Las mil y una formas de la nueva TV: el futuro de los modelos de streaming y oferta de contenidos
Con el crecimiento y la evolución del streaming de video por Internet, en los últimos tiempos fueron surgiendo distintos tipos de modelos de oferta de contenidos que aparecen como herederos de la TV tradicional.
Siglas como OTT, SVOD, AVOD, TVE, FAST y otras responden a modelos que reflejan la evolución en el consumo audiovisual, algunos como parte de una necesaria transición, otros como exponentes claros de la nueva generación.
Cuando la TV era sólo gratuita y de aire, todo era más fácil… y más limitado también. Con cuatro canales (en el AMBA), había que disponer de contenidos realmente masivos.
La llegada de la TV por cable multiplicó la oferta que la radiodifusión no permitía por límites en la capacidad técnica de transportar señales. Pero, al menos inicialmente, los contenidos eran similares, nada más que multiplicados por 15 (al pasar de 4 a 64). Y al ser un servicio pago, eran sin publicidad, lo cual era uno de sus grandes atractivos junto con la calidad de imagen por menores interferencias que en la sintonización vía antena.
La llegada de Internet, y más precisamente de la banda ancha, alteró completamente el escenario. El cambio más profundo tuvo que ver con la disociación de la red y el contenido.
Mientras que en el modelo de TV paga tradicional lo que se contrata es el combo de red y contenidos (no accesibles fuera de ella), Internet permitió acceder a contenidos disponibles en la red pública, fuera del control de quien provee el acceso. Esto dio lugar al modelo OTT u Over The Top.
En el caso del video se trata de un servicio de streaming que se transmite vía Internet sin involucrar al proveedor de banda ancha en el control o la distribución del contenido.
Técnicamente, todos los servicios de streaming de video son OTT, más allá de diferencias mayormente comerciales (gratuitos, con publicidad, por suscripción, por evento o combinaciones) y que dan lugar a un amplio menú de formas de acceder a contenido audiovisual.
Si bien el video llegó a Internet de la mano de YouTube, la industria de la TV prestó más atención a lo que sucedía en Internet con la llegada de Netflix, una empresa que nació como un videoclub con delivery de CD en base a un abono mensual y que al tiempo comenzó a poner un catálogo en línea al cual se podía acceder a través de una suscripción. Nacía así el modelo SVOD, Subscription Video on Demand o video bajo demanda por suscripción.
Originalmente, y fiel a sus orígenes de videoclub, disponía de un catálogo enteramente de terceros. Pero en la medida en que los dueños de los derechos (Disney, Warner y otros) iniciaron el desarrollo de sus propias plataformas de distribución directas al consumidor por Internet, comenzaron gradualmente a retirar sus títulos de Netflix, obligándola a lanzarse a la producción de contenidos propios. Su primer gran éxito en este sentido fue la serie "House of Cards".
Les llevó unos años, pero bajo el modelo SVOD fueron surgiendo otras plataformas, propias de los dueños de los contenidos, como Disney , HBO Max, Paramount , etc.
Un tiempo antes había desembarcado en el mercado del SVOD Amazon Prime Video. Primero, como un plus para los suscriptores de su servicio de entrega rápida Prime. Poco a poco fue creciendo, convirtiéndose en un producto independiente, con contenidos tanto propios como licenciados.
Basándose en un modelo diferente, comenzaron a florecer también propuestas donde la publicidad financia el servicio, en un formato que las asemeja al de la TV abierta y gratuita tradicional. Conocido como AVOD (Advertising Video on Demand o video bajo demanda con publicidad), es una oferta de contenido donde los videos contienen inserciones de publicidad.
Este modelo fue implementado a gran escala inicialmente por YouTube (que recordemos que además de videos caseros cuenta con gran cantidad de contenidos de TV, como películas, series, documentales, noticieros).
Más recientemente, mutó en algunos casos hacia un sistema híbrido, donde hay una suscripción de bajo precio que es complementada con ingresos publicitarios. Tal es el caso de lo que prepara Netflix para el año próximo y que otros servicios ya han implementado.
El surgimiento de variantes para el consumo bajo demanda (VOD) no impidió que también se desarrollaran versiones de streaming más parecidas a la TV tradicional, en un formato linear aunque suelen incluir opciones bajo demanda.
Una de estas es conocida como FAST (Free Ad Suported Television o Televisión gratuita financiada con publicidad) que básicamente es un paquete de canales de televisión gratuitos financiados por la publicidad transmitidos vía streaming por Internet.
Simplificando, es como ver TV de aire gratuita pero en vez de recibir el contenido a través de una antena llega por Internet. Un caso de FAST accesible desde Argentina es Pluto TV.
Siguiendo con los paralelismos con la TV tradicional, así como FAST sería un equivalente de la TV de aire, también surgieron modelos similares a la TV por cable.
Conocidos en la jerga como vMVPD (Virtual Multichannel Video Programming Distributor o Distribuidor virtual de programación de video multicanal) es lo más parecido a la TV paga, agrupando la televisión en directo y bajo demanda, distribuyendo los contenidos por Internet de forma lineal.
Un ejemplo de esto es YouTube TV, no disponible en Argentina. La "v" de virtual es lo que los diferencia de los MVPD, que son los servicios que ofrecen varios canales de televisión a través de infraestructura física propia, como suele ser el caso de la TV por cable o satelital.
Un concepto similar al de vMVPD es la TVE (TV Everywhere o TV en todos lados). Se trata de las plataformas de streaming por Internet de los operadores de TV paga (caso Flow, Movistar TV, Telecentro Play, DirecTV Go y otros).
Nacieron como una respuesta a una de las ventajas de los servicios de streaming frente a la TV tradicional que permitían consumir sus contenidos en cualquier lugar y a través de múltiples dispositivos más allá del televisor (como smartphone, PC, tablet).
Son parecidos en la práctica a los vMVPD, con la diferencia que el acceso a los contenidos requiere que el usuario se identifique como suscriptor a través de una cuenta provista por su proveedor de TV paga.
Por supuesto, ya quedan pocos servicios que sean totalmente puros en cuanto al modelo seguido. Suelen combinar uno o más, tal el caso de SVOD que tienen su variante AVOD (como la que Netflix anuncia para principios del año próximo), así como las opciones de TV lineal también incluyen acceso bajo demanda a determinados contenidos.
También quienes combinan el consumo bajo demanda con el vivo (como hace Star con los deportes en vivo). Por otra parte, servicios de TVE comienzan a estar disponibles para no suscriptores de TV paga tradicional, tal el caso de Flow Flex o DirecTV Go, lo que en alguna medida los convierte también en vMVPD.
Como puede observarse, si hay algo que no falta en la actualidad son alternativas para el consumo audiovisual. La competencia es mucha, así como la dispersión en los costos de cada servicio.
Estamos ante una oferta que se ha puesto muy competitiva, con mucha rotación de clientes entre las distintas plataformas. De hecho, en el último año, el 28% de los consumidores de streaming en Argentina abandonaron uno o más servicios.
En síntesis, hay 3 grandes variables para diferenciar servicios de streaming:
- Por un lado, la económica, yendo de servicios pagos (por suscripciones) a gratuitos o una combinación de ambos.
- La comercial, dependiendo de si el servicio es independiente o está sujeto al abono del acceso.
- Y la de contenidos, donde pueden ser mayormente propios (Disney , HBO Max) o con plataformas que funcionan de agregadoras de diversas fuentes. Bastante más complejo que la TV tradicional que conocimos antes de la llegada de Internet pero mucho más atractivo.