¿Pueden todos ser programadores?: antes de hacer un curso, cuidado con estas advertencias
Les damos un curso de tres meses y los convertimos en programadores. Este es el as en la manga que tiran sobre la mesa los gobiernos, sindicatos, empresarios para darle una esperanza a la gente que ya fue reemplazada y a los jóvenes que no encuentran futuro.
¿Pero es posible convertir a alguien en programador en 3 meses?
La automatización y la sistematización de procesos persiguieron durante los últimos cien años dos objetivos:
- Eficiencia (léase menor costo)
- y escalabilidad.
En pocas palabras: el esfuerzo laboral de la persona se convirtió en brazos de un robot o en una rutina de software.
La persona reemplazada queda en un gris en donde si el sindicato es fuerte los pone en un limbo para ser re capacitados en otras actividades.
Si bien esto soluciona el problema de sostener esa familia creando un puesto inventado, lastima la dignidad del trabajador pero sostiene el ingreso.
Los gobiernos ante el ahogo de las nuevas generaciones que no consiguen trabajo genuino, producto de la pobre educación y el deterioro social, creen dar una solución al ponerles una computadora en la mano y un curso que en solo tres meses te da el título de programador.
¿Se puede aprender a programar de cero en tres meses?
La respuesta es simple: NO.
Ser programador en tres meses y ganar en dólares es tan falaz como en tres meses aprender trading y lograr tu independencia económica.
Según especialistas en la materia, el desarrollo de esta profesión requiere al menos de 18 meses de estudio para poder catalogarlos como tal y prestar función.
Esta actividad requiere de voluntad y sacrificio. El cerebro necesita tiempo y práctica.
De hecho los médicos tienen que hacer residencias antes de serlo.
Siempre hay excepciones: autodidactas y jóvenes que salen de industriales con una base tecnológica pueden llegar a usar estos cursos como una fastrack.
Para el resto la respuesta simple es NO y los números no mienten.
Las estadísticas de Argentina sobre los programadores
De más de 250 mil argentinos que se anotaron en propuestas gubernamentales como (Argentina Programa, Codo a Codo, 111 mil y otros) el 85% abandonó y el otro 15% no se sabe si tenía algún tipo de base y si consiguió trabajo, según investigó Maximiliano Firtman, especialista en educación tecnológica.
Cursos de tres meses que solo tienen un par de horas por semanas de un docente a cargo y muchos videos que mirar, proponen aprender tecnologías enteras y diferentes en solo un par de horas.
Es casi una tomada de pelo.
Pero algo que podría ser bueno, el estado lo vuelve todo lo contrario. No solo no suma sino que además causa un daño irreparable. Y solo es por falta de perspectiva.
Una persona ya laboralmente reemplazada o un joven que sale directo de la educación pública y cree en la propuesta del Estado del curso mágico de tres meses, cuando termina se da cuenta que no aprendió nada, o abandona a las dos semanas y dispara un mecanismo que lo aleja para siempre. Traumando así generaciones.
- "esto no es para mi"
- "no me da la cabeza"
- "ya probe y no pude"
Cómo es posible solucionar esto
Solo están creando generaciones de frustrados. Pero es sencillo solucionar esto:
Hay que ajustar las expectativas: el Estado podría convertir estos recursos en cursos introductorios, cuyo objetivo sea incentivar, aproximar, seducir, calentar, alentar, preparar a la persona para hacer un curso con una propuesta real para un ser humano que necesita incorporar un conocimiento.
No solo tendremos mas programadores sino de mayor calidad. Y aún haciendo las cosas como corresponde, quedaría un residual de gente en el camino.
Pero esta correcta aproximación puede incluso hacer caminar a la persona por verticales de la industria que no son solo programación. Tal como especialistas en seguridad, en infraestructura, devops, analistas y testers.
Este no es solo un problema de políticos poniendo falsas zanahorias delante de la gente.
Empresas hiper exitosas durante estos últimos años crearon sus propias instituciones en donde cobran cifras siderales para capacitarte en formato fast track.
Esto llegó llegó al punto que, por ejemplo, hay una academia que te da el contenido grabado en video a cambio que firmes un contrato que si conseguís trabajo tenes que pagarles aproximadamente 4 mil dólares a medida que cobrás tu sueldo. Es casi un contrato ilegal.
Sin duda la tecnología es una salida laboral INCREIBLE pero nadie quiere pagar el tiempo que requiere a un cerebro aprender.
Personalmente creo que a Argentina ya se le pasó el tiempo. El deterioro social y educativo ya pudrió los cimientos de las generaciones que tienen que hacer punta.
Creo que es la primera vez que puedo decir que ya es tarde. El tren ya partió.