Comunicaciones y medios: ¿qué propone la oposición para el próximo Gobierno? (II)
En esta ocasión se repasan y analizan las posiciones de los sectores de Horacio Rodríguez Larreta, los radicales y de la izquierda en telecomunicaciones (TIC) y medios como continuación de la nota previa.
Al día de hoy, pocos partidos o sectores han presentado oficial y explícitamente una propuesta en este sentido. Pero las declaraciones de sus figuras políticas, las de especialistas —en varios casos contactados por iProfesional— y aún las características de su gestión pasada o actual permiten trazar algunas precisiones.
Libertad de expresiٕón desde el larretismo
El exdiputado Waldo Wolff es secretario de Asuntos Públicos del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del ahora precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta, de Juntos por el Cambio (JxC).
Wolff aclaró en declaraciones para este medio que hablaría a título personal, pero puede considéraselo una voz representativa, si bien es una figura política general que se ha abocado a temas —entre otros— de libertad de expresión o medios.
Afirmó que tiene "una idea amplia de libertad de expresión" y que considera sano "cualquier debate donde se respeten las posturas y personas que las emiten".
Preguntado sobre si es conveniente que un futuro presidente entre en polémicas con medios o periodistas, aun cuando pueda tener razón o, en cambio, es mejor no entablarlas, sabiendo que la palabra presidencial puede causar un efecto inhibitorio en un ambiente de libertad, dijo que "la investidura presencial es relevante".
"Los comentarios deben ser prudenciales para no dividir o profundizar grietas en la sociedad". Un presidente debe "armonizar los conflictos" y no ahondarlos "pero siempre tiene el derecho de opinar", expresó.
Sobre los medios públicos dijo que deben "ser bien gestionados para que incluyan la diversidad de voces de una sociedad" y no deben ser manejados en beneficio de "un núcleo partidario" porque terminan funcionando como "una agencia de propaganda".
En cuanto a pauta oficial Wolff dijo que "en tiempos de redes sociales la expresión pública está garantizada" (acota: "donde llega la señal") y que por esta razón "debe ser puntual y precisa para que desde todos los lugares de la Argentina puedan expresarse".
Pero tiene que haber "reglamentos y registros que indiquen a quién se le otorga y por qué, no puede ser discrecional", agregó.
Por su parte, el propio Rodríguez Larreta se manifestó su momento contra la llamada ley antiodio que quiso impulsar el gobierno nacional y el kirchnerismo calificándola como ‘ley mordaza’.
De la Ciudad al país
Si se considera cómo se manejó Rodríguez Larreta en temas de libertad de expresión, medios y publicidad oficial en los casi ocho años que ha liderado la Ciudad, pueden establecerse indicios de cómo podría ser en estos aspectos un gobierno nacional futuro.
Mientras la publicidad oficial de la Ciudad para "medios vecinales" está regulada por la Ley 2587, la pauta en los otros medios (los principales diarios, emisoras de media o alta potencia, canales de TV abierta o por cable, sitios web no locales, redes) carece de normas específicas.
El gobierno de la Ciudad da a conocer anualmente los montos gastados de pauta oficial, detallados por los distintos medios (cosa que no hace la Provincia de Buenos Aires, tanto durante gestiones kirchneristas como cuando la gobernó el PRO).
Pero, como ocurre a nivel nacional, no hay en la Ciudad ninguna regulación de contenidos que evite, por ejemplo, que las autoridades de gobierno aparezcan en los mensajes oficiales o que deriven en expresiones de tipo propagandístico o electoralista.
Los montos de la publicidad oficial porteña (11.633 millones de pesos en 2022, más del triple inicialmente presupuestado) de los medios vecinales y generales son más o menos distribuidos en forma proporcional a su importancia, aunque en ciertos casos fuera de la Ciudad. Pero existe también pauta asignada a programas o periodistas específicos que no sigue criterios definidos.
Asimismo, la de medios vecinales, por más que se ajuste a la Ley 2587, desemboca en asignaciones a casi 300 medios, sobre los cuales a veces no resulta claro qué audiencia o proyección real tienen.
Estos factores han llevado a que algunos caractericen la publicidad oficial del gobierno de la Ciudad como excesivamente costosa, promotora de medios de audiencias dudosas y con incidencia sobre las mismas actividades periodísticas.
Las críticas apuntan también a que ciertos mensajes promueven figuras con objetivos electoralistas, que por lo demás pueden situar en desventaja a otros sectores (incluso los del mismo JxC) para dar una competencia política en un terreno de cierta igualdad.
Aunque este modelo es frecuente en muchas provincias o municipios argentinos independientemente de quienes gobiernen (a veces con una acentuación obscena en términos de desproporcionalidad en favor de medios afines al gobierno), si fuera replicado en un eventual gobierno nacional puede esperarse que esas críticas persistan.
No fue posible hablar con referentes del sector de Rodríguez Larreta en temas de telecomunicaciones o TIC, pero Waldo Wolff dijo que "el debate por el 5G nos queda chico, porque a 30 km de la ciudad de Buenos Aires hay zonas donde es imposible hablar".
Debe "garantizarse –agregó— que en todo el territorio argentino se pueda conectar como ocurre en el centro de la ciudad".
La política de comunicaciones de un hipotético gobierno nacional de Rodríguez Larreta podría estar supeditada a la gran amplitud político-ideológica de su sector (desde liberales a socialistas, con sus propios halcones y palomas internas). Pero el tinte general, definido por el accionar del propio alcalde y líder del espacio, puede calificarse de "desarrollista".
Esas circunstancias, así como el afán más acuerdista del larretismo (expresado por la crisis en JxC causada por la intención de sumar al peronismo cordobés de Juan Schiaretti, de ambigua relación con los K) puede llevarlo soluciones con mayor intervención estatal, en particular en casos como ARSAT o la asignación de subsidios a medios y telecomunicaciones.
La visión desde el radicalismo
iProfesional habló con Henoch Aguiar, ex vicepresidente de ARSAT en el periodo de gobierno de Mauricio Macri y exsecretario de Comunicaciones durante 1999-2001. Impulsó el decreto 764/00 que en esa época estableció la desregulación de las comunicaciones (luego del periodo de exclusividad de las telefónicas fijas).
Identificado con el radicalismo y actualmente coordinador de la comisión de conectividad de la Fundación Alem puede considerárselo un referente en comunicaciones de esa colectividad política, integrante de JxC. No obstante, remarcó también que hablaría a título personal, ya que aún no hay documento público al respecto.
El radicalismo ha tenido históricamente una postura que puede caracterizarse como liberal (en un sentido amplio) en temas de libertad de expresión y un manejo más plural de los medios públicos.
Sin embargo, en temas de telecomunicaciones —y al igual que en otros subgrupos de JxC—existen en el partido corrientes (con distintos pesos relativos según las circunstancias) que van desde más liberales hasta las que privilegian una acción estatal que no sea puramente subsidiaria. En este punto, quizás Aguiar podría ser situado en una posición intermedia.
Sobre los medios públicos, Aguiar sostuvo que deben cumplir su tarea con criterios de "diversidad, pluralidad y objetividad" y agregó un concepto que no siempre se menciona: el de "neutralidad del Estado". Es el modelo que surgió "en el sistema europeo", acotó.
En el tema libertad de expresión, además, dijo que la pauta publicitaria oficial, deba ser asignada también con esos criterios y sostuvo que debe haber algún apoyo a la labor de los medios.
Ese apoyo debe pasar también —añadió Aguiar— por ayudarlos a afrontar la amenaza del narcotráfico, un factor que puede incidir significativamente en la libertad de expresión. Es el caso de Rosario, donde recientemente se han producido hasta atentados a medios de comunicación (ataques a balazos contra Canal 3, amenazas explícitas a Telefe-Rosario)-
Aguiar destacó la tarea de periodistas como Germán de los Santos en esa ciudad, investigador de las actividades del cártel local Los Monos, quien se ha visto sujeto a múltiples presiones y amenazas de muerte.
En cuanto a telecomunicaciones, el experto se mostró doblemente preocupado por la falta de un diagnóstico preciso de las necesidades y por las disparidades en la conectividad, problemas ambos que "están vinculados".
"Si el propio intendente o gobernador local no tiene bien claro en qué zonas hay buenas conexiones y en qué zonas no, en el Estado Nacional hay todavía menos información", señaló. Por eso es importante trazar un diagnóstico general a fondo, algo que no es un simple "censo".
Es una "estrategia de conectividad" para llegar "hasta lo último y lo más lejos", sostuvo, que se puede hacer "solo si sabemos dónde actuar". De no tener esa estrategia y datos habrá "una reiteración de gastos, de inversiones y de propósitos que no llegan".
Disparidades en el acceso a las telecomunicaciones
Por otro lado, observó que el acceso a Internet es aún muy dispar en el país. "Cada Nueva York tiene su Bronx y su Harlem y lo mismo es Argentina", ejemplificó. Por más que haya acceso celular "es el Internet fijo es que permite trabajar o estudiar".
"Hay ocho provincias [y CABA] que tienen de un 70% a 99% de acceso a Internet fijo; siete provincias del 50 al 70%; y ocho provincias con menos de 50%, del 42 al 49", indicó Aguiar.
"La conectividad es tan importante como el agua potable o el transporte", opinó. Si pueblos de 500 o 1000 habitantes carecen de conectividad, sostuvo, esto provocaría a la larga su desaparición, de la misma forma que en su momento incidió el levantamiento del ferrocarril.
En ese sentido se manifestó partidario de dotar a ARSAT de la importancia necesaria, tanto en extender la fibra óptica como de poner en órbita un tercer satélite.
También se refirió a la acción de las compañías públicas provinciales (conocidas por su acrónimo societario SAPEM por su participación estatal mayoritaria) que tienden fibra óptica mayorista para dar conectividad a lugares apartados o, en otros casos, para incidir en el abaratamiento por bits transportados. "Existen en unas 12 o 13 provincias", acotó.
Aguiar dijo que esas compañías de Estados provinciales tienen una tarea generalmente "positiva". Sin embargo, apuntó a algunas paradojas.
"Cuando era funcionario estaba el caso de un gobierno provincial que mientras alentaba la conectividad con una de esas empresas y, por lo tanto, el acceso a información y contenidos, los mismos periodistas del canal de TV público planteaban que no les dejaban entrevistar a los opositores", reveló.
Sobre el 5G dijo que es un paso indispensable para la modernización de las comunicaciones, pero es todavía un fenómeno de "grandes ciudades mundiales" y zonas afluentes. Recordó que en la Argentina el 4G "aún no llega a todos lados" (78% del país con esa norma) y hay cerca de un quinto del país con 3G" Existe incluso 2G en zonas apartadas o para ciertos servicios de rastreo por GPS.
Acerca del equipamiento chino de 5G, que ha sido vetado por algunos países por cuestiones geopolíticas o temores de espionaje, Aguiar recordó que en la Argentina equipos de ese origen ya están presentes en las radiobases de muchos operadores, incluido Personal.
Argentina debe mantener "una política tecnológica multilateral en un mundo multipolar" para aprovechar los desarrollos competitivos de cada país o bloque "sin depender de ninguno de ellos" y manteniendo un perfil "neutro y plural de aprovisionamiento tecnológico", dijo.
Aunque el radicalismo no parece tener mayores chances para ubicar un presidente, sí podría haber un acompañamiento vicepresidencial, mientras el partido cuenta con expertos como Aguiar que pueden trabajar o acordar con otros sectores de la coalición.
La izquierda
Varios grupos de izquierda están ensamblados dentro del kirchnerismo o aliados con él, desde el Partido Comunista argentino —históricamente prosoviético— hasta formulaciones simpatizantes del chavismo. En su momento apoyaron la Ley de Medios o las posturas K en temas de libertad de expresión o ante la presunta "concentración" de medios.
Pero las fuerzas de izquierda que poseen un perfil partidario propio y opositor no suelen pasar de un 5% en encuestas nacionales. En esos casos se trata de posiciones revolucionarias y trotskistas que los diferencian del comunismo ortodoxo o de izquierdas moderadas, sin dejar de apoyar, aun con discrepancias, naciones como Cuba o Venezuela.
Contactos iniciales con el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT, principalmente el Partido Obrero y el Partido de los Trabajadores Socialistas) para conocer posiciones en temas de medios y comunicaciones no arrojaron respuestas, como tampoco fueron atendidos los llamados a La Izquierda Diario, el medio online del PTS- FIT.
Si bien estas fuerzas se han enfocado en movilizaciones, piquetes, acción sindical o estudiantil, en el pasado también apoyaron aspectos de la Ley de Medios, a la vez que el punto 6 de plataformas anteriores del FIT postulaba: "nacionalización, sin indemnización, de los bancos, el petróleo, la minería [y] las telecomunicaciones".