Cinco hitos que marcaron a fuego la agenda del vino argentino en este 2020
El 2020 es un año que quedará en la historia. "Pandemia" y "coronavirus" fueron dos de los términos más buscados en la web en todos estos meses, en los que cambiaron hábitos y costumbres en cada rincón del mundo.
Y los hitos que marcaron a fuego al negocio del vino argentino no escaparon de esta realidad. Por el contrario, buena parte de la agenda se movió en función de los efectos colaterales que trajo este escenario difícil de imaginar.
A continuación, los cinco hitos más relevantes de la agenda 2020 del vino argentino:
1. Renació el vino en la mesa diaria de los argentinos
En las últimas décadas hubo un desplome en el consumo de vinos en el país, lo que llevó a que se llegara a perforar la barrera de los 20 litros per cápita, el peor nivel del que se tuviera registro.
La tendencia, claro, no fue exclusiva de la Argentina. En muchos países, especialmente del Viejo Mundo, este indicador fue en retroceso (como fue el caso de Italia o España), como consecuencia de una multiplicidad de factores, comenzando por los hábitos laborales (no más vino al mediodía, por ejemplo) y la irrupción de una batería de alternativas que antes no estaban en la canasta (como las aguas saborizadas). Párrafo aparte merece el análisis de la cerveza, que de estar muy por debajo del vino, pasó a duplicarlo a nivel consumo per cápita.
Pero, más allá de los factores que llevaron al desplome continuo en el mercado interno, la realidad es que hoy las bodegas están asistiendo a un renacer del vino argentino, que vuelve a verse más seguido en la mesa diaria.
Aquí entró en escena el cisne negro, que golpeó a la economía en general y cambió abruptamente la cotidianeidad del mundo, como es la pandemia de coronavirus.
Pero así como también las bodegas sintieron el impacto negativo (las exportaciones en un comienzo se desaceleraron, a lo que se sumó en el plano interno el cierre de hoteles, restaurantes y bares), la realidad es que el balance fue más positivo de lo que se pensaba.
Ante la imposibilidad de viajar, los pocos incentivos para poner plata en un 0Km o en otros bienes durables e, incluso, por las restricciones cambiarias, las familias argentinas destinaron en este 2020 una mayor proporción de su presupuesto en sobrellevar este momento complejo. Y muchos lo hacen premiándose con una buena comida, o con un buen vino.
El acumulado de los primeros nueve meses de despachos al mercado interno creció 8,3% según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Con estas cifras, el vino despachado hasta septiembre viene superando en más de 54 millones de litros al mismo periodo de 2019.
"La cuarentena repercutió muy fuerte en el canal de hotelería, restaurantes y empresas de catering, pero se compensó con un mayor consumo en el hogar", afirmó en diálogo con iProfesional Alberto Arizu, presidente de bodega Luigi Bosca
"Todo esto repercutió, en nuestro caso, en que haya crecido mucho la comercialización de vinos de gamas más altas. De hecho, fue un gran año para los vinos más caros, los de colección y las etiquetas más exclusivas. Esto se empezó a notar a partir de julio y agosto. Y si hay algo para destacar es que, de todas las bebidas, la que estuvo más cerca de los consumidores fue el vino. Es más: se reforzó el vínculo entre el consumidor y el vino", agregó.
2. Comprar vinos online, una costumbre que llegó para quedarse
La cuarentena y la "nueva normalidad" impusieron una realidad diferente, tanto a los consumidores como a las empresas. Y, en el caso del negocio del vino, el cambio fue drástico.
Con restaurantes y winebars cerrados durante buena parte del 2020, las bodegas perdieron un importante canal de comercialización. De hecho, para algunas, especialmente para las más chicas, los restaurantes significaban su mayor canal de comercialización.
Este escenario también trajo aparejadas nuevas oportunidades, de la mano del ecommerce. Un par de meses después de iniciada la cuarentena en la Argentina, el titular de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (Cace), Alberto Calvo, afirmaba que el ecommerce había logrado una expansión en tiempo récord.
"En tres o cuatro semanas avanzó lo que no hubiera podido hacer en un par de años", aseguraba el directivo en aquel momento.
Además, hubo una fuerte respuesta por parte de bodegas, que activaron sus propios ecommerce o potenciaron los sitios que ya tenían operativos.
Moët Hennessy Argentina, Bodegas Bianchi, Luigi Bosca, Trivento, Casa Boher, Susana Balbo Wines y Grupo Peñaflor, con Vinosyspirits.com, son algunos casos de éxito en este sentido.
Desde Trivento, aseguraron que "la venta online en la industria es una tendencia que vino para quedarse y tiene mucho para crecer en Argentina".
En el caso de Bodegas Bianchi, el canal online (que experimentó un salto del 1.000% en el primer semestre) representa por ahora el 3% del volumen comercializado, pero esperan que gane un punto de share este año.
En tanto, la plataforma Vinosyspirits.com, que comercializa etiquetas de Trapiche, El Esteco y Navarro Correas, entre otras bodegas del grupo, venía con cerca de 5.000 visitantes mensuales antes de marzo, mientras que en la actualidad rondan los 160.000.
Lo interesante es que el comercio online también da espacio para los jugadores chicos, que no cuentan con una gran estructura comercial y tienen una pequeña producción de vinos, como es el caso de Finca La Igriega, un proyecto pequeño enfocado en la alta gama.
3. El boom de las ferias y degustaciones online
En épocas de distanciamiento social, los eventos presenciales quedaron relegados. Por eso, como parte de la "nueva normalidad", la industria del vino comenzó a buscarle la vuelta.
Con los enólogos desde Mendoza, Salta o la Patagonia, y la prensa especializada en Buenos Aires y otras provincias, las bodegas avanzaron con lanzamientos de nuevas marcas o con las cosechas más recientes.
Incluso, Finca Bandini, emplazada en Las Compuertas, Luján de Cuyo, se convirtió en la primera bodega de la Argentina en haberse lanzado de manera completamente online.
En este 2020 la novedad también fue que las ferias de vinos migraron al canal online. Así, la tradicional feria de Vinos de Alta Gama que tuvo más de 30 ediciones presenciales, por primera vez se realizó de modo virtual. Además de sumar una segunda edición, también hubo una dedicada exclusivamente a los vinos patagónicos, llegando a convocar a cerca de 600 fans de la bebida nacional en cada encuentro.
Javier Menajovsky, organizador de estas ferias, aseguró que, de cara al 2021, "el formato virtual llegó para quedarse y convivir con el presencial, amplificando el acceso a compradores que viven lejos de los grandes centros urbanos". De modo que, incluso cuando pase la pandemia, van a querer seguir disfrutando de estas experiencias, sin tener que viajar hacia el lugar donde se realiza. Creo entonces que van a convivir ambos públicos en un mismo evento, que pasará a ser un híbrido entre los presencial y lo virtual".
4. La vitivinicultura, cada vez más extrema
La carrera se lanzó hace unos años y no se detiene. Por el contrario, se potencia año a año. Desde que el riego por goteo hizo posible conquistar zonas del país que antes resultaban inviables para la producción vitícola, la frontera para esa actividad no hizo más que expandirse.
En los últimos años, se logró la mayor conquista, en términos de altura, en Mendoza: la bodega Estancia Uspallata, comandada enológicamente por Alejandro Sejanovich, alcanzó los 2.000 metros sobre el nivel del mar, la mayor altitud de Mendoza y de la zona de Cuyo.
Y este 2020 trajo varias novedades. Recientemente, bodega Terrazas de los Andes presentó en sociedad un Malbec de su línea Parcel, elaborado a partir la finca en producción más extrema de todo el Valle de Uco, más precisamente en Gualtallary, a 1.650 metros sobre el nivel del mar.
"Fuimos los primeros en poner un pie en Gualtallary en los años ’90 y, a través de los años, ahora estamos en el techo de la región con este viñedo joven, pero que lo valoramos muchísimo por la expresión que nos ofrece", explicó el enólogo Gonzalo Carrasco.
Como parte de este avance sin precedentes de una industria que busca nuevos terroirs (que garanticen temperaturas en promedio más bajas y una buena amplitud térmica, para asegurar una saludable madurez polifenólica, pero cuidando la frescura), bodega Huentala Wines, está dando otro paso en la conquista de la altura, con una nueva finca, que recién se está cultivando y que se emplaza a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar. Para tener una referencia, Agrelo, una de las zonas más reconocidas de Luján de Cuyo, promedia los 1.000 metros.
Se trata del primer viñedo de la localidad de El Salto, en el distrito de Potrerillos (Luján de Cuyo), bien pegado a la cordillera. Allí plantaron Malbec, Chardonnay, Sauvignon Blanc, "y tenemos previsto plantar Pinot Noir el próximo año", explicaron desde la bodega, desde donde adelantaron que "probablemente en 2021 estaremos haciendo algunas microvinificaciones".
¿Y cuál es la filosofía que impulsa a la industria a buscar nuevos terroirs en altura? En diálogo con iProfesional, José Lovaglio Balbo, enólogo de Susana Balbo Wines y también impulsor de su propio proyecto, explicó que "esta búsqueda tiene su fundamento en la premisa de que cuando la vid está en un ambiente lo suficientemente hostil como para sentirse incómoda, pero con las condiciones apropiadas para subsistir, se adapta naturalmente, poniendo foco en el fruto. Crece vegetativamente un período y después se enfoca mucho en el fruto que, si bien se da en poca cantidad, es de muy buena calidad".
"La altura genera situaciones climáticas de frío, vientos y varias condiciones que son únicas y menos repetibles. Hacen que la planta tenga un nivel de estrés natural más elevado que en los llanos. Por lo cual, las características de los vinos de altura son particulares y menos replicables si se logra calidad", recalcó.
5. Burbujas cada vez más innovadoras
Lo interesante de este 2020 es que las bodegas han venido lanzando diferentes opciones que escapan realmente de lo tradicional. El hilo conductor es que se trata de vinos súper bebibles y versátiles. Ya el año pasado, Chandon había lanzado Apéritif, un espumante con naranjas orgánicas de Entre Ríos y hierbas y especias del mundo que buscó recuperar para esta categoría un espacio clave: la hora del vermouth.
Y a partir de allí, las novedades no pararon. Así, por ejemplo, bodega Cruzat hizo historia al presentar el primer espumante naranjo de Argentina.
Andrés Heiremans, presidente de la bodega, destacó que "habíamos probado vinos naranjos tranquilos, pero nunca un espumoso. El gran carácter, marcado por la buena estructura de los mismos, nos hizo pensar que se potenciarían muy bien con las burbujas".
Además, Cruzat lanzó en este 2020 dos pet nat. Lo mismo hizo el proyecto Alma 4, que presentó un pet nat bautizado "Phos", un 100% Pinot Noir añada 2020 que procede de una microrregión llamada La Carrera, en Tupungato.
Pet nat es la forma en que la industria denomina a los vinos "petillant natural", un método ancestral, previo al método tradicional con el que se elaboran espumantes, que consiste en tener una primera y única fermentación directamente en la botella, manteniendo las borras hasta que la abra el consumidor. Se embotellan con una tapa corona (las mismas que las de la cerveza, que también se usan para hacer espumantes, en un paso previo al tapón de corcho definitivo) y el resultado es un espumante natural, turbio, con una efervescencia más sutil, en general de bajo alcohol y buena acidez.