Notebook: qué debo actualizar en una computadora portátil vieja y evitar comprar una nueva
Los precios de los modelos de notebook se duplicaron en los últimos 90 días en la Argentina, una suba que restringe las posibilidades de quienes evaluaban renovar la computadora con la cual trabajan, estudian o la que utilizan sus hijos para tareas escolares.
Quienes cuentan con una notebook que superó los cinco años de antigüedad deberían intentar la compra de una computadora portátil modelo 2024, pero la coyuntura los obliga a buscar soluciones creativas que permitan contar con un dispositivo que responda de un modo más acorde a las exigencias actuales.
Qué se debe actualizar en una notebook
En el caso de las computadoras de escritorio las posibilidades de renovación parcial son variadas e incluyen el procesador, la placa madre, la memoria, el almacenamiento, los ventiladores y hasta el monitor.
En cambio, una notebook ofrece una menor cantidad de alternativas de actualización. Por ejemplo, un recambio de placa madre y procesador nos enfrentaría a costos muy cercanos a los de un equipo nuevo.
Sin embargo, existen dos componentes de alta incidencia en el rendimiento de la notebook y cuyo reemplazo resulta relativamente accesible en precio y simple de realizar. En primer término, por la facilidad de recambio, se ubica la memoria RAM, sobre cuyas espaldas recae la actividad de todas las aplicaciones que tengamos activas ya sea en primero o en segundo plano.
Es frecuente encontrar notebooks con 4 GB de RAM en formato "on board", esto es, incorporadas directamente en la placa madre. Pero todas ellas albergan un slot para agregar una placa adicional de memoria tipo DDR4.
Esto supone que con una inversión que rondaba a principios de marzo en los $35.000 podemos sumarle 8 GB o mucho mejor aún, destinando $50.000 tenemos la posibilidad de añadir una placa de 16 GB y pasar a disponer entonces de 20 GB de RAM.
Los efectos positivos que notaremos en el funcionamiento del equipo serán evidentes cuando trabajemos con varias aplicaciones a la vez, ya que el sistema nos permitirá cambiar de una a otra sin el molesto "delay" que registramos cuando la capacidad de memoria es escasa.
El segundo componente para reemplazar es el disco rígido. Los dispositivos que datan de fines de la década pasada cuenta en su mayoría con discos mecánicos (HDD) y sin importar su capacidad, su modo de funcionamiento les fija un límite marcado de velocidad de lectura y escritura de datos.
Los equipos más recientes en cambio, incorporan un sistema de almacenamiento de estado sólido (SSD), que no es otra cosa que un paquete de chips con características equiparables a los de la memoria RAM y que ofrecen velocidades de lectura-escritura varias veces superiores.
Para tomar debida dimensión de la diferencia, mientras un HDD lee y escribe datos en su espacio de almacenamiento a velocidades que varían entre 30 y 150 Mbps (megabits por segundo), una placa SSD puede llegar a los 3.500 Mbps. El reemplazo de un HDD por una SSD en cualquier notebook mejora notablemente su velocidad de respuesta desde el mismo instante en que se presiona el botón de Power.
Hablando de precios, varían en función de la capacidad del dispositivo SSD. Para tomar como referencia, los de 480 GB se situaban a principios de marzo en torno a los $45.000, mientras que los de 1 TB superan los $80.000. Apelando al recambio de estos dos componentes el rendimiento de la notebook mejorará sensiblemente sin importar el modelo de microprocesador con el que cuente.
Tipos de SSD
Se debe hacer una aclaración interesante para quienes cuentan con una notebook cuya placa madre admite los dos tipos de SSD que se comercializan en el mercado según su tipo de conexión: PCIe y Sata.
Cuando nos encontramos frente a esta alternativa contamos con la posibilidad de incorporar dos dispositivos de almacenamiento SSD, uno de menor capacidad destinado sólo al sistema operativo y otro cuyo fin será el de resguardar todos los archivos del usuario.
Esta es una configuración muy recomendable ya que preserva el funcionamiento del sistema operativo mientras mantiene seguros los datos frente a las posibles fallas que pueda registrar el SSD principal.
Qué hacer con Windows
Quienes cuentan con conocimientos básicos de informática se animarán a realizar ellos mismos el reemplazo de estos componentes. Quienes no se animen recurrirán a su técnico de confianza para no perder información almacenada en la laptop y asegurarse el funcionamiento correcto.
En ambos casos se planteará el dilema a cerca del sistema operativo. Si bien existe software capaz de clonar a la perfección el contenido de un HDD realizando una imagen espejo que luego copia en la nueva SSD, la recomendación para lograr el mejor rendimiento que nos pueda entregar la computadora, es reinstalar Windows desde cero.
Esto permite al sistema reconocer los nuevos componentes y adaptar su funcionamiento del mejor modo posible, además de eliminar toda la información inútil que todas las aplicaciones van acumulando en el transcurso del tiempo y del uso. Desde luego, esta acción demanda a la vez la instalación de todo el software que necesita quien habitualmente utiliza el equipo.
Nuevo destino para computadoras portátiles antiguas
¿Hay algo que se puede hacer para seguir utilizando una notebook que ronde o supere los 10 años de antigüedad? La respuesta a esta pregunta por lo general es sí, es posible darle nueva vida a este tipo de dispositivos.
En este caso, además de evaluar la factibilidad de reemplazar el disco rígido por uno de estado sólido, será importante cambiar el sistema operativo por otro que le demande menor nivel de recursos a la PC.
Estas alternativas pueden ser una distribución de Linux o Chrome OS, el sistema operativo que se vale de todos los recursos que Google ofrece en la nube: mail, almacenamiento y aplicaciones de oficina, como cabeza de un listado interminable. Este modo de funcionamiento releva a la portátil de realizar localmente la activación de aplicaciones y todo ocurre en la nube desde una pestaña del navegador.
Es posible pensar además en una nueva vida para las notebooks más antiguas que mediante este procedimiento se transforman en centros de entretenimiento multimedia, ya que se convierten en reproductores de audio, video, cine, TV y hasta juegos de bajo nivel de requerimientos de hardware.