¿Por qué querrás llevar de viaje esta mochila inteligente de Google y Samsonite?
Samsonite, en alianza con Google, lanzó una mochila inteligente que tiene algunas características de teléfono móvil. Si uno la mira rápidamente, parece una mochila normal, viene en negro con detalles en blanco.
Pero lo que la hace particular es que viene con tecnología Jacquard llamada "Konnect-I". Esto le permite realizar varias acciones parecidas a las de un smartphone como realizar llamadas, sacar selfies o cambiar canciones. Este proyecto comenzó hace unos cinco años, con la idea de aportar tecnología y conectividad a las prendas de vestir y a los accesorios.
La nueva mochila tiene en su asa izquierda varias bandas que detectan gestos y permiten realizar varias acciones. Los gestos son personalizables para cada acción que se desee hacer.
Entre las funciones se encuentran: recibir notificaciones de llamadas o mensajes de textos, hacer una selfie, controlar la música y hasta pedirle al Asistente de Google que nos comparta las últimas noticias. En esa asa izquierda hay luces LED que se iluminarán según las alertas que el usuario configure. Será una luz de color distinto para cada notificación configurada.
Para poder usar las funciones, se debe tener instalada en el celular la aplicación de Jacquard, y colocar el chip Jacquard en el interior de la mochila. Todo se conecta a través de Bluetooth. La mochila ya se encuentra disponible en la página oficial de Samsonite. La versión estándar cuesta u$s219,99 y la versión slim, un poco más pequeña, a u$s199,99.
Una mochila contra la Covid-19
Un equipo de investigadores e ingenieros de Argentina está fabricando una mochila portátil de bajo costo para desinfectar el transporte público mediante radiación ultra violeta del tipo C (UV-C), diseñado para evitar la reproducción del coronavirus.
El proyecto está cargo del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC), un organismo que pertenece al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional del Comahue, junto a expertos de la empresa estatal INVAP, una firma especializada en alta tecnología.
"Ahora estamos ensamblando, la estamos armando", señala al sitio RT el ingeniero Martín Ducos, la persona a cargo de los trabajos.
"En menos de cinco minutos se puede desinfectar un colectivo completo"
Hay tres tipo de radiación ultravioleta: A, B y C. El vinculador tecnológico del IPATEC explica que la UV-C, cuando proviene del sol, es retenida por la capa de ozono: "Los microorganismos, o las personas, no estamos preparados para resistirla", repasa.
Así, la mochila imita esa clase de rayos, "por eso el equipo tiene una protección personal".
Lo que genera este mecanismo es una ralentización del virus: "No lo mata, pero evita que se reproduzcan. Es muy efectivo", indica. Además, Ducos afirma que "la radiación rebota muy bien en todas las superficies".
La mochila, que continúa en fase de elaboración, se coloca desde el cuello hasta las rodillas, es decir, a la misma altura de los asientos y los pasamanos, "entonces irradia a una distancia cercana". De esta forma, "en menos de cinco minutos se puede desinfectar un colectivo completo", se entusiasma el especialista.
Esta clase de sistemas ya existe en otras partes del mundo, pero con formas más robustas, pensado para superficies planas. "En Europa, por ejemplo, se utiliza un carrito para los aviones, y los aviones son todos iguales", comenta el experto.
Sobre los autobuses, opina: "Allá se acostumbra a la estandarización, no tienen esa dificultad de acceso en el transporte".
Por eso, los expertos del Cono Sur debían diseñar un nuevo prototipo que se adapte a las necesidades locales: "En Argentina hay mucha diversidad de colectivos". En efecto, esta situación hacía que la radiación no se pueda usar en el país sudamericano.
"Con la mochila es muy simple, se accede a cualquier medio de transporte y se puede subir escaleras", celebra el investigador. Además, la versión sudamericana "es más fácil de construir", comenta.
En cuanto a las precauciones que se deben tener para que el usuario no dañe su salud, el experto enseña: "Casi todos las telas, vidrios y plásticos detienen la UV-C, entonces, cualquier persona con una protección sencilla, se cubre. Si las ventanas del colectivo están cerradas, la radiación no sale hacia afuera". Así, según explica, con un elemento de resguardo ocular tampoco debería haber peligro en los ojos.
El equipo se inscribió en un financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología, porque se necesitan fondos para poder trasladar el equipo a Buenos Aires y probarlo en el transporte público. A su vez, deben adquirir un instrumento imprescindible para medir la actividad de la mochila, y así lograr la tan ansiada aprobación. De momento, el INVAP colocó la mano de obra y los materiales para avanzar hasta este punto.
"En cuanto tengamos ese equipamiento, en una semana tal vez, solo resta validar el equipo", cuenta Ducos, quien detalla que varias firmas ya se contactaron para otorgar los recursos necesarios.
"Demostrar que funciona dentro del colectivo, sería genial, porque después se puede fabricar en empresas", señala. De hecho, "una vez que haya uno validado, eso se puede replicar".
Mientras crece la expectativa, hay buenos augurios para solucionar un problema grande, en medio de la emergencia sanitaria: la mochila es simple de construir, y sus lámparas están disponibles en el país. Para terminar, el ingeniero asegura: "Son partes que se pueden ensamblar en metalúrgicas o empresas que se dediquen a instalaciones eléctricas, no es algo muy complicado".