¿Un Malbec elaborado con piedras?: una bodega de Mendoza lo produce y lo vende
Hace un año, Bodega Séptima, el emprendimiento de Mendoza del Grupo Codorníu, hizo ruido en el mercado cuando lanzó Confiado, una familia de vinos de partida limitada que fueron concebidos bajo dos preceptos: que fueran innovadores y también irrepetibles; es decir que cada vino se elaboraría por única vez y no se volvería a producir la siguiente vendimia.
"Queríamos presentar vinos distintos; queríamos jugar el partido de la innovación, mostrando nuestra parte rockera, nuestra parte loca”, afirmaba un año atrás la enóloga Paula Borgo, cuando presentaron en sociedad el proyecto Confiado.
Las tres primeras etiquetas, que fueron lanzadas en 2017, fueron un blanc de noir elaborado con Pinot Noir, realmente filoso y mordiente; un Malbec con un toque de Gewürztraminer, que llevaba su paleta aromática a otro nivel, y un Malbec muy poco intervenido, que mostraba el terruño a flor de piel.
Ahora, llegó el turno de Confiado Serie 2, que también llega con algunas sorpresas bajo el brazo.
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"La continuidad en la innovación es ley en la bodega. Solo que ahora nos atrevemos a mostrar nuestros intentos", plantea Leticia Arena, gerenta de Marketing de Séptima, en diálogo con iProfesional.
Respecto de los tres vinos, uno que llama especialmente la atención es Confiado Serie 2 Malbec Ancestral 2017 ($610 sugerido al público).
Tal como viene sucediendo en los últimos años, ser disruptivo en el mundo del vino también implica volver a mirar hacia el pasado y recuperar algunas prácticas enológicas. Esto es lo que hicieron con este Malbec, elaborado a partir de viñedos de Altamira: tras su fermentación, fue a barricas que contenían piedras del río Tunuyán, emulando una antigua práctica a la que se recurría cuando la barrica no llegaba a completarse con vino. Es un Malbec que tira más hacia los colores negros que rojos, de la mano de frutas maduras, suaves toques ahumados y un dejo a tabaco. En el paladar se luce con una excelente frescura y un paso seco, apenas filoso y bien elegante, dado por una acidez palpable pero no extremadamente vibrante. Es un vino de paso preciso, largo y persistente. Pero, por sobre todo, para beber y beber.
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En cuanto a Confiado Serie 2 Malbec Cubano 2017 ($610), se trata de un ejemplar proveniente de viñedos de Ugarteche. Según Arena, "es el más fácil de interpretar de los dos. Tuvo fermentación y guarda en cubas nuevas de 4.500 litros de roble francés que incorporamos a la bodega en este último tiempo".
Cuando pienses en este vino, imagínate una copa cubierta de frutas rojas, como frambuesas y cerezas, en muy alta definición. Esta pureza de aromas está muy bien balanceada con una madera clásica, que evoca a las especias dulces, pero sin quitarle cartel a esa fruta expresiva. Ese equilibrio, sin dudas, está garantizado por el tamaño de las cubas y el menor porcentaje de vino en contacto con la madera. En boca tiene una leve sucrosidad y un trazo oleoso, clásico de la zona. Sus taninos maduros y firmes, apenas dulzones, marcan su columna vertebral, con una madera que aporta notas de cacao muy suaves, que marcan su estilo. Pero es un vino que fue concebido con una premisa: nunca perder su frescura, que le imprime mucha vivacidad. De modo que es un ejemplar que habla sobre fruta y sana madurez, antes que de madera.
Confiado Serie 2 Ancellotta Tannat 2017 ($610), en tanto, lleva como leit motiv la expresión "¡Negre!". Y la razón es que este vino –elaborado con uvas de Maipú y de Agrelo- tiene un color profundísimo, dado por estas dos cepas "especialistas" en entregar vinos oscuros.
En nariz se presenta como el más exótico de los tres ejemplares que conforman la serie: es exuberante, entregando muchísima fruta roja y negra, un colchón de especias y un dejo apenas balsámico, fresco. La barrica, en tanto, entrega un dejo a tostados y caramelo. En boca avanza entre la fluidez y un perfil levemente sucroso. Pero no cansa ni empalaga. Los taninos le imprimen estructura, transformándolo en un blend de paladar pleno. Esto, sumado a su arolladora aromática en su medio de boca y un toque de alcohol palpable hacia el final, lo convierten en un vino potente, pero jamás pesado ni masticable. Conclusión: un vino con impronta, pero que no cansa el paladar. Lograr domar y embotellar todo ese carácter es, sin dudas, lo más meritorio de este vino.
"Encontramos un productor con el que venimos trabajando y tenía una Ancellotta muy rica. Y tenemos nuestro Tannat, que amamos y experimentamos con él siempre que podemos. Nos jugamos a combinar dos cepas con procedencias distintas: Maipú y Agrelo y conducción de plantas diferentes: parral y espaldero. Sabíamos que iba a salir una bomba de sabores y nos encantó la idea", destaca Arena sobre esta etiqueta.
"Mantener la coherencia de Séptima en cuanto a vinos y comunicación pero con un poco de rock and roll, fue sin dudas el mayor desafío", agrega, para luego asegurar que "estamos conformes y gratamente sorprendidos que pudimos jugar en un nuevo nicho: el de la innovación. Tuvimos las mejores respuestas, tanto en calidad como en diseño. El mayor éxito fue que logramos venderlo según lo planeado, que hubo rotación, generamos followers de la marca y estilo y nos dio a la bodega una imagen más integral dentro de la enología moderna".
Además, la bodega propone descubrir un poco más de este ejemplar y los otros dos que conforman la línea, a través de este link.
Por Vinos & Bodegas iProfesional - vinosybodegas@iprofesional.com