Principal bodega de vinos orgánicos de Argentina consolida inversión de u$s84 millones: así es el ambicioso proyecto
Alejandro Bulgheroni, propietario de Pan American Energy Group, la petrolera privada más grande de Argentina, está consolidando su posición en el negocio del vino.
A través de Grupo Avinea -que controla las bodegas Argento, Otronia, Cruz de Piedra, Pacheco Pereda y Cuesta del Madero-, el empresario se propuso duplicar la superficie de viñedos orgánicos, con el objetivo de alcanzar las 700 hectáreas libres de pesticidas y agroquímicos.
Cabe destacar que Bulgheroni es un jugador clave en la industria vitivinícola: además de poseer el 50% de Bodega Vistalba, es propietario de bodega Garzón, en Uruguay, y de otros proyectos en países como Estados Unidos, Francia, Italia y Australia.
Y en la Argentina, desde Grupo Avinea, ya logró liderar el negocio del vino orgánico. En Otronia, el proyecto vitivinícola más austral a nivel mundial (ubicado en Chubut), ya trabajan con una filosofía 100% sustentable, mientras que Argento actualmente se constituye como el principal productor "verde" del país, con más de 3 millones de botellas anuales.
Vinos orgánicos: el ambicioso plan de Bulgheroni
Como parte de este plan, el equipo enológico y agronómico de Grupo Avinea acaba de presentar "MatrizViva", un proyecto con el que buscarán pasar, para el año 2025, de las 322 hectáreas de viñedos orgánicos que actualmente poseen en Mendoza, a cerca de 650. Si a esta superficie se suman las 50 hectáreas que manejan en Otronia, esto implicaría que en poco más de tres años el grupo llegaría a las 700 hectáreas libres de pesticidas y químicos.
Desde el inicio de Grupo Avinea, Bulgheroni lleva invertidos 76 millones de dólares, a los que habrá que sumar otros u$s8 millones del nuevo programa agrícola con foco en la sustentabilidad, llegando así a un desembolso global del orden de los u$s84 millones.
"Llevamos muchos años desarrollando prácticas agrícolas sustentables. Esta es una filosofía de trabajo no es marketing", afirmó en el enólogo de la compañía, Juan Pablo Murgia, en el marco del lanzamiento del proyecto MatrizViva, en la zona de Alto Agrelo, en Luján de Cuyo, Mendoza, donde se emplaza el viñedo "madre" de esta iniciativa, con cerca de 232 hectáreas trabajadas de manera totalmente orgánica.
Argento además posee otras cuatro fincas en Mendoza, que también irán incorporando más hectáreas libres de agroquímicos: las mismas se ubican en Maipú, Ugarteche y El Carrizal (ambos en Luján de Cuyo) y Altamira, en Valle de Uco.
"Hoy está comprobada la diferencia en calidad que se logra cuando se está en equilibrio con el medioambiente. Los aromas, los sabores y las texturas definen el carácter de los vinos. Nuestra filosofía es coexistir con el medioambiente y esto es lo que reflejaremos en el programa MatrizViva", completó el enólogo.
Vinos orgánicos: de qué se trata MatrizViva
El proyecto contempla diversos abordajes y la finca de Alto Agrelo se convirtió en una suerte de "escuela" para el desarrollo de una vitivinicultura orgánica.
Una de las patas de MatrizViva se enfoca en el estudio de las plantas nativas y no nativas y su interacción con el viñedo, especialmente en lo que se refiere al control de plagas y malezas. Para ello, firmaron un acuerdo con la Universidad Nacional de Cuyo.
También, vienen investigando todo el ecosistema de microorganismos y de pequeños insectos que habitan en la finca, con el fin de atraer a los más beneficiosos y mantener alejados a los que son perjudiciales para la vid.
En ese plan, tal como se explicó en esta nota de iProfesional, el equipo de agrónomos, liderados por Cecilia Acosta, se han convertido en "hormigólogos": en la bodega no solo no combaten a las hormigas (una de las grandes amenazas para esta actividad) sino que, tras estudiar su comportamiento, aprendieron a convivir con ellas.
En paralelo, la bodega viene trabajando en cada finca para optimizar el uso del agua, siendo que la agricultura es responsable del 70% de la demanda de este recurso a nivel mundial.
Además, como parte del acuerdo con UNCuyo, Grupo Avinea está desarrollando una serie de indicadores sobre el impacto del cambio climático en las principales zonas vitivinícolas de la provincia, a partir de la implementación de modelos de análisis de riesgo de aumento de eventos climáticos extremos y modelos de predicción aptitud para el desarrollo de esta actividad.
"Se abrieron líneas de investigación con la idea de tener herramientas a futuro para evaluar el impacto del cambio climático en la producción", explica Juan Pablo.
También, en el marco del programa MatrizViva, la bodega selló un acuerdo con el INTA para desarrollar el primer vivero orgánico del país y así tener material listo para plantar en las fincas y no esperar los tres años que exige la certificación cuando las plantas provienen de viveros tradicionales.