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Vinos de autor: Pulso, o la historia de dos enólogas que apostaron por su proyecto

Cuando pensaron en tener sus propios vinos, no lo dudaron. Hoy cuentan con tres etiquetas de partida limitada y de excelente relación calidad-precio
VINOS & BODEGAS - 02 de Abril, 2019

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Para un enólogo hay un instante clave en la profesión, un momento "bisagra" y que, para muchos, es como una suerte de salto al vacío.

Y básicamente es el momento en que se largan a hacer su vino propio.

Cuando trabajan en una bodega, a veces pueden imponer su propio estilo. Otras veces, deben trabajar en función de patrones preestablecidos.

Cualquiera sea el caso, es una situación muy diferente a la de lanzarse con un vino propio, donde habla no solo el producto, sino que también la marca y la etiqueta, que pasan a contar su historia y reflejan una visión absolutamente personal de la vitivinicultura.

Y también, esta instancia decisiva muchas veces implica cargar literalmente algunas botellas en una mochila, subirse a un avión y salir a venderlo "puerta a puerta", ya sea en la Argentina o en el mundo, tal vez sin el sostén que puede brindar una gran bodega por detrás, ya sea en términos financieros y logísticos, como también a nivel comercial.

Por eso lanzarse con un vino personal es un riesgo y un desafío. Y hacia ese salto al vacío se lanzaron las enólogas Julia Halupczok y Celina Fernández cuando decidieron poner en una botella el sueño de una marca propia, bautizado "Pulso".

"Desde 2010 teníamos ganas de hacer nuestro vino propio. Pero siempre nos dejábamos estar. Hasta que en 2014 Celina me agarró y me dijo: 'Es este año o nunca". Y ahí se acoplaron nuestras familias, que pusieron la viña o ayudaron con dinero", rememora Halupczok, quien trabaja como enóloga en Finca Sophenia.

Lo interesante es que no están solas: por detrás de sus apellidos hay un grupo conformado por 9 personas, entre familiares y amigos.

En la actualidad, con Pulso elaboran tres etiquetas: Malbec, Cabernet Sauvignon y un blend (conjuga Malbec, Cabernet Sauvignon y Tempranillo), de las cuales producen un total de 10.000 botellas.

Y el objetivo, remarca Halupczok, es seguir enfocadas en partidas limitadas: "Nuestro plan es llegar a las 60.000 botellas anuales, siempre que el proyecto pueda seguir bien atendido y no se nos vaya de las manos".

La enóloga detalla que las uvas provienen de un viñedo que tienen en Los Sauces, en el departamento de Tunuyán, Mendoza

"La finca es la del suegro de Celina. Fuimos a visitarla y elegimos lo que más nos gustaba", señala.

Los vinos

Cuando se les pregunta cómo definen el estilo de Pulso, no dudan: remarcan que, ante todo, se lanzaron con la idea de alumbrar vinos frescos, fáciles de temor, pero con carácter y sucrosidad. (NdR: claramente, la fórmula del éxito).

Y este estilo, seguramente, fue el resultado de dos abordajes muy diferentes de lo que ambas entienden por "enología".

Cuando se le pide que se defina como enóloga, Halupczok lo puso en términos futbolísticos: "Sería como un Mascherano. No nací con el talento como Messi, pero dejo todo en la cancha. Y, aunque me caiga mil veces, le pongo mucha pasión".

Fernández, en tanto, plantea un abordaje más onírico: "La enología es el espacio en mi vida donde me siento más libre. Donde me contacto con la creación, los sentidos y la imaginación. Es mi herramienta para crear lo que imaginamos".

"En el caso de Pulso, al ser dos las enólogas, lo atrapante fue justamente eso: fusionar dos ideas y formas de hacer vinos distintas, para lograr la armonía en un producto", agrega Halupczok.

 

Para entender un poco mejor qué propone Pulso, chequeá su Malbec cosecha 2017: tiene toda la sensualidad clásica de la variedad, pero con un giro evidentemente fresco, con toques de hierbas, seguramente logradas por una cofermentación con Merlot. De fondo suma un toque a especias dulces muy pero muy sutil. Al paladar es todo lo que está bien en un Malbec: largo, amable, con el punto justo de graso y el peso suficiente pero con una acidez que acompaña, sin incomodar. Puro equilibrio. De esos vinos para beber, que tienen la virtud de no cansar los sentidos.

Si los buscás, los podés conseguir en la vinoteca Mr Wines a un precio sugerido de $350.

Y si los encontrás, no dejes de reparar en la etiqueta, un collage de imágenes que representan un corazón y que no va a pasar desapercibida cuando esté sobre la mesa y compartas el vino con alguien más.

"Elegimos muy bien a los diseñadores, Zarate Insa. Nos reunimos con ellos, les contamos del proyecto y lo que queríamos transmitir. Nos leyeron de forma perfecta. El diseño fue hecho a mano y es una verdadera obra de arte. A tal punto que en la etiqueta estamos los nueve miembros del proyecto", explica Halupczok.

Para luego agregar: "Al principio mucha gente nos dijo que era demasiado impactante, que no iba a gustar. Pero… ¡Por suerte no nos importó!".

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