ESG: el nuevo rumbo que buscan las empresas
ESG son las siglas en inglés de Environmental, Social and Governance. En otras palabras, es una evaluación de una empresa sobre los factores sociales, medioambientales y su forma de gobernanza, que mide los riesgos e impactos de sostenibilidad, independiente de su industria. En castellano, significa ASG: Ambiental, Social y Gobernanza.
En la pandemia del coronavirus tuvimos la confirmación de que la rentabilidad y la sostenibilidad unirían finalmente sus caminos. Las empresas tuvieron que encontrar la adaptabilidad y la resiliencia al enfrentar las circunstancias y al buscar nuevos modelos de negocios que le permitan responder a estas necesidades del mercado actual.
Así, ESG se vuelve imprescindible para crear ventajas competitivas que garanticen la sostenibilidad en estos tiempos de desafíos, respondiendo a los colaboradores, accionistas, clientes, proveedores y a la sociedad en general.
Las empresas que implementen un modelo ESG dentro de su cultura empresarial y modelo de negocio, son empresas con una visión a futuro que se vuelven incluso más atractivas para los inversionistas, para los otorgadores de financiamiento y crédito e incluso para quienes buscan empleo.
Deben asegurarse no sólo de que hayan sido evaluadas por su impacto financiero en el negocio, sino además por el impacto que cada uno de estos asuntos genera en su entorno, en nombre del negocio:
- ¿Gasto más energía en refrigerar o en calefaccionar mis instalaciones?
- ¿Mis transportes de mercaderías deben hacer rutas diferentes en función de la frecuencia de distribución?
- ¿Mi proceso de compras es sostenible?
- ¿Tengo proveedores que hagan sostenible mi cadena de suministro?
- ¿Cuántas emisiones de CO2 estoy generando en mi operación?
- ¿Analizo y gestiono riesgos ESG?
Una hoja de ruta para ESG
Hoy, los inversores tienen un interés cada vez mayor por conocer el desempeño ESG de las empresas, para poder plasmarlo en los índices de sostenibilidad que califican este desempeño.
Entonces, para avanzar en un proceso de transformación sostenible, las empresas necesitan entender cuáles son los aspectos principales de su estructura en materia de ESG. No todas las empresas son iguales y hay condicionantes sectoriales y geográficas.
De este modo, deben asegurarse la definición de un plan con objetivos claros e indicadores que permitan su seguimiento, brindando claridad y transparencia, disponiendo de los KPI que le permitan hacer el trabajo de supervisión y control.
Pero no se podrá avanzar sobre esta transformación sostenible solo con los recursos financieros sino también, se necesitan tener los recursos humanos preparados para ello.
Se ejecutan acciones y procesos completamente distintos y recursos humanos debe asumir un rol mucho más estratégico para dar respuesta a un cambio cultural tan formidable. Un doble rol: agente del cambio en esta transformación que también es cultural y monitorear cómo los colaboradores viven esta experiencia.
No podemos olvidar que esta transformación exigirá una mayor especialización de las asesorías legales, más en las empresas que operan o poseen proveedores internacionales.
Más allá del reporte
La cultura de la transformación sostenible no es solo de reporte, sino también de control interno, analizando la materialidad, seleccionando correctamente la información que es relevante, así como el establecimiento de modelos de control de la información no financiera.
A la vez, es creciente la presión por parte de los consumidores y los inversores para que los criterios ESG se trasladen a toda la cadena de suministro, requiriendo que sus estándares éticos, sociales, laborales y medioambientales se extiendan a sus proveedores.
Los consumidores también reclaman una mayor trazabilidad y quieren saber qué están comprando. Así, para avanzar en la transformación sostenible, se necesita la presencia de tres impulsores en las empresas:
- Ambición: ser valientes para dar esos pasos. Ser pioneros y diferenciales.
- Estrategia: formalizar esas aspiraciones y objetivos en planes estratégicos claros y accionables que incorporen los criterios ESG de forma estructural.
- Acción: dar pasos concretos e ir materializando esos impactos y devolviendo valor a los accionistas. Es crucial la comunicación interna, hacia la organización y externa, hacia los inversores y el consumidor.
Las empresas tienen mucho que ganar posicionándose en un modelo de negocio y de cultura empresarial que sirve a los colaboradores, inversores, clientes, proveedores y a la sociedad en general. Y que promueve un impacto positivo y medible en la economía, el medio ambiente y la sociedad. Y no solo desde un punto de vista reputacional.
(*) Manager de Together Business Consulting. Fundador de Smarter Cities / Ciudades + Inteligentes. Miembro asesor de la Red de Ciudades Inteligentes de Argentina.