Por qué un vino hecho con Malbec y Chardonnay es una de las novedades del año

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Blends hay muchos y muy buenos. Pero pocos vinos tienen la particularidad de estar elaborados a partir de una cofermentación de Malbec y Chardonnay. Sí: una variedad tinta y una blanca.

Esto es lo que propone el enólogo Marcos Fernández, de bodega mendocina Doña Paula, con este lanzamiento que recién está llegando al mercado: Chamal 2018, un vino que conjuga 85% Malbec y 15% Chardonnay, provenientes de viñedos emplazados en la zona de Ugarteche, Luján de Cuyo.  

Se trata de una partida de 60.000 botellas, de las cuales el 80% tendrá como destino la exportación, mientras que el 20% se distribuirá en la Argentina, con un precio de venta sugerido de $390.

Cuando a Marcos se le pregunta cómo surgió la idea de elaborar un ejemplar de estas características, destacó que la "cofermentación es una técnica milenaria que consiste en juntar dos o más variedades antes del inicio de la fermentación. Antiguamente se hacía para mejorar el color aprovechando el fenómeno de la copigmentación, pero en este caso la idea surgió para buscar vinos atrevidos, tomables y muy complejos".

Durante la elaboración, agregó el enólogo, "las diferentes cepas colaboran entre sí en la extracción de distintos componentes de las pieles y pulpa; logrando así vinos más expresivos, con gran complejidad aromática, paladar redondo y marcada acidez refrescante".

 

En cuanto al proceso de elaboración, desde la bodega destacaron que, en un comienzo, las uvas se mezclan en el lugar, se despalillan y enfrían, para preservar aromas primarios. Luego, el mosto se fermenta a bajas temperaturas y, tras la fermentación maloláctica espontánea, el vino se coloca en tanques de cemento durante cerca de ocho meses hasta su embotellado.

¿Hicieron diferentes pruebas? Ante la consulta de Vinos & Bodegas, Marcos afirmó: "Sí, realizamos muchas pruebas en distintos porcentajes. Desde 50% y 50% hasta inclusive lo opuesto a lo que es ahora, es decir, 85% Chardonnay y 15% Malbec. Pero finalmente optamos por la proporción actual".

¿Qué ofrece? Vinos & Bodegas degustó este ejemplar, que exhibe una fruta roja brillante, con esa sensualidad característica de Luján de Cuyo, sumando un giro diferente que le aporta el Chardonnay, que suma algo de frutas blancas en segundo plano. En boca, en tanto, ofrece cuerpo medio, un paso levemente sucroso, con un final marcado por una acidez más intensa. Es amable, ultra bebible y con la frescura suficiente como para beberlo en la temporada primavera-verano.

"La inspiración fue el Beaujolais francés desde lo estilístico, por eso recomendamos tomarlo frío", señala Marcos, quien recomienda disfrutar este vino junto a un gravlax de trucha o salmón silvestre o, por qué no, con un tiradito de merluza.