Política de telecomunicaciones abre otra grieta interna en el Gobierno
Además de las internas generadas por el principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la alianza gobernante se está abriendo otra grieta que promete profundizarse y que tiene a la empresa ArSat y al negocio de las telecomunicaciones como campo de batalla.
La pelea involucra pesos pesados de varios sectores políticos del Frente de Todos entre los que se encuentran funcionarios que responden directamente a Alberto Fernández; de la Jefatura de Gabinete; legisladores kirchneristas; ejecutivos de ArSat y hasta un ex colaborador de Julio De Vido ahora devenido en asesor en la empresa estatal en nombre de Presidencia de la Nación.
También tiene cierto correlato en algunas importantes compañías privadas del sector que podrían verse beneficiadas si los planes para convertir a ArSat en una operadora de telefonía celular tienen éxito ya que es precisamente esa idea la que abrió este enfrentamiento en el Gobierno entre quienes defienden la iniciativa y quienes la rechazan de plano.
Es, en definitiva, una disputa sobre la política oficial de telecomunicaciones que tiene como escenario a la sociedad estatal con sede en la localidad bonaerense de Benavídez y que brinda servicios de transmisión de datos, telefonía y televisión por medio de infraestructura terrestre, aérea y espacial.
Todo comenzó con el arribo de Luis Vitullo y Soledad Gonnet a ArSat. El ex mano derecha de Julio de Vido lo hizo como asesor nombrado por Presidencia mientras que la ex vicepresidenta de INVAP lo haría en el directorio de la sociedad estatal.
El potencial se debe a que su designación todavía no fue confirmada, al igual que la de la ex funcionaria del gobierno de Carlos Menem Claudia Bello, quienes llegarían al board de ArSat junto al vice jefe de Gabinete, Jorge Neme, nombrado también como representante del Estado en la empresa.
Las designaciones figuran en la Resolución 17/22 de la Jefatura de Gabinete de Ministros y fue acompañada de un anexo de instrucciones para la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de ArSat del 26 de enero pasado que incluyó la designación de cinco directores titulares entre las que se encontraban Gonnet y Bello.
Si bien todavía el nombramiento de Gonnet se encuentra pendiente, su llegada como la de Vitullo y la de Neme evidencian el poder que está logrando la Jefatura de Gabinete que lidera Juan Manzur en las políticas oficiales para el sector TIC.
Un poder que, con el ingreso de Bello se buscaría equilibrar si se tiene en cuenta que la ex Secretaria de la Función Pública menemista tiene estrechos vínculos con el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
¿Se reflota la creación de una operadora estatal de celulares?
Pero más allá de las definiciones en el seno del directorio de ArSat, Gonnet ya propuso junto a Vitullo reflotar un viejo anhelo kirchnerista como es la creación de un servicio de telefonía móvil propio de ArSat, rememorando dos proyectos fallidos y que terminaron en sendos escándalos bajo gestiones K como fueron libre.ar y el "celular más barato del mundo", ambos pensados por Guillermo Moreno, que fracasaron.
iProfesional intentó comunicarse con Neme; Vitullo y Gonnet, pero los mensajes no fueron respondidos por ninguno de los nombrados en esta nota. Solamente en el caso de Vitullo la respuesta fue desconocer la información y remitirse a prensa de Jefatura de Gabinete.
Pero fuentes oficiales al tanto del tema y también consultadas por iProfesional admitieron la pelea pero advirtieron que ambos planes no cuentan con apoyo total como para concretarse, teniendo en cuenta que no sumarían beneficios a la industria de las telecomunicaciones en general y que se quedarían en meras esperanzas personales de quienes los impulsan.
Cuentan también que la idea sería utilizar parte del dinero que administra el Fondo del Servicio Universal para desarrollar planes oficiales en el sector y que se compone del aporte que hacen todas las compañías de telecomunicaciones para llevar servicios a zonas donde no los hay, en un tendido de última milla o servicio al hogar, de fibra óptica.
La segunda pata del plan sería instalar sitios de telefonía móvil para brindar servicio celular, recordando en parte el plan que la por entonces presidenta Cristina Kirchner quiso aplicar en el 2012 cuando presentó libre.ar. Era un proyecto de compañía móvil estatal, sobre las frecuencias que hoy tiene ArSat y que heredó por los remanentes de las licitaciones de 3G y 4G.
En ese momento, prometió "precios competitivos" para enfrentarse a Claro; Movistar y Personal con una operadora estatal que iba a ser gestionada por cooperativas telefónicas y pymes como Fecotel; Fecosur y la Cámara de Telefonía IP (Catip), entre otras.
La sociedad estatal iba a manejar el 25% del espectro radiofónico anteriormente en manos de Movistar que tuvo que desprenderse de esas frecuencias cuando se fusionó con Movicom en el 2004.
En el armado de esta fallida operadora estatal también estuvo involucrado Julio De Vido quien también había anunciado que la empresa iba a funcionar como mayorista del sector.
En aquel momento, el proyecto contó con el apoyo de Vitullo, quien había sido el coordinador de la Red Federal de fibra óptica (REFEFO) de ArSat y la Televisión Digital Abierta o los programas de producción de telenovelas y series argentinas como las polémicas iniciativas de Andrea del Boca.
Y si bien la iniciativa nunca se terminó de concretar, fue un buen negocio para algunos proveedores y consultores que participaron de este sospechoso entramado.
Ahora, tanto la quizá directora de ArSat y cercana a la gobernadora Arabella Carreras, y el varias veces procesado por supuestos ilícitos cometidos durante la gestión de Julio De Vido en el entonces Ministerio de Planificación Federal y actual asesor de Neme, intentan recuperar la retórica de la empresa estatal de celulares y financiar con fondos que se encuentran destinados a otros objetivos.
De hecho, ya hubo algunas empresas proveedoras de tecnología que confirmaron haber recibido llamados para presupuestar radio bases y requerimientos para tendido de fibra óptica al hogar, un planteo que es rechazado por otro sector del oficialismo y por profesionales de carrera ligados a las estrategias de ArSat.
Ocurre que en el mundo, la industria de las telecomunicaciones va camino a otra dirección, a un proceso más colaborativo y no competitivo, ya que se trata de un negocio que, por ejemplo en la Argentina, se encuentra saturado y sin lugar para un nuevo operador. Mucho menos, si tiene la impronta estatal que abreva el kirchnerismo.
De hecho, en el sector destacan lo irregular de utilizar el dinero del Servicio Universal para ese objetivo.
"Pretenden competir con nosotros en localidades donde ya estamos con fondos que aportamos nosotros, lo cual marca una mera competencia desleal y además, seguramente ineficiente", aseguran ejecutivos de empresas telcos.
Destacan además el mal uso de fondos para superponer redes en una misma ciudad o zona por ser ineficaz y tener solamente el objetivo de beneficiar a alguien o a algunas empresas.
En este marco surgieron los nombres de Movistar, Sion y la empresa estatal china ZTE como parte del entramado, teniendo en cuenta su sociedad para desarrollar un tendido de fibra óptica en el país que fue oficialmente anunciado el año pasado.
Sin embargo, voceros de las dos primeras compañías rechazaron su participación en la iniciativa de Gonnet y Vitullo y recordaron que el acuerdo que los une no tiene relación con el Estado ni con planes públicos ya que se trata de una alianza entre privados para mejorar el servicio de miles de clientes del interior del país.
Del mismo modo, fuentes oficiales que intentan frenar la iniciativa remarcan el enojo que tendría el propio presidente Alberto Fernández con Neme, a quien le adjudican el nombramiento cuestionado y suspendido de Claudia Bello, y la incorporación de Vitullo, por sus antecedentes judiciales.