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Warren Buffett: cómo amasó su fortuna el mejor inversor de la historia que gana dinero en todo el planeta

El inversor es dueño del 15% del conglomerado financiero Berk­shire Hathaway, un gigante que ha ido creciendo en las últimas seis décadas
16/07/2023 - 20:32hs
Warren Buffett: cómo amasó su fortuna el mejor inversor de la historia que gana dinero en todo el planeta

Cuando alguien compra una lata de Coca-Cola en cualquier parte del planeta, Warren Buffett gana dinero. También cuando adquiere un iPhone, o un bote de kétchup Heinz. O cuando una persona contrata un seguro de automóviles con Geico. Incluso cuando algún millonario hace uso de un avión privado de la compañía Netjet.

El inversor más célebre de todos los tiempos es dueño del 15% del conglomerado financiero Berk­shire Hathaway, un gigante que ha ido creciendo bajo la batuta de Buffett durante las seis últimas décadas, hasta convertirse en una de las mayores compañías del planeta, con un valor de más de 700.000 millones de euros.

La parte más conocida de este enorme consorcio empresarial es la de sus participaciones en empresas cotizadas (Apple, Bank of America, Coca-Cola, American Express...). Pero esta es solo la mitad de la historia. La otra parte son las 67 filiales que posee Berkshire Hathaway en todo tipo de sectores de actividad, desde fabricantes de caramelos y cadenas de hamburgueserías a las compañías de reaseguros o los simuladores de vuelo. Estas divisiones han sido la fábrica de dinero en efectivo que le ha permitido a Buffett acometer las grandes compras de paquetes de acciones en Bolsa, señala El País.

Cuál fué el primer negocio de Warren Buffett

Buffett, nacido en Omaha (Nebraska, Estados Unidos) hace 92 años, compró en 1962 acciones de una empresa cotizada que se dedicaba a la fabricación de ropa. A su juicio, sus títulos se negociaban a un precio ridículamente bajo. Como las acciones no subían, siguió comprando hasta ser el máximo accionista, dos años después. Se había convertido en propietario de ocho fábricas textiles en declive. ¿El nombre de aquella compañía? Berkshire Hathaway. No fue un gran negocio, según reconoció años después el propio Buffett, pero sí fue la primera piedra de un consorcio que hoy emplea a 383.000 personas.

El éxito inversor del conocido como el Oráculo de Omaha es inapelable. En sus 67 años de trayectoria profesional ha promediado una rentabilidad anual superior al 20%, algo que nadie ha conseguido durante un periodo tan prolongado. Algunos han tenido retornos algo superiores, pero en plazos mucho más limitados. El rendimiento es el doble del de la Bolsa de Estados Unidos.

En sus 67 años de trayectoria profesional Buffet ha promediado una rentabilidad anual superior al 20%

Siendo honestos, Warren Buffett tampoco empezó de cero. Su padre, Howard Buffett, fue congresista de EE UU por Nebraska durante 10 años y el primer empleo de Warren fue en la empresa de inversiones familiar, Buffet-Falk & Co. Pero su talento para los negocios está fuera de toda duda. Con solo 24 años ya trabajaba para una de las firmas más importantes del país y ganaba un sueldo equivalente a 120.000 euros actuales.

Y ¿un inversor podría aspirar a tener una cartera como la de Buffett? Por supuesto. Berkshire Hathaway cotiza en Bolsa, así que cualquiera puede adquirir un pedacito de este conglomerado. Su participación en este emporio será mínima, pero podrá beneficiarse del olfato inversor que sigue caracterizando a Buffett y a su mano derecha, Charlie Munger, el vicepresidente del grupo. Un chaval que en enero va a cumplir 100 años.

Si alguien quisiera seguir el ejemplo de Buffett por su cuenta, el proceso sería mucho más difícil. El inversor ha dedicado toda su vida al análisis fundamental de compañías, para encontrar empresas que están infravaloradas. En algunos casos, el magnate ha optado por comprarlas por completo e integrarlas en el holding, como ocurrió en 1998 cuando tomó el control de la empresa de aviones privados Jet Aviation (ahora JetNet) o en 2004 con la adquisición de la marca de pilas Duracell.

Las mejores inversiones de Buffet

En otros casos, el negocio es tan grande que ni siquiera Buffett lo puede comprar de golpe. Esto es lo que pasó con una de sus mejores inversiones de las últimas décadas, Apple. La primera vez que se hizo con acciones del gigante tecnológico fue en 2016, cuando ya era una empresa enorme. Desde entonces, el precio de estos títulos se ha multiplicado casi por siete, pasando de 24 dólares a 188 dólares. Entre la revalorización, y que Buffett ha seguido comprando, la posición de Apple entre las participaciones de Berkshire Hathaway ha escalado hasta unos niveles nunca vistos en la trayectoria del inversor. Hoy tiene un peso del 47% de esa parte del negocio.

Ese grado de concentración no es lo que marcan los cánones académicos de la inversión. Pero Buffett es Buffett. Lo mismo ocurre con la concentración geográfica. En la parte de los negocios no cotizados, la inmensa mayoría de filiales operan fundamentalmente en Estados Unidos. Pero eso no es algo que preocupe al sabio de Omaha.

Además, uno de los aspectos que caracteriza a Buffett es su flexibilidad. Por eso, después de décadas centrado casi en exclusiva en compañías norteamericanas, hace tres años decidió empezar a invertir en cinco grandes conglomerados industriales de Japón.

Pablo Martínez Bernal, jefe en España de la gestora francesa Amiral, es uno de los mayores especialistas en España sobre Warren Buffett. No solo ha leído casi todo lo que se ha escrito sobre él, es que ha llegado a ir varias veces a Omaha para participar en la asamblea anual de accionistas de Berkshire Hathaway, todo un evento en el mundo financiero.

Bernal explica que muchas veces Buffett se acerca a familias que han creado buenos negocios y que quieren vender. "La oferta para las familias suele ser muy generosa. Además, saben que no harán como los fondos de capital riesgo, que se dedican a trocear o a endeudar las firmas que compran. También respeta a la plantilla y suele dejar hacer a los directivos", apunta Bernal.

En algunos casos, los resultados de la inversión son totalmente espectaculares. Ese es el caso de See’s Candies, que Buffett compró en 1972 por 25 millones. "A lo largo de estas décadas este negocio le ha reportado más de 1.000 millones de euros en beneficios y si hoy decidiera venderlo podría obtener otros 500 millones", resume Bernal.

La parte más importante de los negocios no cotizados es la aseguradora, con unos ingresos agregados de 74.000 millones de dólares (el 25% del total). Otro de los elefantes de Berkshire Hathaway es el operador ferroviario Burlington Northern Santa Fe, que en 2022 generó 8.600 millones de euros de beneficio.

Otro de los puntos fuertes de Buffett es que siempre se ha sabido rodear de los mejores. Como Ajit Jain, considerado uno de los más brillantes directivos de Estados Unidos. O su estrechísima amistad con Bill Gates (fundador de Microsoft) o Katherine Graham (editora del diario The Washington Post).

Quedarse con uno de los negocios de Buffett es difícil, pero cuando le han preguntado a él ha dado una respuesta que sorprenderá a muchos. Para el genio de Nebraska, una de sus grandes operaciones fue la compra de su propia casa. La adquirió en 1958 por 31.500 dólares (el equivalente a 330.000 dólares actuales). Se trata de una vivienda relativamente sencilla, con cinco dormitorios y dos cuartos de baño. 65 años después sigue viviendo allí, en Omaha, en la misma calle donde tiene su sede Berkshire Hathaway. Hoy tiene un valor de mercado de 1,2 millones de dólares.

El gran inveror lleva viviendo más de 60 años en la misma casa

Sigue el mercado. Omaha es La Meca de la inversión. Gestores de todo el mundo acuden allí para conocer a Buffett y aprender algo sobre su forma de operar: la inversión en valor, que se basa en identificar compañías muy infravaloradas para adquirirlas y mantenerlas en cartera durante mucho tiempo. Sin embargo, sus consejos de inversión a personas que no trabajan en la industria son muy básicos. En una de sus célebres cartas a los inversores, Buffett explicó que ha recomendado a su mujer que, cuando él fallezca, destine el 10% de su patrimonio a comprar deuda pública de EE UU a corto plazo, para tener liquidez. Y que el 90% lo invierta en un fondo barato que replique la evolución del índice S&P 500 (que reúna a las mayores firmas de EE UU).

La apuesta. Buffett ha sido muy crítico con los gestores de fondos de inversión libre (hedge funds, en la jerga). Porque considera que la inmensa mayoría no aporta valor. En 2008 llegó a retar a los tiburones de Wall Street para ver si lograrían batir al índice S&P 500. Uno de ellos recogió el guante, y seleccionó a los que consideraba los cinco mejores hed­ge funds. La apuesta duraba 10 años, pero antes de que concluyera el gestor reconoció su derrota. Buffett ganaba de nuevo.

Filántropo. Llevar viviendo más de 60 años en la misma casa no es la única característica que distancia a Buffett de otros billonarios. El presidente de Berkshire Hathaway se casó en 1952 con Susie Thompson y tuvieron tres hijos. Pero su fortuna no pasará a ellos. Susie, Howard y Peter recibirán unos 2.000 millones de dólares cada uno, lo que representa en conjunto un 5% de su fortuna. En cambio, la mayor parte de su patrimonio lo está destinando, ya en vida, a asociaciones sin ánimo de lucro. La fundación creada por su gran amigo Bill Gates (fundador de Microsoft) y su exmujer Belinda Gates ha recibido ya 50.700 millones de dólares a lo largo de los últimos 17 años. También ha donado dinero a la fundación creada por su primera mujer, y a las de sus hijos.

Relación abierta. Buffett y su mujer se separaron en 1977, cuando ella decidió irse a vivir a San Francisco. Entonces, encargó a una de sus mejores amigas, Astrid Menks, que se ocupara de Warren. Al final, iniciaron una relación sentimental sin llegar nunca a divorciarse de Susan. Durante décadas, los tres firmaban las felicitaciones postales que mandaban por Navidad.