Windows Phone tenía casi todo para triunfar: ¿por qué fue el mayor fracaso de Microsoft?
Bill Gates calificó la falta de liderazgo de Microsoft en la era de los teléfonos móviles "inteligentes" como su "mayor error de la historia", en referencia a Windows Phone.
El mayor fabricante mundial de software había anunciado a la versión móvil de su sistema operativo Windows como la muerte inminente del iPhone.
Pero a pesar de su llamativa interfaz de usuario basada en mosaicos, Windows Phone no era el sistema operativo para salvar a los teléfonos móviles, como había prometido Microsoft.
La compañía pasó años tratando en vano de convencer a los desarrolladores de que crearan aplicaciones para Windows Phone, y destruyó a Nokia en el proceso.
Microsoft gastó primero 7.200 millones de dólares para adquirir el negocio de telefonía de Nokia, pero luego canceló la compra completa como un experimento fallido, recortando miles de puestos de trabajo y desperdiciando al menos mil millones adicionales en el camino.
Microsoft cometió errores, especialmente cuando su entonces director general ejecutivo, Steve Ballmer, se rió del iPhone por carecer de un teclado físico. Nunca más certero aquel dicho: "El que ríe último, ríe mejor".
Windows Phone: historia de derrotas y victorias
En octubre de 2017, Microsoft hizo oficial lo que ya se sabía desde hacía años: el sistema operativo móvil Windows Phone estaba muerto. No habría más desarrollo, no habría resurgimientos milagrosos de Windows 10 Mobile y no habría más intentos de competir con el abrumador duopolio de iOS de Apple y Android de Google.
Microsoft, dirigido por Satya Nadella, prefirió la colaboración a la competencia, o al menos esa fue la elección que la empresa se dijo a sí misma que ha hecho al abandonar su fallida empresa de sistema operativo móvil.
Pero el fracaso general de Windows Phone enmascara una serie de éxitos y avances, por los que Microsoft y sus socios de hardware nunca han recibido suficiente crédito.
En sus inicios en 2010, Windows Phone fue la reinvención más audaz y original de lo que puede ser un teléfono inteligente después de la introducción del iPhone de Apple tres años antes.
A diferencia de Android, Windows Phone no fue una recreación de la cuadrícula de iconos de iOS. A diferencia de Android, Windows Phone funcionó rápido y fluido en hardware muy básico.
Windows Phone: un sistema operativo móvil singular
El 11 de octubre de 2010, el experto en tecnología Stephen Fry se paró frente a una audiencia cautiva en Londres y se declaró emocionado de respaldar el nuevo sistema operativo Windows Phone.
Entusiasta del iPhone desde hacía mucho tiempo, Fry estaba deslumbrado con los pequeños "momentos de deleite" que le brindaba el nuevo y refrescante Windows Phone.
Tenía buenos motivos para estar entusiasmado: el Windows Phone original de aquellos días era radicalmente diferente y, en muchos sentidos, adelantado a su tiempo.
La interfaz destilada de Windows Phone estaba a un millón de kilómetros de distancia de la interfaz que dominaba los teléfonos de Apple y de los esfuerzos de imitación de Samsung.
Donde un iPhone te ofrecía íconos estáticos, un Windows Phone te ofrecía mosaicos con información en vivo: un calendario que mostraba tus próximas citas, una aplicación de mensajería que presentaba fragmentos de textos, una aplicación de teléfono con tu última llamada perdida, etc.
Quizás el paso en falso más grande de Microsoft fue no seguir adelante con su visión audaz y su sensibilidad de diseño novedoso. Ahora es fácil olvidar lo rápido y receptivo que se sintió Windows Phone en relación con cualquier cosa que se le ocurriera a Android.
El teclado en pantalla de Microsoft también fue muy superior. Y si querías hablar del sistema más elegante para dar notificaciones o información útil en la pantalla de bloqueo, tenías que hablar de la solución de Microsoft.
En algunas de las formas más importantes y generalizadas, Windows Phone era igual al iPhone, principalmente porque Microsoft adoptó un enfoque similar al de Apple de controlar estrictamente la experiencia del usuario en todos los dispositivos y fabricantes.
Era una producción de software en un taller cerrado, en un jardín amurallado, y valió la pena con un alto grado de pulido y refinamiento.
Windows Phone y el diseño original de sus teléfonos
Las contribuciones del ecosistema de Windows Phone al campo más amplio del diseño de teléfonos móviles "inteligentes" nunca fueron debidamente reconocidas.
La plataforma se lanzó con algunos teléfonos hermosos y únicos como el Samsung Omnia 7 con una pantalla OLED de 4 pulgadas, Dell Venue Pro con un teclado deslizable y HTC 7 Surround con un gran parlante integrado y soporte.
Pero fue al año siguiente, cuando HTC presentó Windows Phone 8X y 8S y Nokia lanzó Lumia 800, cuando realmente vimos a Windows Phone tomar la delantera en las apuestas de diseño industrial.
Esos teléfonos se encontraban entre los diseños más atractivos e innovadores de su tiempo. Nokia se estaba plagiando a sí mismo explotando el hermoso diseño en forma de almohada del Nokia N9, pero eso no importaba.
El hecho fue que en ese momento a fines de 2011, Windows Phone tenía algunos de los mejores hardware que existían. El iPhone contemporáneo, el 4S, era agradable, pero era una reiteración de un diseño de hace un año y tenía una pantalla más pequeña.
Microsoft pudo lanzar Windows Phone 7 con una batería de diseños diferenciados de todos los aspirantes a fabricantes de teléfonos globales, y un año más tarde siguió con los mejores diseños de Nokia y HTC.
Nokia apostó todo su futuro en Windows Phone, y HTC invirtió mucho en hacer que Windows Phone 8X y 8S, que Microsoft designó como dispositivos "Signature Windows Phone", fueran tan buenos y bonitos.
Este fue un momento crucial para el sistema operativo móvil en su conjunto, porque el eventual fracaso de estos teléfonos para hacer mella en el dominio del mercado de iPhone y Android es lo que condujo a una creciente pérdida de fe entre los socios de hardware de Microsoft y la disolución de Nokia como fabricante de teléfonos.
Windows Phone: avances en las cámaras de teléfonos
Windows Phone perturbó las ideas preconcebidas sobre buenas interfaces de usuario cuando se lanzó. Luego, el sistema operativo proporcionó algunos de los mejores hardware para teléfonos que se habían visto.
Y antes de que su estrella comenzara a desvanecerse, también logró mover la aguja en la tecnología de la cámara, cortesía del Lumia 1020 y su icónica protuberancia de cámara redonda.
En julio de 2013, el Lumia 1020 era una versión más convencional del hardcore Nokia 808 PureView ejecutando Symbian. Ambos teléfonos tenían sensores de cámara de 41 megapíxeles y ambos marcaron avances significativos en imágenes móviles.
Windows Phone tuvo una variedad de problemas que socavaron sus posibilidades de éxito popular, pero los aspectos esenciales del hardware de buen diseño, excelentes imágenes y duración confiable de la batería rara vez se cuestionaron.
Windows Phone: el golpe de Google
Si se pregunta por qué ninguno de los muchos esfuerzos de Microsoft en Windows Phone valió la pena, la respuesta clave radica en el fracaso crónico de la plataforma para atraer a desarrolladores de aplicaciones de terceros.
Cada vez que Nokia lanzaba un nuevo Windows Phone, tenía que esquivar y eludir la pregunta de cuándo habría una aplicación de Instagram para el sistema operativo.
A pesar de que Microsoft superaba a Google en la prestación de una experiencia de aplicación propia más fluida e ingeniosa, Google ganaba cómodamente al tener las aplicaciones más esenciales y el ecosistema de terceros más entusiasta.
En un universo alternativo, donde Bing de Microsoft era superior a la búsqueda de Google, y donde Hotmail había conservado su popularidad e Internet Explorer seguía siendo el navegador web dominante, existía la posibilidad en agosto de 2013 de que se hablara de la desaparición de Android en este momento.
Quizás la aplicación más grande que faltaba para Microsoft era YouTube, y eso no fue un accidente. Hay una larga historia de hostilidades entre Google y Microsoft por la presencia de YouTube en Windows Phone.
Google no quería darle a Windows Phone la oportunidad de convertirse en un rival legítimo de Android. La mayor parte del uso de Internet ahora es móvil, y YouTube ocupa una gran parte del mientras el usuario estaba en su teléfono. Por lo tanto, cualquier plataforma que no tuviera una aplicación de YouTube adecuada estaba en una gran desventaja.
Windows Phone: Microsoft se hace cargo de Nokia
Para 2014, Windows Phone había agotado su suministro de buenas noticias y se estaba transformando en un ejercicio de aprendizaje tanto para Microsoft como para la industria móvil en general.
Habiendo alienado a HTC y Samsung desde el principio y luego favorecer a Nokia, Microsoft mordió la bala y adquiere al famoso fabricante de teléfonos finlandés.
Lo que siguió fue una serie de esfuerzos de cambio de marca y reposicionamiento y los primeros logotipos de Microsoft grabados en relieve en los teléfonos inteligentes de la era moderna.
Pero Microsoft no pudo alterar la trayectoria que había marcado su insuperable déficit de aplicaciones y siguió tratando de atraer sobre la base de las fortalezas tradicionales de Nokia en cuanto a imagen y diseño.
Lo que terminó sucediendo fue que los proveedores de Android como Samsung se dieron cuenta de la importancia de esos factores y superaron al antiguo Nokia en su propio juego.
Windows Phone: la inseguridad de Microsoft
Uno de los problemas cruciales que Microsoft tuvo antes de la adquisición de Nokia fue un conflicto sobre lo que debería priorizarse. Microsoft tenía el iPhone en la mira, mientras que Nokia estaba deseoso de arrastrar el Windows Phone, eficiente en energía y recursos, a precios más bajos.
Nokia trataba de sacar provecho de su ventaja inicial de tener valor de marca en los mercados en rápido desarrollo de la India y el resto del subcontinente asiático, mientras que Microsoft pensaba en formas de posicionarse frente a su rival más antiguo, Apple.
La frustración de ambas partes se convirtió en revelaciones públicas sobre el ritmo del progreso, lo cual es predecible considerando que las dos empresas avanzaban hacia objetivos diferentes.
La lección de Microsoft es multidimensional. En primer lugar, la adopción del enfoque similar al de Apple de control estricto sobre la experiencia del usuario realmente valió la pena al hacer que Windows Phone se sintiera consistentemente suave y cohesivo.
Pero en segundo lugar, si un proveedor de software va a enfrentarse a sus socios de hardware, también podría ir hasta el final en lugar de andar de puntas de pie.
Microsoft quería tener a Nokia como su operación interna de diseño de Windows Phone de facto, pero aún quería que Samsung y HTC invirtieran dinero en diseñar sus propios dispositivos. Fue codicioso, y no funcionó.
Microsoft podría haberse ahorrado muchos dolores de cabeza comprando Nokia mucho antes y estableciendo una estrategia única y unificada para saber hacia dónde se dirigía Windows Phone. Derrotar tanto a iOS en la gama alta como a Android en la gama baja siempre fue un objetivo irrazonablemente ambicioso.
Windows Phone: el ocaso y las enseñanzas
Entonces, ¿qué pasó en los tres años desde que Microsoft compró Nokia? En 2015 se confirmó que el mercado de teléfonos inteligentes era un duopolio total de iPhone/Android. La consultora Gartner informó que el 96,8 por ciento de todos los teléfonos vendidos tenían uno u otro sistema operativo.
Microsoft tenía el 2,5 por ciento del mercado en ese momento. El hecho de que Windows Phone haya durado tanto tiempo es principalmente una cuestión de los grandes recursos de Microsoft para respaldar su cadáver zombi.
Pero incluso cuando se mira hacia atrás a toda esta empresa como un intento fallido de ofrecer una alternativa a Apple y Google, no se debe perder de vista el legado positivo que ha dejado. La industria móvil habría sido mucho más pobre sin los considerables recursos que Microsoft y sus socios invirtieron en la construcción de un tercer ecosistema viable.
Hay muchas lecciones para que otros se beneficien y muchas innovaciones de hardware para inspirarse. Windows Phone debe ser recordado como uno de los mejores fracasos que ha producido la industria tecnológica.