Vicepresidente de Bodegas de Argentina: "Nadie en el sector va a salir bien parado de esta crisis"
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La economía en general está crujiendo ante la crisis descomunal que generó la pandemia de coronavirus. Todas las proyecciones a nivel internacional son negativas. Y, a medida que se extiende el flagelo, las previsiones son peores.
Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), por lo pronto, prevén que el 2020 sea testigo de la peor crisis económica en casi un siglo. En tanto que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierten que 8 de cada 10 empleos a nivel mundial sufrieron algún tipo de variación a causa del virus.
En la Argentina, la crisis está a la orden del día, con sectores que reclaman ayuda para el sostenimiento de los puestos de trabajo y la imposibilidad de hacer frente al pago de sueldos y a los vencimientos tributarios. La peor parte se la están llevando sectores como hotelería y restaurantes, así como el comercio en general, que no puede operar en tiempos de aislamiento. Y, en este contexto, las bodegas también deben lidiar con un contexto sumamente difícil, dado que tienen que hacer frente a gastos propios de la vendimia en un contexto donde se están cayendo las exportaciones y las ventas internas, en un escenario con bares y restaurantes cerrados y con una pérdida del poder adquisitivo generalizada.
En este contexto, iProfesional dialogó con Francisco Do Pico, vicepresidente de Bodegas de Argentina, la entidad más representativa del sector y que nuclea bodegas grandes y Pymes.
-¿Cómo están resolviendo, en general, las empresas el tema de la cosecha?
-La cosecha está llegando a su fin y por suerte la actividad quedó excluida de las restricciones que implementó el Gobierno. En general todos los establecimientos han podido completar la vendimia levantando toda la uva. Lo mismo está sucediendo puertas adentro de las bodegas, con la elaboración y el fraccionamiento.
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-El problema es a nivel ventas…
-Exacto. Obviamente el contexto económico local y global abre fuertes interrogantes. Había habido un incremento del consumo en marzo, previo a la cuarentena, pero desde Bodegas de Argentina entendemos que, en general, nadie va a salir bien parado de esta crisis. Los hoteles, bares, restaurantes y vinotecas están cerradas; también muchos supermercados chinos bajaron las persianas, así que ahí se perdieron canales importantes para las bodegas.
-¿Esto pega más en las Pymes?
-Todo depende de cómo tenga cada bodega estructurado su negocio. Pero en general, las bodegas pequeñas y medianas son las que más complicadas están porque canalizan un mayor porcentaje de sus ventas a través de canales como restaurantes y vinotecas. Además, tampoco suelen tener un ecommerce muy desarrollado. Por eso, desde Bodegas de Argentina estamos trabajando y realizando gestiones para que las vinotecas, donde hay menos riesgo sanitario que en un bar o un restaurante, puedan volver a operar. Sin embargo, repito: más allá del tamaño, nadie está bailando en una pata. Es un contexto en el que todos están complicados.
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-También trascendió que hay casi medio centenar de municipios que están prohibiendo la venta de bebidas alcohólicas…
-La realidad es que estas últimas semanas todo el sector se tuvo que dedicar a enfrentar problemas de toda índole: logísticos, aduaneros, sindicales… Al problema de estas limitaciones se suma el congelamiento de precios dispuesto a nivel nacional y Provincial, que se dio justo en momentos en que el costo del vino aumentó. Así que las bodegas no están pudiendo trasladar a la góndola esos aumentos que sufrieron. Esto es un problema financiero.
-¿Cuán dañada está la cadena de pagos en el sector bodeguero?
-La cadena de pagos está como en otras ramas de actividad. Está afectada pero no cortada. Hay problemas de todo tipo, con bancos que están cerrados y en momentos en que no hay créditos. Es muy difícil trabajar así, por eso, desde el sector bodeguero estamos explorando la posibilidad de acceder al financiamiento del BICE, para hacer frente al capital de trabajo. Además, estamos evaluando los créditos que ofrecen bancos, a tasas del 24%. El financiamiento hoy es clave, especialmente para las Pymes.
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-El ecommerce es una oportunidad, pero difícilmente sea una panacea en estos tiempos. ¿Qué visión tienen ustedes?
-Coincidimos, básicamente porque no está tan desarrollado como en el primer mundo, donde hubo países donde la venta de vinos a través de plataformas online creció un 70%. El tema principal acá está en la logística. Creo que el ecommerce de vinos va a crecer, pero partimos de una base chica.
-En este contexto y en función de esta crisis, ¿cómo se podría ver afectado el consumo de vino en la Argentina?
-Es difícil de estimar. En el segundo semestre del año pasado empezó a repuntar un poco y el 2019 terminó siendo más positivo para la industria del vino que para el resto de las bebidas. Hubo sectores que cayeron a tasas de dos dígitos, así que no pudimos quejarnos del año pasado. Ahora, hasta la cuarentena el consumo parecía responder un poco mejor que el primer trimestre del 2019, que había sido flojo. Pero, tras el brote de coronavirus y la cuarentena, las proyecciones se trastocaron completamente. Hoy no es fácil anticipar si caerá y cuánto, pero todo el sector se prepara para un año muy complejo.