter frutal, complejo y elegante a través de un vino de características únicas. El suelo compuesto por rocas y arcillas, los vientos permanentes y el clima seco garantizan una producción de uva orgánica libre de enfermedades", explica el enólogo Juan Pablo Murgia.
Qué vino Pinot Noir probar
Y un gran exponente para conocer esta bodega es 45° Rugientes Pinot Noir. A partir de ese terroir tan extremo, el enólogo Juan Pablo Murgia entrega un Pinot Noir de gran carácter varietal, que premia con notas de frutas brillantes, crujientes y una ligera pincelada especiada. En boca es largo, con una acidez que se siente de punta a punta, pero que está bien ensamblada, sin estridencias, mientras que su peso se apoya en taninos suaves. En su medio de boca se luce con más de esa fruta roja en alta definición. Un Pinot Noir que activa los sentidos y, muy importante, nunca pierde la elegancia.
3. El Pinot Noir del mayor productor de esta variedad en Argentina
Si bien su origen genético se presta a debates desde hace cientos de años, sí se estableció su origen en la región francesa de Borgoña. Lo interesante es que se conoce su trazabilidad y cómo llegó al país: fue Chandon la primera bodega en introducirlo y cultivarlo en Mendoza, a partir de clones específicos destinados a la producción de espumosos.
Un dato clave es que actualmente, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Mendoza cuenta con 1.445 hectáreas de Pinot Noir y Chandon hoy es el productor número uno de la provincia y también de la Argentina, con 222 hectáreas propias.
Qué vino Pinot Noir probar
El gran exponente de la bodega es Chandon Cuvée Réserve Blanc de Noirs: un espumoso 100% Pinot Noir que producen a partir de viñedos ubicados en el Valle de Uco, entre los 1.400 y 1.650 metros sobre el nivel del mar.
Según explican desde el equipo de enología de Chandon, con temperaturas bajas y un promedio de 16°C de amplitud térmica, "las condiciones son las perfectas para obtener una acidez natural y un espumoso elegante y complejo. Chandon Cuvée Réserve Blanc de Noirs exhibe la gran potencia y estructura del Pinot Noir que se fusiona con la complejidad aromática que le brinda el prolongado tiempo en reposo sobre levaduras especialmente seleccionadas".
Chandon Cuvée Réserve Blanc de Noirs ofrece una capa envolvente de aromas a levaduras y brioche y una punta herbal que refuerza su frescura. En el paladar se luce con una burbuja persistente y una buena untuosidad que le da presencia. Estructura, peso y carácter redondean este espumoso elegante, que resulta perfecto para la gastronomía.
4. El Pinot Noir del productor número 1 de la Patagonia
La bodega más emblemática de Neuquén es Bodega del Fin del Mundo, emplazada en San Patricio del Chañar. Allí, cuentan con 800 hectáreas, de las cuales poco más de 100 están destinadas a esta uva. Esto convierte a la bodega en el principal productor de Pinot Noir de la Patagonia.
Lo interesante es que vienen de obtener la certificación orgánica para un viñedo de 40 hectáreas, a partir del cual alumbraron este año la línea Organic Vineyard, conformada por un Malbec, un red blend y un Pinot Noir, que sirven como guía para entender el nuevo rumbo que está tomando la bodega comandada por Juliana Del Águila Eurnekian, quien afirma: "No encontramos techo con el Pinot Noir. Todo lo que producimos, lo vendemos".
Qué vino Pinot Noir probar
De la bodega, te recomendamos especialmente Fin del Mundo Organic Vineyard Pinot Noir, que hace poco salió al mercado y que, como explicábamos, muestra el nuevo camino de Bodega del Fin del Mundo. Hay una realidad y es que el Pinot Noir, no está siempre obligado a entregar notas de sotobosque u hongos. Esta variedad puede ir muy cómodamente por el camino de las frutas rojas, como esta etiqueta, de la mano de una paleta simple y directa. En boca, en tanto, este vino se muestra fluido y se apoya en una linda acidez, que no incomodará a ningún paladar, pero con la fuerza suficiente como para darle empuje.
5. El Pinot Noir que nace del viñedo más alto de Argentina
Hablemos de vitivinicultura heróica: Altura Máxima es un viñedo emblemático de la Argentina. Fue plantado por Bodega Colomé tras un largo proceso de prueba y error. Está ubicado en la zona de Payogasta, en Salta, y marcó un hito en la vitivinicultura nacional al ser el primero en superar la barrera de los 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Allí, exactamente a 3.111 msnm, la bodega que hoy está dirigida enológicamente por Thibaut Delmotte, cuenta con 25 hectáreas plantadas con Malbec, Sauvignon Blanc y Pinot Noir.
Para tener una referencia, es una altura que casi cuadruplica a la de San Rafael, en Mendoza. Y si bien esta marca histórica fue superada (primero, por un viñedo en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy, emplazado a 3.329 msnm y luego por un viñedo experimental en el Tibet, a 3.563 msnm), sigue siendo el Pinot Noir producido a mayor altura de Argentina.
Un dato clave es que, a esa altura, la radiación solar puede llegar a ser un 35% superior a la que se registra a nivel del mar. Y esta variable contribuye a tener pieles más gruesas, como respuesta de la planta a ese estímulo. Y dado que en las pieles está el color y están los aromas, los vinos que allí nacen alcanzan una intensidad y una profundidad únicas. A esto se suma una marcada amplitud térmica, del orden de los 22º que favorece a una saludable madurez.
Qué vino Pinot Noir probar
Altura Máxima Pinot Noir es un gran exponente de la vitivinicultura heróica. Es complejo, con varias capas finas que suman frutas rojas sanamente maduras, trazos florales y toques herbales. En boca ofrece ese perfil asociado a los vinos minerales (concepto que todavía genera debate): la textura, apoyada en sus taninos de grano fino, es marcada; tiene mucha fluidez y una acidez bien ensamblada. Pero no es un Pinot Noir ligero y lábil: el terroir extremo deja su marca.