A pocas horas que venza el plazo para comprar Twitter, Elon Musk publicó un video curioso en la red social
El empresario estadounidense Elon Musk debe completar la adquisición de Twitter a más tardar el viernes si quiere evitar ir a un juicio contra la red social en el que, a priori, lleva las de perder.
En ese contexto, el magnate publicó un video en su cuenta en la red social en el que se lo ve ingresando a la sede principal de la empresa en la ciudad estadounidense de New York cargando un lavamanos.
Musk acompañó el video con un breve texto: "Entering Twitter HQ – let that sink in!", un juego de palabras que mezcla una expresión, "sink in" (que se puede traducir como asimilar una idea) con la definición literal de "sink", que es lavamanos o lavadero.
La saga empresarial más sonada del año puede terminar esta semana o, en su defecto, entrar en una nueva fase, esta vez con las dos partes cara a cara en un tribunal especializado del estado de Delaware.
Musk acordó en abril hacerse con Twitter por unos 44.000 millones de dólares, pero luego dio marcha atrás, lo que llevó a la empresa a demandarle para obligar a cumplir con lo pactado.
Mientras se preparaba el juicio, el dueño de la compañía automotriz Tesla trató de negociar una rebaja del precio de la operación, pero Twitter no aceptó y, finalmente, con el proceso judicial ya muy cerca, Musk se dio por vencido y anunció que aceptaba cerrar la operación en los términos originales.
Negociaciones de último momento
Eso ocurrió a principios de octubre y, desde entonces, las dos partes trataron de acordar los detalles de la operación, pero por ahora la compra sigue sin ejecutarse a medida que se acerca la fecha clave del 28 de octubre.
El viernes a las 17.00, hora de la costa este de EE. UU. (18.00 hora de la Argentina) vencerá el plazo dado a Musk por la jueza encargada del caso para cerrar la adquisición si no quiere que se proceda con el juicio, en el que la mayor parte de especialistas creen que se impondría la red social.
Twitter, a pesar de la insistencia de Musk y para guardarse las espaldas ante posibles nuevas sorpresas, optó por no retirar la demanda hasta que la compra se hiciese efectiva y, si ello no ocurre, buscará que el tribunal obligue al multimillonario a cumplir con lo pactado.
En las últimas semanas, Musk guardó silencio sobre Twitter, tras un verano boreal en el que comentó sobre la red social y sus problemas supuestos mientras trataba de paralizar su compra.
Ahora, las escasas referencias que hace a Twitter son más bien positivas, como cuando la semana pasada destacó el "increíble potencial" de la plataforma durante la presentación de resultados trimestrales de Tesla.
Por el momento no trascendió mucho acerca de las negociaciones, pero según han dicho fuentes anónimas a medios económicos, las dos partes trabajan con el objetivo de cerrar la operación antes de la fecha límite del viernes.
¿Elon Musk conseguirá el dinero para comprar Twitter?
Este martes, se supo que algunos inversores en la operación han recibido documentos para preparar la compra, en una nueva señal de que las discusiones están bien encaminadas.
Una vez que Musk anunció a principios de mes que iba a proceder con la adquisición, la financiación de la operación pasó a verse como el principal obstáculo.
El hombre más rico del mundo había negociado con varios bancos para que le ayudaran a pagar la compra con préstamos de varios miles de millones de dólares, pero los meses de pelea en torno a la operación dañaron la imagen y el valor de Twitter.
Esto combinado con una situación económica más complicada, llevó a muchos analistas a considerar que las entidades podrían ser reticentes a poner el dinero necesario.
La otra posible dificultad, más inesperada, puede estar en el Gobierno estadounidense. La agencia Bloomberg informó la semana pasada que la administración Biden analizaría la posibilidad de someter la operación a una revisión de seguridad nacional.
Esas informaciones salieron a la luz después de que Musk hiciese varios comentarios sobre la guerra en Ucrania muy criticados, entre otros por el Gobierno de Kiev, por defender tesis prorrusas.