Cómo Chandon quiere revolucionar el mercado con un producto impensado
"Better than bitter", así es el provocativo slogan que acompaña el lanzamiento en la Argentina de Chandon Apéritif, la arriesgada apuesta de la bodega que, por primera vez en su historia, decidió agregarle ingredientes que no son propios de los espumantes tradicionales.
Por eso, Hervé Birnie-Scott, director de Chandon Argentina, no duda al afirmar que este producto es una verdadera revolución en la trayectoria de la compañía.
"Better than bitter" (que podría traducirse como "mejor que amargo") es todo un llamado a ganarle terreno a una de las categorías que más han venido creciendo en el mundo, como es la de los bitters, especialmente entre el público millennial.
Como una suerte de contraofensiva (y tras varios años de investigación y desarrollo), Chandon pateó el tablero con un espumante que, como señalan sus propios responsables, toma la esencia del vermouth francés; con un toque muy argentino, como son las naranjas de Entre Ríos, primer elemento que sale del tradicional universo de la categoría espumantes, y una dosis cosmopolita con especias y hierbas de diferentes partes del mundo.
Suena como una construcción compleja, pero el resultado es un producto simple, fácil de beber (cubito de por medio) y hasta de entender: es un aperitivo, ready to drink, con burbujas y en una botella.
"Es una revolución, sin dudas", comienza afirmando Birnie-Scott, en diálogo con iProfesional.
"Internamente es un cambio muy grande. Es importante entender que siempre tuvimos la referencia del espumante francés, del champagne, con la meta de producir un producto de altísima calidad. Y eso lo hemos logrado con Chandon Extra Brut, que hoy está en su mejor momento. Pero mirando las tendencias y los gustos actuales, entendíamos que debíamos motorizar esa revolución, que no es ni más ni menos que poner al consumidor en el centro de la mesa, entenderlo, adaptarse un poco a su gusto y, por qué no, anticiparse", detalla el directivo.
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Expandiendo las fronteras
En 2012, Chandon ya había hecho ruido en el mercado con el lanzamiento de Délice; un espumante dulce pero con un ligero aire de complejidad que logró desmarcarse del estándar para esa época. De hecho, la combinación del color celeste con el naranja impactante se convirtió en una referencia para la categoría y que terminó siendo imitada por otras bodegas.
Gustavo Perosio, director general de Moët Hennessy para Argentina y Uruguay aseguró que el día después de que se apagaran las luces tras ese lanzamiento, "comenzamos a pensar en algo nuevo. Y ahí nos empezamos a enfocar en el aperitivo francés, ese momento en el que se juntan a tomar algo y charlar. Pero faltaba algo más y ese algo más era el toque argentino, que tenía que ver con el sabor amargo, con el bitter y ahí fue cuando Hervé comenzó a buscar y encontró algo diferente a todo lo conocido hasta ahora".
Ingredientes, la clave
Técnicamente, Chandon Apéritif (que se comercializa a $330) consiste en una base de espumante elaborado a partir de uvas Chardonnay, Pinot Noir y Semillón, provenientes del Valle de Uco. Luego, se agrega el licor de expedición que consiste en un macerado de naranjas, al tiempo que se le agregan diferentes especias que fueron maceradas por separado.
Birnie-Scott pone especial énfasis a la hora de explicar cómo dieron con el costado bitter de este nuevo producto: "Después de mucho buscar, encontramos una finca sustentable en Entre Ríos. Allí elegimos la variedad Valencia y fuimos a cosecharlas en diferentes momentos. Después llevamos las naranjas a la bodega en Mendoza y ahí extrajimos la cáscara y la maceramos con nuestra receta particular".
"Pero la naranja no era suficiente -remarca Birnie-Scott con una sonrisa-. Faltaba el toque Chandon, ese toque complejo. Y lo logramos sumando el botánico, de la mano de especias que fuimos seleccionando a lo largo de cinco años".
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Si bien aclaró que la receta estaba guardada bajo siete llaves, sí explicó que "son raíces y hierbas de varios tipos que provienen de Madagascar, Brasil, Centroamérica e India".
"Todo esto permitió a los jefes de orquesta, que son nuestros chefs de cave, componer la sinfonía del Apéritif", remató.
Al probar este producto (que durante el lanzamiento se servía únicamente con un cubo de hielo) se pueden notar varias cosas: está presente en nariz el toque ligeramente complejo de un espumante clásico, junto con una punta cítrica y un fondo especiado; se siente en el paladar la sensación dulce, pero se las arregla de maravillas para compensarlo con una acidez equilibrada y un agradable amargor.
Para Birnie-Scott, el concepto "bitter" fue la gran clave a la hora de diseñar este producto: "Con lo amargo agregado a la base dulce y al ácido pudimos jugar sobre un tríptico y construir una boca radicalmente diferente, que no existía hasta ahora en el mundo de los espumantes".
¿Por qué no hubo otras bodegas que corrieran tanto las fronteras? "Hay varias razones", señala el directivo: "Porque algunos espumantes son de apelación de origen y no pueden agregar nuevos componentes y otros, simplemente, porque copian lo que se hace en la Champagne francesa".
"Así que salimos realmente de los senderos conocidos y buscamos este gusto que entendemos va a llamar la atención de los consumidores", agrega.
Creatividad para un mercado complejo
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La industria vitivinícola enfrenta un desafío, sin dudas. Si se consideran todas las categorías de vinos, el consumo per cápita está en sus mínimos históricos, con unos 19,5 litros per cápita.
Esto obedece, en parte, a una coyuntura económica; pero también hay un factor clave y que tiene que ver con que hoy el abanico de productos que compiten por la atención de los consumidores ha crecido enormemente.
Y ahí es donde Birnie-Scott lanzó una suerte de proclama: "El espumante compite con la cerveza, con los amargos, con diferentes productos… pero el momento del aperitivo es un momento que tiene que pertenecer al espumante".
Según el experto, este nuevo lanzamiento responde en gran medida a la necesidad de que la industria se vuelva más creativa y reaccione con mayor velocidad a los cambios de tendencias.
"Cada vez somos más los enólogos y agrónomos que pensamos que hay que desacralizar el vino y el espumante en general. Hay que acercarse mucho más al consumidor", apunta, reconociendo que implica todo un desafío para una cateogría (como la de los espumantes) cuyo leitmotiv es la complejidad.
"El espumante intelectual siempre va a existir, porque el terroir argentino nos da ese potencial para lograr productos de una calidad superlativa. Pero también es verdad que siendo demasiado intelectual y sofisticado a veces te aleja de tu base de consumidores", detalla.
"Por eso necesitábamos de un producto placentero, relajado y de excelente calidad, sin tantas explicaciones que al final intimiden a quien lo quiera disfrutar", agrega.
¿Terminarán creando con Apéritif una nueva categoría? Desde la compañía aseguran que el objetivo es hacer crecer el producto poco a poco, pero siempre manteniendo como eje lo natural y lo artesanal, propio del savoir faire francés.
"Con este producto sabemos que tomamos riesgos, porque estamos rompiendo fronteras", concluye Birnie-Scott.