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Para el director de El Padrino, habrá que aprender a controlar a la inteligencia artificial como a un hijo más

El ganador de cinco premios Óscar habló con optimismo de la gran capacidad transformadora de las nuevas herramientas tecnológicas
17/11/2023 - 11:02hs
Para el director de El Padrino, habrá que aprender a controlar a la inteligencia artificial como a un hijo más

El director de cine estadounidense Francis Ford Coppola (en la fotografía superior) dio una conferencia en la IE University de la ciudad española de Madrid donde abordó el futuro y en especial, la inteligencia artificial (IA).

En un informe titulado "Tendencias para los próximos 50 años", la escuela de negocios pidió a 8.000 personas de países del G20 que hiciesen un ejercicio de predicción. Un 80% de los encuestados dijo que la inteligencia artificial cumplirá una función esencial en la sociedad en 2073.

Más de un tercio apostó que la IA dominará todos los aspectos de la vida (sanidad, educación, trabajo…). El cineasta, más literario, habló de "una revolución hacia algo que no es completamente de carne y hueso, pero aun así es humano".

Ford Coppola, de 84 años, vislumbró un futuro atravesado por la inteligencia artificial, pero donde la humanidad deberá arbitrar. "Hay una tendencia a centrarse en las habilidades prácticas y técnicas, (...) pero creo que las artes y las humanidades también son esenciales para el desarrollo humano y para la formación de ciudadanos informados y reflexivos", dijo.

El cineasta estadounidense, ganador de cinco premios Óscar como guionista, director y productor, habló con optimismo de la gran capacidad transformadora de unas herramientas tecnológicas que apenas empiezan a mostrar su potencial.

"Diría que las historias y películas que verán mis bisnietos estarán tan lejos de lo que soy capaz de imaginar, que no puedo anticipar nada", dijo. Se refirió también al debate sobre su regulación, y lo hizo apelando a la educación, a una inteligencia artificial regulada que no deje de incluir a los seres humanos.

La próxima película de Ford Coppola

"Tendremos que educarla como a un hijo más", dijo. Sobre todo, si como auguró el 47% de los encuestados, las aulas virtuales dotadas de inteligencia artificial y la educación individualizada gobiernan la docencia del futuro.

Ford Coppola también habló de su faceta como empresario fuera de la industria cinematográfica. Por un lado, posee varios hoteles en distintas partes del mundo y también gestiona una amplia plantación de viñedos en California, donde comercializa vinos bajo la marca Francis Ford Coppola Winery. "Tanto el vino como el cine tienen tres momentos: la recolección, la elaboración y luego el acabado", explicó.

Además, tendió puentes entre la creatividad que exige la producción de guiones y películas y la necesidad de innovación que exigen los negocios; también entre la importancia de contar con un buen equipo de trabajadores y con un buen elenco. "La selección del reparto es importante en todos los aspectos de la vida. Incluso en el matrimonio", bromeó.

Recordó la brillantez del actor Al Pacino, la cercanía con su colega Michael Cimino y su trabajo junto a George Lucas, pero también a quienes trabajan en sus compañías y "ya no son solo empleados sino colegas", apuntó el artífice de la famosa trilogía El Padrino, quien aludió indirectamente a la rotación de personal y enumeró las ventajas de contar con trabajadores de larga duración: "He tenido la fortuna en mis empresas de tener empleados que han estado 30 años".

Megalópolis es el título de su próximo trabajo, una película escrita y, de nuevo, financiada por él mismo, que pretende mostrar una "historia moderna de América" con tintes clásicos. "Tal vez la América actual esté sufriendo las mismas dificultades que Roma hace 2.500 años […] entonces pensé en hacer una epopeya romana", señaló.

La libertad para crear un proyecto tan personal viene, también, de la capacidad de financiarse, aunque Ford Coppola repasó unos inicios no tan prósperos: "Cuando empecé no conocía a nadie en la industria cinematográfica, no tenía dinero en absoluto", dijo.

Desde los 50 centavos con los que, cuenta, almorzaba macarrones con queso cuando empezó su carrera, hasta los 120 millones de dólares invertidos en Megalópolis, pasaron tantas obras legendarias que el cineasta incluso se permitió augurar, entre bromas, la muerte del dinero: "No existía antes y llegará un momento en el futuro en que también deje de importar", dijo.