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Vinos recomendados: qué tiene para ofrecer 4000, la nueva línea de Budeguer

La bodega acaba de presentar en sociedad nuevos vinos varietales de su línea de alta gama. ¿De qué se trata? Los detalles, en esta nota
07/05/2019 - 00:21hs
Vinos recomendados: qué tiene para ofrecer 4000, la nueva línea de Budeguer

En un contexto complejo para la industria vitivinícola y para el sector productivo en general, es para aplaudir cuando una bodega sigue apostando por el mercado interno. Una apuesta que, como siempre, no está exenta de riesgos.

Budeguer, que cuenta con su bodega en Agrelo, Luján de Cuyo, acaba de ampliar su línea 4000, que originalmente nació con un blend tinto y un Malbec. 

Ahora, suma dos nuevos varietales: Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, provenientes de diferentes terroirs.

"Hace tiempo que estamos trabajando en el potencial de cada parcela y varietal del proyecto Budeguer. El continuo seguimiento de los viñedos,  el trabajo diferencial junto a  labores de precisión han dado como resultado poder ampliar nuestro porfolio", relata el enólogo Federico Bizzotto, en diálogo con Vinos & Bodegas iProfesional.

Consultado sobre el perfil que buscan mostrar con esta línea, el enólogo asegura que "queremos llegar al consumidor con tres gran reserva, altamente versátiles con equilibrio real y que puedan acompañar distintos momentos y que recuerden no solo aquello vivido sino también la identidad del vino bebido".

En este sentido, Bizzotto deja en claro –como sucede hace tiempo- que alta gama ya no es sinónimo de estructura y concentración: "más allá de ser vinos del segmento gran reserva, apuntamos a lograr vinos fáciles de entender y disfrutar… vinos de estilo moderno y ágil pero, sobre todo, con muy buen equilibrio".

¿Qué proponen estos tres varietales?

Interesante lo que propone el enólogo con su Malbec, que proviene de tres viñedos de terroirs muy diferentes: dos están emplazados en Luján de Cuyo (Agrelo y Perdriel) y otro en Chacayes, Valle de Uco.

Además de la ubicación geográfica, hay una cuestión clave y es el año de plantación, que se traduce en los vinos en diferentes niveles de equilibrio. El de Perdriel, por ejemplo, data de 1976, mientras que el de Agrelo es el más reciente (2006).

El hecho de apostar por este puzzle de terruños, en un contexto en el que prima la filosofía de los vinos single vineyard, para Bizzotto tiene una razón de ser: "Recuerdo siempre las palabras de un gran referente de la industria, el ingeniero agrónomo 'Coco' Sola, a quien admiro y respeto: 'Teniendo solo verde en tu paleta de colores , solo podrás pintar un cuadro verde... teniendo en  tu paleta variantes ... podrás pintar una obra de arte'. Pues, el Malbec nos da esta hermosa posibilidad".

Según el enólogo, "las encantadoras violetas que aporta Agrelo, ensambladas con la frescura y elegancia de Perdriel, al unirse con la estructura y personalidad que aporta el Malbec de Chacayes, dan origen a nuestro 4000 Gran Reserva".

 

Degustamos este ejemplar, cosecha 2017, y nos encontramos con un Malbec de exquisita profundidad, con esa fruta sensual, típica de Agrelo, y con una evidente pátina floral. La madera se funde muy bien, dando lugar a una paleta no muy previsible. En boca tiene un paso amplio, con taninos redondísimos y dulces. La madera se vuelve más palpable en el paladar, con un dejo a caramelo y a cacao que será una zona de confort para los defensores del roble (nos sumamos porque nos encanta la diversidad). Pero un dato interesante: este Malbec no es de esos tintos pesados y remolones: es largo, brioso, con una linda acidez y una potencia contenida.

En cuanto al Petit Verdot, cosecha 2017, Bizzotto destaca que el perfil que ofrece Agrelo "es inconfundible".

"Es un varietal con una notable personalidad, de ciclo vegetativo extenso y que requiere de un trabajo importante en viñedo para lograr puntos óptimos. Mas allá de las característica balsámicas típicas, destacamos sus notas de eucalipto y mentol, dando una agradable sensación de frescura".

"Estamos encantados con nuestro Petit Verdot", subraya el enólogo.

 

En este caso nos encontramos con un ejemplar que se luce con aromas súper profundos que mixean frutas negras maduras, algo especiado, toques balsámicos y una nota a hierbas exuberantes y hasta un poco salvajes, quitándole protagonismo a la madera. En boca es largo, muy largo, con taninos de gran firmeza pero que se las arreglan para no incomodar. Deja un retrogusto intenso a frutas negras y eso le da mucho hándicap para hacerle frente a cualquier plato.

Respecto del Cabernet Sauvigon, también añada 2017, está elaborado a partir de uvas provenientes de Perdriel y Agrelo, una de las grandes zonas de la Argentina para esta variedad.

 

¿Qué termina ofreciendo? Nos gusta porque es clásico, entregando notas de fruta roja y negra madura, mucha pimienta negra y alguna nota más verde que funciona muy bien en el conjunto. La madera sumas trazos tostados y toques a especias de repostería. En boca es sucroso, con taninos firmes y que sostienen el andamiaje y ofrecen una buena textura. Cierra dejando un larguísimo recuerdo a esa madera que está en la vitrina principal junto con esa fruta bien expresiva.

Los varietales tienen un precio sugerido de $850, mientras que el blend se comercializa a $900. 

Por último, un detalle no menor: seguramente muchos lectores se preguntarán el porqué del nombre. Frente a este interrogante, desde la bodega explican que hace referencia al código postal de Tucumán, de donde provienen los propietarios de la bodega. 

"Se buscó con esta referencia mantener presente el origen de la familia, y el lugar donde desarrollan sus principales actividades, las cuales permitieron hacer realidad el hermoso proyecto vitivinícola del que somos parte en Mendoza".