Vinos que no hay que dejar de probar: por qué estas tres nuevas etiquetas salen de lo común
Los argentinos, poco a poco, nos vamos acostumbrando a la "nueva normalidad". Esto incluye a todos los hábitos incorporados para hacer frente a la pandemia y también, la forma en que consumimos productos y servicios.
Las plataformas de ecommerce y las apps de delivery se convirtieron en herramientas casi indispensables. Y la industria del vino no escapa de esta tendencia.
Y así como días atrás por primera vez en la Argentina se presentó un proyecto vitivinícola de manera online, bodega Casarena acaba de lanzar tres nuevos vinos vía Zoom.
"En un momento dudamos de hacer la presentación por el contexto de cuarentena, pero finalmente lo hicimos y coordinamos toda la logística para poder hacer esta degustación y lanzar la nueva línea", explicó desde Mendoza Claudia Piedrahita, gerenta de la bodega.
¿Y por qué son distintos estos vinos? Para empezar no son diferentes por apelar a variedades exóticas o por estar elaborados con métodos poco tradicionales. Salen de lo común porque, tal como viene haciendo Casarena desde hace algunos años, están ayudando a marcar el camino para hablar cada vez más de los microterroirs que hay en Agrelo o Perdriel, en Luján de Cuyo.
Este camino que muy bien han venido recorriendo las bodegas emplazadas en el Valle de Uco, donde comenzaron a proliferar Indicaciones Geográficas y donde enólogos e ingenieros agrónomos hicieron de las fincas, a fuerza de calicatas, una marca registrada.
En un contexto en el que otras zonas de Luján de Cuyo vienen profundizando e hilando fino en la construcción de su identidad, como Las Compuertas, Agrelo siempre se comunicó como un lienzo uniforme, sin variaciones. Por eso era una cuenta pendiente para esta zona de Mendoza empezar a profundizar sobre los matices.
"Seguimos definiendo la historia de Luján de Cuyo. Quizás la última década el brillo se lo llevó el Valle de Uco, la mayoría de las inversiones fueron hacia allá y estuvo muy bien porque eso ayudó a toda la industria a abrir los ojos, a seguir trabajando", planteó Martín Pérez Cambet, director comercial.
"Nosotros levantamos la bandera lujanina y la estamos poniendo lo más arriba posible", agregó.
Sinergy, nueva línea de vinos
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Casarena actualmente tiene la línea reserva, en el orden de los $600 y los Single Vineyard (lanzada en 2011), en $1.200. Ahora, está presentando la nueva familia de vinos Sinergy Vineyard Blend: son tres etiquetas que pasan a ubicarse en el medio, con un precio sugerido de $899.
Al explicar el concepto de esta nueva línea, Pérez Cambet hizo un poco de revisionismo: "En la Argentina cambió la forma en que se hacen vinos. La vitivinicultura cambió mucho en los últimos diez años y muchísimo más en los últimos cinco. Hubo que aggiornarse", sostuvo.
Y agregó que Sinergy es el equivalente de lo que hasta hace unos años era el concepto de "selección de barricas", pero con una mirada 100% actual.
"Ahora, hablar de selección de barricas es algo demodé. Lo que importa es el trabajo del enólogo y del ingeniero agrónomo desde el viñedo. Entonces, fue un poco salir de la bodega e ir más hacia las fincas. Y Sinergy para nosotros es como un vineyard blend", explicó.
De hecho, el nombre juega con ese concepto: en realidad, la palabra en inglés se escribe las dos veces con "y", pero la primera la cambiaron por una "i" como una forma de vincularlo con los single vineyard.
A su turno, desde Mendoza, Pablo Ceverino explicó que "nos encontramos con que cada finca tiene diferentes tipicidades y perfiles y decidimos buscar los componentes que mejor expresan cada finca, por eso las distintas variedades que usamos en cada corte".
¿Qué propone cada etiqueta?
Sinergy Vineyard Blend Jamilla 2018
Ceverino explicó que la finca se emplaza en el corazón de Perdriel. Se trata de un viñedo de 10 hectáreas, donde predomina el limo y la arcilla, con canto rodado en diferentes profundidades. El 70% es Malbec y otras variedades, como Syrah y Merlot.
A su turno, el enólogo Leandro Azin explicó que cada componente se fermentó por separado y luego va a barrica por otros seis meses. "Esto nos permite jugar con los componentes, respetando el trabajo que se hace en el viñedo y buscando la personalidad de la finca en el corte", sostuvo.
Al degustarlo, este blend con base de Malbec entrega una fruta roja con linda madurez; especias "cálidas", aportadas por el Syrah y madera integrada, que encorseta la fruta. El Merlot, en tanto, suma una atmósfera fresca. En boca es largo, con buen graso y apenitas sucroso. Muestra acidez equilibrada y final jugoso, cargado de frutas rojas y negras, con dejos tostados suaves. Final fresco, sedoso, sin golosidad.
Sinergy Vineyard Blend Owen 2018
Se trata de un blend que conjuga 60% de Cabernet Sauvignon y 40% de Malbec.
"Este Cabernet Sauvignon tiene muchos años. En su momento lo plantaron con la idea producir muchos kilos. Pasó todas las modas, incluyendo el estrés hídrico. Por suerte lo hemos recuperado y hoy está muy equilibrado. En los peores años y en los mejores años, este viñedo ofrece siempre la misma calidad", afirmó el ingeniero agrónomo.
Al degustarlo, nos encontramos con un vino sutil. Se nota el predominio del Cabernet Sauvignon de Agrelo, que ratifica que es una de las mejores zonas para esta cepa: hay elegancia, equilibrio. Entrega un dejo a pimentón, pero no pirazinea demasiado, mientras que el Malbec suma su fruta roja brillante. Tiene una linda frescura y acidez, con taninos firmes, ligeramente secantes. Deja un recuerdo en boca durante largo rato a ciruelas. Por su estructura, es un vino perfectamente bebible hoy pero con un enorme futuro si se lo deja unos años en botella.
Sinergy Vineyard Blend Lauren 2018
Es un corte con base de Cabernet Franc, un 30% de Merlot y un toque de Malbec.
Sobre el viñedo, Ceverino explicó que "es una típica finca con suelos de Agrelo. Son 80 hectáreas con suelos profundos. Tenemos sectores con más arena en la superficie y hay que trabajar con mucha precisión porque hay zonas con más y menos vigor y una particularidad es que está en una de las zonas más frías de Agrelo. De hecho, hace frío todas las noches".
Al catarlo, nos encontramos con un vino fresco en nariz, con toques de frutas rojas y negras, dejos balsámicos y un trazo apenas perceptible que recuerda al eucalipto. En boca muestra linda jugosidad. No es masticable pero tiene sustancia y es muy redondo. Un vino híper fluido, con desarrollo más largo que amplio. Un verdadero "comfort wine".