Heladerías nuevas y clásicas: 8 lugares para disfrutar del mejor helado de Buenos Aires
El tórrido verano solo puede combatirse con un buen helado y afortunadamente, en Argentina, gracias al conocimiento que trajo la inmigración italiana y la materia prima local, se desarrolló una industria que no para de crecer, de sorprender y de ganar premios internacionales (la próxima semana se disputa el Campeonato mundial del Helado Artesanal en Italia y la selección argentina tiene muchas posibilidades de traer un premio).
A las clásicas heladerías que campean el vendaval económico desde hace décadas, se les han sumado nuevas y disruptivas heladerías que llegaron a patear el tablero con sabores sofisticados y, en algunos casos, un toque polémico. El resultado es un gran menú de posibilidades para disfrutar del que, tal vez, sea uno de los mejores postres del mundo.
Pot
Originaria de Mercedes, provincia de Buenos Aires, POT elabora helados a base de productos orgánicos y frutas agroecológicas, cacao del Perú y Ecuador. Hace dos años, desembarcó en Recoleta con un pequeño local donde ofrecen en sus cucuruchos caseros, sabores clásicos como sambayón, Mascarpone o dulce de leche en distintas variedades, y otros especiales como crema Jersey; avellana o tiramisú.
Durante el verano, las estrellas de la carta son los sorbetes de fruta como el de ananá, ciruela o maracuyá. También tienen una selección de paletas (con envoltorios compostables, un lindo detalle en tiempos de eco desastres) como la de helado de yogur, rellena de maracuyá y cobertura de chocolate blanco o la de helado de avellana y cobertura de chocolate con leche con crocante de avellana. Allí también elaboran los toppings, como las vainillas, salsas, crocantes y los rumbles. Es ideal para aquellos que no quieren ver su elección mancillada por sabores ajenos ya que vienen en potes de 250 y 500 cc de un sabor único. Montevideo 1208, Recoleta, CABA / Calle 23 n.° 772, Mercedes, GBA.
Sui Gelé
Esta heladería es una buena combinación de tradición y modernismo ya que aporta la mirada de dos generaciones diferentes. Don Alberto abrió el primer local en Parque Leloir y su hija Luciana continuó la tradición familiar con un nuevo local en Palermo. Y si bien hay sabores que se repiten, Luciana tiene un menú propio con variedades exclusivas. No dejar de probar el Don Alberto, un chocolate con whisky y galletitas; Fidel, que lleva chocolate blanco y dulce de leche con ron; Luchiana, que combina americana con dulce de leche y merengue; y Malena, de dulce de leche y nueces acarameladas.
Para el verano, sale el Narandubafru (naranja, durazno, banana y frutilla) o su más reciente lanzamiento, Ciruela al champán, elaborado con ciruelas remolacha y un toque de champagne extra brut. Gorriti 5023, Palermo/Av. Pte Perón 8655, Parque Leloir. BA.
Cadore
Cadores es, fue y probablemente será una de las mejores heladerías de Buenos Aires. Mientras que algunas que nacieron por la misma época se fueron deteriorando con el correr de los años y las crisis, este clásico de la calle Corrientes sigue tan bueno como en la década de 1950, cuando abrieron con todo el know how traído de los grandes maestros heladeros de Italia.
Cadore es una heladería para nostálgicos, para quienes festejan esos sabores "de viejo" como Crema Rusa, Higos con nueces o Marron Glacé. Cucuruchos altos, perfectos, híper cremosos para comer después del teatro o para revivir épocas pasadas.
Via Maggiore
Otro clásico de la ciudad, con uno de los mejores helados de mandarina granizada del condado aunque su sabor estrella sea el súper sambayón. Una heladería vintage, con el encanto de los 80, sin pompa ni modernismos vacuos: solo helado del bueno.
Vía Maggiore es una de esas heladerías se convirtieron en destino, uno no toma helado allí porque pasa por la puerta sino que se traslada en cualquier medio de transporte hasta el lugar para cumplir con el antojo del helado perfecto. Con el tiempo, a los sabores más tradicionales se sumaron otros como palta, para mimar a los veganos, limonada al jengibre, o bacione, un chocolate amargo con avellanas para completar una abultada lista de 46 gustos. Callao 777, CABA.
Il Trovatore
Este es otro clásico, ubicado en Caballito, que convoca desde 1963 a miles de fanáticos del helado. Fiel al estilo de los clásicos, tiene una nutrida carta de sabores, con sabores tradicionales y otros más novedosos como el Spumone que es un chocolate suave o el Cadbury, que es una base de chocolate con yogur y frutillas; el Kinder y la crema Oreo.
Helados bien cremosos, frutas frescas, ricos, dulces como le gusta al paladar argentino y muy golosos, con abundancia de ingredientes. Otra heladería tradicional que no falla. Av. Rivadavia 5078, CABA.
Obrador Florida
Fiel exponente de la nueva generación de heladerías que surgieron en los últimos años, Obrador Florida es una pequeña heladería boutique: pocos sabores, bastante exóticos algunos, altísima materia prima, mucho topping artesanal para acompañar y gran técnica. El resultado es un helado exquisito, de consistencia perfecta y para paladares que valoran la sorpresa.
Hay cambios de sabor por temporada, partidas especiales y de repente salen versiones gourmet de sabores de infancia como la chocolatada. Pasaron por el menú Earl Grey Granizado; Sambayón con miso y Crema de jengibre. Hacen también postres; para las fiestas hubo un tronco de pistachos descomunalmente delicioso, turrones y mazapán. Hay mucho esmero y trabajo detrás de cada producto que sirven y eso se ve y se valora. Soler 5063, CABA.
Nausicaä
Inspirada en la obra del artista y cineasta japonés Hayao Miyazaki, Nausicaä es una pequeña joya escondida en una esquina de Colegiales. De sabores rarísimos como Morado con api, Pomelo con pera, Lavanda con arándanos y matcha con chocolate blanco, los helados de Nausicaä son exóticos y delicados. También hay chocolate y dulce de leche pero vale la pena probar los más raros y descubrir todo un universo desconocido.
La Caja Matsuri es un box degustación con 6 espacios para probar una bocha de cada uno sin que se contaminen entre sí. Perfecto para los indecisos y los fundamentalistas de la menta granizada. Hay una cajita feliz versión vegana y otra de cremas ya pre armadas. La heladería es también cafetería y cuenta con muchas opciones dulces para merendar. Gral. Ramón Freire 1101, CABA.
Dolce
Frente a la catedral de San Isidro, ideal para instalarse un rato a charlar con amigos o a laburar un rato con la compu, está Dolce. Helados artesanales, buena curaduría de materia prima seleccionada, frutas frescas y sabores originales. Uno de los favoritos de los habitués es Volcán de chocolate, elaborado con chocolate ecuatoriano amargo 70 % cacao y ganache de chocolate.
No falla el sabor favorito de los argentinos: el Dulce de Leche Dolce, que suma pedacitos de brownie y un extra de dulce de leche artesanal. El Banoffee es una bomba perfecta para los que piden los sabores más golosos de la lista: inspirado en un postre británico, lleva una crema helada de banana con toffee de caramelo y nueces pecan. Para los más frugales, los helados de fruta se hacen con pulpa de fruta y agua y son aptos para veganos y celíacos. Avenida Libertador 16246, San Isidro.