Elon Musk hace historia: el video de Mechazilla atrapando el megacohete de SpaceX
El reciente éxito de SpaceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk, al recuperar el propulsor Super Heavy de su cohete Starship marcó un hito en la ingeniería y abre nuevas posibilidades para la exploración interplanetaria.
Este innovador sistema, conocido como Mechazilla, demostró ser fundamental en la maniobra de captura, convirtiéndose en una pieza clave en la estrategia de reutilización de cohetes de la compañía.
Mechazilla atrapó al vuelo al cohete de SpaceX de Elon Musk: innovación tecnológica y diseño
La maniobra de captura del Super Heavy fue ejecutada con precisión el domingo, durante la quinta prueba del Starship. Mechazilla, que consiste en dos grandes brazos mecánicos, se encargó de atrapar el propulsor mientras este descendía tras su vuelo.
Esta técnica es un avance significativo en la recuperación de cohetes, y también representa un cambio radical respecto a los métodos tradicionales que emplean patas de aterrizaje.
El proceso comenzó con el lanzamiento del Starship desde Boca Chica, Texas. Tras alcanzar una altitud de 70 kilómetros, el Super Heavy realizó una serie de maniobras complejas para regresar a la plataforma.
Al llegar a unos 100 metros de altura, los brazos mecánicos se abrieron para recibir al cohete, que apagó sus motores justo antes del contacto. Este momento fue crucial; si algo hubiera fallado durante la aproximación, el cohete habría sido desviado hacia el mar.
Ventajas económicas y operativas
Uno de los principales beneficios del sistema Mechazilla es la reducción significativa en los costos operativos. La recuperación del propulsor en su lugar original elimina la necesidad de equipos de rescate y embarcaciones para recuperar cohetes que amerizan en el océano. Esto ahorra dinero y también reduce el tiempo entre lanzamientos, permitiendo a SpaceX aumentar su capacidad operativa.
Además, al capturar el propulsor directamente en la plataforma, SpaceX puede realizar inspecciones más rápidas y prepararlo para futuros lanzamientos con mayor eficiencia. Musk expresó su ambición de lanzar los Starship a un ritmo semanal o incluso más frecuente, lo que podría revolucionar el acceso al espacio.
El éxito de esta maniobra no fue casualidad; detrás hay años de preparación y pruebas exhaustivas. Los ingenieros de SpaceX invirtieron decenas de miles de horas en desarrollar y perfeccionar tanto el diseño del Mechazilla como las secuencias necesarias para garantizar una captura segura y efectiva. Cada lanzamiento requiere cumplir con miles de criterios técnicos para asegurar que todo funcione correctamente durante la operación.
La filosofía empresarial de "fallar rápido, aprender rápido" fue fundamental en este proceso. A pesar de los fracasos iniciales y las explosiones espectaculares durante las pruebas anteriores, cada intento proporcionó valiosas lecciones que llevaron a mejoras significativas en el diseño y funcionamiento del sistema.
Impacto en la exploración espacial
El éxito del Mechazilla tiene implicaciones económicas y también es un paso crucial hacia los objetivos más ambiciosos de SpaceX: colonizar Marte y llevar a cabo misiones tripuladas a la Luna bajo el programa Artemis. La NASA sigue con interés estos desarrollos, ya que confía en Starship como parte integral de sus futuras misiones espaciales.
La captura exitosa del propulsor Super Heavy por parte del sistema Mechazilla representa un avance trascendental en la reutilización de cohetes y establece un nuevo estándar para la industria aeroespacial.
¿Cómo funciona el sistema Mechazilla?
Mechazilla es una torre de lanzamiento que se eleva con dos enormes brazos mecánicos, cada uno de más de diez metros de largo. Estos brazos actúan como una especie de "pinza" que atrapa el propulsor durante su descenso.
La idea es que, en el momento adecuado, los brazos se cierren sobre el cohete mientras este apaga sus motores, asegurando su estabilidad y evitando que caiga El proceso comienza con el lanzamiento del Starship desde la plataforma en Boca Chica, Texas.
Tras aproximadamente seis minutos de vuelo, el Super Heavy inicia su descenso. Durante esta fase crítica, ejecuta una maniobra de reencendido para reducir su velocidad y posicionarse casi en un estado estático frente a Mechazilla.
Cuando el propulsor se encuentra en la proximidad adecuada, los brazos mecánicos se extienden y se cierran alrededor del cohete justo en el momento en que apaga sus motores. Este sincronismo es vital; cualquier error podría resultar en un mal aterrizaje o incluso en la destrucción del cohete.
A pesar del éxito inicial, la maniobra presenta desafíos técnicos complejos. La precisión requerida para alinear el Super Heavy con los brazos de Mechazilla es extremadamente alta, lo que implica un control meticuloso durante toda la operación.