Bodega Cheval des Andes y su plan para crecer en el negocio de vinos de alta gama
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Se define como "100% bordelés" y es el flamante director técnico de Cheval des Andes, el proyecto con base en Las Compuertas que nació hace casi dos décadas de la fusión entre el prestigioso Chateau Cheval Blanc, comandado por Pierre Lurton, y Terrazas de los Andes.
Hace apenas seis meses que Gérald Gabillet está en Mendoza, luego de que fuera convocado para suceder al anterior enólogo, el italiano Lorenzo Pasquini.
Y, en este breve tiempo, asegura que se siente muy cómodo en su nuevo hogar (vive en Chacras de Coria) y que viene avanzando con un metódico y minucioso trabajo en los viñedos, para ya ir logrando un impacto positivo en la que será su primera cosecha: la 2019.
"Fui enólogo en Burdeos, pero siempre estuve muy abierto a descubrir cosas nuevas en el mundo del vino y la realidad es que me interesó mucho venir a la Argentina", comentó durante su paso por Buenos Aires, en el marco de la presentación de la añada 2015 de Cheval des Andes, la única etiqueta que produce esta bodega.
En ese sentido, aseguró que su objetivo en el país lo tiene muy claro: "Busco ayudar para seguir produciendo un gran vino argentino, con elegancia, frescura y potencial de guarda, y con la filosofía de un grand cru francés. Y, como siempre aclaramos, no pretendemos hacer un vino de Burdeos en la Argentina".
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Durante un encuentro con la prensa, Gabillet destacó que se sintió identificado en el primer instante con el equipo de Cheval Blanc porque "para ellos, lo más importante es el viñedo. Y eso es lo que estamos haciendo, justamente, en Mendoza: tratar de interpretar el terroir".
Cheval des Andes siempre fue un blend. En algunos momentos estuvo conformado por tres variedades. Pero ahora, la columna vertebral está marcada por dos cepas: Malbec y Cabernet Sauvignon.
En esa dirección Gabillet ya tiene identificado el potencial de cada variedad en función de la zona: por un lado, destacó del Malbec su "generosidad", pero a la cual hay que controlarla un poco para evitar que sea pesada y que redunde en vinos muy golosos. En ese sentido, explicó que están poniendo más foco en un pequeño viñedo que poseen en La Consulta, en el Valle de Uco, que aporta un componente de Malbec mucho más fresco.
Por el lado del Cabernet Sauvignon, el enólogo resaltó la personalidad que esta uva logra en Las Compuertas, convirtiéndose en un aliado clave a la hora de generar vinos con estructura y potencial de guarda.
Y en su explicación, para quien tenga en mente la composición de cosechas anteriores, está faltando un integrante: el Petit Verdot, que no está presente en la añada 2015 (en la 2014 llegó a superar al Cabernet Sauvignon en porcentaje) y que se despedirá para siempre.
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"No se estaba logrando una calidad constante como la que se esperaba. Había años que entregaba taninos con cierta rusticidad que no gustaban. Así que se decidió eliminar al Petit Verdot del blend", apuntó Gabillet.
Y así es como se llega a esta añada 2015 de Cheval des Andes, una vendimia marcada por temperaturas más elevadas que la cosecha anterior, pero con una lluvia que llegó justo para evitar una madurez excesiva.
El resultado de este ejemplar (que llega al mercado a un precio sugerido de $2.400 y del cual se elaboraron poco más de 50.000 botellas) mantiene esa línea que en los últimos años viene mostrando la bodega. A partir de un corte 69% Malbec y 31% Cabernet Sauvignon se logró un buen balance en nariz: no es explosivo pero tampoco austero. Las frutas rojas y negras están compitiendo en un primer plano con nítidos trazos entre balsámicos y mentolados. Su guarda y la madera aportan algo de tabaco y un recuerdo a especias dulces. En boca es un vino full bodied, pero no es un fisicoculturista: es un ejemplar que fluye. Es decir, no es pesado, es más bien ágil, gracias a sus taninos maduros y prolijos.
Para entenderlo mejor: es un vino con mucho carácter, pero ese carácter no es sinónimo de taninos potentes, ni de concentración excesiva. Hacia el final, deja un largo recuerdo, y nada de lo que ocurre en boca hace pensar en la acidez. Y esto es bueno, porque deja latente una sensación fresca, pero sin estridencias ni sobreactuaciones.
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En paralelo, Gabillete dejó un punteo sobre los pasos que está dando Cheval des Andes de cara al futuro:
1. Más Cabernet Sauvignon: la bodega está avanzando con la plantación de algunas hectáreas en una parte de la finca de Las Compuertas.
Conforme se asegure la calidad, el enólogo anticipó que la idea es que la proporción de esta variedad suba en el corte final, hasta alcanzar probablemente un 50%.
2. Foco en lo orgánico: la bodega está experimentando con unas 6 hectáreas, sin utilización de químicos, con muy buenos resultados en cuanto a la calidad obtenida.
Además, como una forma de revalorizar el concepto de finca, en las compuertas acaban de plantar 100 olivos, 80 ciruelos y plantas aromáticas.
3. Más producción: siempre cuidando la calidad, la irrupción de más hectáreas permitirá expandir el volumen.
Según Gabillet, apuntan a alcanzar las 100.000 botellas por vendimia en el mediano plazo.
4. Más frescura: con el mayor protagonismo que le quieren dar al viñedo de La Consulta, el equipo enológico tiene como objetivo reforzar la idea de vinos elegantes y con gran potencial de guarda, pero con una mayor frescura natural.