Vinos: así es el impactante proyecto de familia Bemberg en Mendoza
En abril de 2006, la familia Bemberg cerró un capítulo clave al desprenderse de la cervecería Quilmes, pero inició una etapa decisiva en su historia: en 2010 se convirtieron en propietarios de Peñaflor, el mayor grupo de bodegas de la Argentina.
Y, un año después, tras diversas reuniones entre los cerca de 200 miembros de la familia, parte de los cuales están radicados en España y Francia, trazaron un objetivo ambicioso: alumbrar vinos de clase mundial a partir de algunos de los mejores terroirs de la Argentina.
En un primer momento, el proyecto apuntaba a elaborar vinos para la familia; es decir, no para comercializar. Sin embargo, el proyecto creció y el clan decidió dar uno de los pasos más jugados en su rol como empresarios: ponerle su propio apellido a la bodega y a los vinos, que finalmente iban a dejar el ámbito de la cava privada para llegar a restaurantes y vinotecas.
El lanzamiento oficial de la bodega Bemberg Estate Wines tuvo lugar en marzo del 2020, justo unos días antes de que cambiara la realidad de Argentina, en un contexto en el que la pandemia estaba impactando a pleno a nivel mundial. Y desde ese entonces, el proyecto no hizo más que consolidarse.
El plan de negocios está apoyado en tres patas clave: los diferentes terroirs que le dan vida al portfolio de vinos que están al pie de la cordillera de los Andes, desde Mendoza a Salta; por otro lado, el equipo enológico, a cargo de Daniel Pi, ex Trapiche y reconocido en numerosas oportunidades como uno de los mejores profesionales del país y, como tercer punto, la bodega, con tecnología de punta.
Cuánto cuestan los vinos de la familia Bemberg
En la actualidad cuentan con una línea de varietales y un vino ícono. La primera fue bautizada "La Linterna" y cuenta con siete etiquetas: cuatro Malbec, un Pinot Noir, un Cabernet Sauvignon y un Chardonnay, los cuales se comercializan a un precio sugerido de $15.000.
En tanto que Pionero, el vino tope de gama, es un blend Malbec, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc y se vende a un precio sugerido de $23.000.
El corazón de la bodega está en finca El Tomillo, a unos 1.300 metros sobre el nivel del mar, en pleno corazón de Gualtallary, Valle de Uco. Allí, la familia Bemberg cuenta con unas 65 hectáreas plantadas en una finca de 90 hectáreas, donde se destaca la rica diversidad de suelos, sumando una capa de sedimentos eólicos, una capa más delgada de caliche y luego, una capa aluvial de piedras redondeadas con contenido de carbonato de calcio.
Un dato: si visitás la bodega, vas a encontrar un ventanal de varios metros de altura que hace las veces de una enorme calicata y que permite ver, justamente, la composición y complejidad del suelo.
De sur a norte, la familia Bemberg cuenta con seis fincas que son claves para determinar el perfil y el carácter de sus vinos:
-Finca El Milagro, en La Consulta, en la parte sur del Valle de Uco. Allí trabajan una parcela en particular de la cual obtienen uno de los Malbec de la línea La Linterna.
-Finca Las Piedras, Los Arboles, al norte del departamento de Tunuyán. De ese viñedo provienen las uvas que le dan vida a La Linterna Pinot Noir.
-Finca El Tomillo, en Gualtallary, donde se cultivan las uvas para el Chardonnay y el Malbec de La Linterna, además de los componentes para el blend Pionero.
-Finca La Yesca, en el cautivante Valle de Pedernal, en San Juan. De una parcela plantada sobre un suelo muy rocoso proviene otro de los Malbec de La Linterna.
-Finca Los Chañares, en Chañar Punco: es un pequeño terroir a casi 2.000 metros sobre el nivel del mar en la provincia de Catamarca que, con poquísimas hectáreas, viene haciendo muchísimo ruido. Los suelos con mucho contenido calcáreo le dan vida a uno de los Malbec de La Linterna.
-Finca Las Mercedes, en Cafayate, Salta. Allí, a más de 1.600 metros sobre el nivel del mar, los enólogos seleccionaron una pequeña parcela para producir el gran Cabernet Sauvignon de La Linterna.
Así es la bodega de la familia Bemberg
Respecto de la bodega, que comenzó a construirse en el año 2017, está equipada con la última tecnología. Concebida por la famosa dupla Bórmida & Yanzón, el diseño fluye, se conecta con el entorno y se va abriendo en diferentes alas de manera completamente funcional.
La bodega de la familia Bemberg tiene una capacidad de 350.000 litros y cuenta con algunas vasijas de hormigón de 4.200 litros con forma de copa de degustación técnica (de esas que se usan en las catas profesionales) que Pi y su equipo las utilizan para trabajar con microvinificaciones.
Otro dato clave: en la bodega no hay espacio para el acero a la hora de elaborar vinos. Pi solo trabaja con madera y concreto. "No soy esotérico pero me di cuenta que es mejor cuando el manejo de la energía es positiva y la carga del acero no me lo permite", resume el enólogo en un recorrido con la prensa especializada.
En la bodega Pi asegura que todo fermenta de manera natural, espontánea, a partir de las levaduras presentes en el viñedo.
En otras palabras, Pi no comulga con las levaduras que vienen en paquete, listas para usar. Es más, el enólogo está trabajando para encontrar lo que denomina "el sabor de la casa", una búsqueda a largo plazo poco transitada por la industria: mientras que casi todas las bodegas en Argentina limpian, lavan y desinfectan recipientes e instalaciones como si fuese un laboratorio, para evitar desviaciones organolépticas durante el proceso de elaboración, Pi prefiere dejar, vendimia tras vendimia, una pequeña huella de esas levaduras que trabajaron en cada recipiente. Ese ese, para Pi, el secreto del sabor de la casa.
Pero en Bemberg Estate Wines no hay lugar para ningún tipo de improvisación. De hecho, Pi asegura que "la precisión que hay que tener para hacer estos vinos es la clave".
Cinco vinos que hay que probar
Un aspecto clave es Pi trabaja mucho con el tiempo de crianza y posterior estiba en botella. Por eso hoy en el mercado el único blanco de la bodega es cosecha 2018, mientras que los tintos varietales y el blend ícono son añada 2016.
La respuesta está en el paladar de la familia que, según el enólogo, "no es amante de los vinos jóvenes".
Ahora sí, cinco vinos de Bemberg Estate Wines para conocer a fondo el proyecto:
La Linterna Finca El Tomillo Parcela 1 Chardonnay 2018
Se percibe una sana madurez. Las clásicas notas tropicales de la variedad acá aparecen muy sutiles; dominan más las notas de frutas de pepita junto a un interesante trazo herbáceo. Es un vino de avance preciso, ligeramente graso y de larguísimo recorrido. No es de esos blancos gordos y sucrosos pero tampoco es excesivamente delgado o filoso. Hay un gran balance. Sobre este vino, Pi lanza un desafío: "Tiene para 20 años más de guarda".
La Linterna Finca Las Piedras Parcela 12 Pinot Noir 2016
Este Pinot Noir de Los Árboles, se luce con una muy linda fruta roja, un ligero toque terroso y trazos bien florales, con un aporte sutil de la madera. En boca es un vino con gran volumen y taninos marcados pero que respetan el carácter de la variedad. La frescura es el motor de este vino pero no es chispeante. Perdurable.
La Linterna Finca Los Chañares Parcela 73 Malbec 2016
Este Malbec, tal como se mencionó, proviene de un viñedo plantado en 1998 en Chañar Punco, en Catamarca, a casi 2.000 metros de altura. Apenas se sirve en la copa, domina con una paleta intensa, profunda, donde abunda la fruta roja y negra, sobre un colchón especiado. De paladar pleno, en su medio de boca se potencian más las frutas y las especias. Vino de gran volumen, apoyado en taninos que le dan andamiaje.
La Linterna Finca Las Mercedes Parcela 19 Cabernet Sauvignon 2016
Este Cabernet Sauvignon del Valle de Cafayate, Salta, es puro terroir. Es de esos ejemplares con tipicidad arrolladora, con una paleta dominada por las notas de pimentón rojo, frutas rojas y especias, con capas y capas y que se van superponiendo. Su paso llena el paladar, con buen graso y taninos bien trabajados pero firmes. Un vino profundo, con músculo, pero que resulta muy disfrutable.
Pionero El Tomillo 2016
El ícono de la bodega es un blend de Malbec, Cabernet Sauvingon y Cabernet Franc de la finca que Bemberg Estate Wines posee en Gualtallary. Muchas capas que se van superponiendo y van de las hierbas y especias, a las frutas rojas y negras, encorsetadas por una madera que complejiza. Mucha profundidad. En boca es un vino full bodied, con un avance graso y bien largo, pero alta gama no debe confundirse con potencia: es precisión y elegancia. Y este vino cumple con ambos preceptos.