Los que ganan en la cuarentena: el boom de un sector que sacó provecho de la bancarización forzosa
El Banco Provincia y Pagomiscuentas, además de las fintech en general, están siendo los grandes protagonistas de los cambios culturales en materia de pagos electrónicos que impulsó de manera obligada el aislamiento social preventivo y obligatorio puesto en marcha en la Argentina el pasado 20 de agosto. La mayor transformación se dio fuera del Area Metropolitana Buenos Aires (AMBA).
Así lo muestra un informe de Comscore que comparó cómo se modificó el comportamiento de uso de los diversos servicios de pagos disponibles en enero y febrero, con lo que se experimentó en abril y mayo.
El Banco Provincia, que hasta febrero contaba con 1,5 millón de usuarios, pasó a tener más de 2,5 millones de usuarios en abril. El lanzamiento, en ese mes, de Cuenta DNI - desarrollo que venía realizándose de la gestión anterior- fue una más de las razones por las que más clientes de esa entidad se volcaron a pagar sus servicios y demás obligaciones por la vía electrónica.
La entidad registró el mayor crecimiento entre las entidades estatales, de acuerdo a la medición de la consultora que comparó abril contra enero, al totalizar un 229% de crecimiento de usuarios únicos. Se impuso por sobre el buen comportamiento que tuvo el Banco Nación (111%), y muy por encima de lo desempeñado por el Banco Ciudad (91%).
El mismo crecimiento experimentó Pagomiscuentas que, a diferencia del caso anterior, venía con niveles de crecimiento sostenidos en los últimos meses de 2019 hasta registrar una baja en el verano. Pero a partir de marzo la curva pegó un salto no sólo en número de usuarios sino también en cantidad de minutos utilizando la aplicación para resolver diversas situaciones cotidianas.
Así, la empresa totalizó casi 2,5 millones de usuarios únicos en abril y el uso de la aplicación pasó de 13 a 15 minutos en promedio en el verano a 40 a partir de marzo, de acuerdo a los datos de Comscore, cuyos reportes arrojan datos en base de la observación.
"La hipótesis que podemos establecer a partir de estos cambios de comportamientos es que hubo mucha más gente que se tuvo que bancarizar y tuvieron que utilizar los servicios elecrónicos disponibles", explicó a iProfesional, Ignacio Dufour, sales manager de Comscore.
Si bien se estima que el 80% de la población posee una tarjeta de débito asociada a una caja de ahorros mediante la que cobra su salario o recibe sus beneficios sociales, el uso de los instrumentos financieros es bajo.
Un reporte de la Fundación UADE y la consultora Voice´s de enero pasado mostraba que el efectivo continuaba siendo utilizado por el 82% de la población contra un 21% que utiliza de manera frecuente la tarjeta de débido, un 13% la de crédito y apenas un 7% otros medios de pagos electrónicos. Datos que están en sintonía, a su vez, con informes del INDEC.
"La Argentina tiene un mercado informal muy amplio. Y con las restricciones por el coronavirus hubo una penetración del uso de la banca muy importante", agregó Dufour.
De las filas a lo digital
El cierre de las ventanillas de pago físicas como Pago Fácil y Rapipago, también el de empresas de servicios, como las prestadoras de televisión por cable e internet, y de las de servicios públicos, fueron la razón por la que millones de argentinos debieron modificar la costumbre de ir a un lugar a retirar el dinero en efectivo y pagar en el otro.
De hecho, el acceso y uso de sitios bancarios en la Argentina pasó de un 43,7% en febrero al 58,3% en abril, siendo uno de los crecimientos en la adopción más importante de la región. Es decir, operó definitivamente una transformación cultural obligada por las restricciones sanitarias a las que obligó el coronavirus.
Si se toma, a su vez, el informe de UADE se advierte que un 49% de la población dijo operar con bancos mientras que un 51% no lo hacía. De modo que el traspaso al uso de los servicios financieros va a contramano de lo que sucede en otras actividades económicas. Crecen.
"El disparador de esta considerable evolución fue la consolidación de la bancarización de diversas actividades que se venía observando en los dos años anteriores en la cantidad de tarjetas en uso, proceso que se aceleró en abril y mayo a un ritmo mensual de 4,4% y 4%, respectivamente", detalló el informe Uso de Dinero Electrónico (UDE) de Red Link.
Al limitarse la atención personalizada en los bancos, el uso de los instrumentos financieros disponibles pasó de 18,7 millones de unidades hasta marzo 2020 a 19,5 millones en abril y 20,3 millones en mayo. Se trató del nivel más alto en cuatro años.
Esta situación impulsó, además, el uso de tarjetas habilitadas que estaban inactivas, las cuales representaban el 30,7% del total pre pandemia, y que ahora se redujeron al 28,9%, la menor proporción en 4 años, agregó el informe mencionado.
El otro servicio que viene descollando en este escenario es el de Pagosmiscuentas, tal como se mencionó más arriba. Y con características que muestran el impacto que la coyuntura generó en las distintas regiones del país.
Los datos de la compañía como los de Comscore dan cuenta de esta situación. Según datos de la empresa, el crecimiento de uso de Pagosmiscuentas fue de más del 80% en Entre Ríos, 76% en Mendoza, 72% en Tucumán, 50% en Córdoba y 35% en la provincia de Buenos Aires.
Dufour, de Comscore, detalló, a su vez, que el crecimiento más significativo se dio en el norte del país, pues "tanto el noreste como el noroeste lo hicieron con cifras que se movieron entre el 200% y el 300%. El Noroeste avanzó un 260%. Luego, vemos a Cuyo, que lo hizo en un 130%, y la Ciudad de Buenos Aires en un 70%. Pagosmiscuentas tiene la característica de ser un medio de pago transversal a todos los bancos y es una de las plataformas que más cambios generó en este tiempo".
Melchior destacó que los nuevos usuarios de Pagomiscuentas son, en su mayoría personas que acudían a las redes de recaudación presenciales. El cambio hacia el medio electrónico incluye, a su vez, una subida de la cantidad de pagos por usuario del servicio, hecho que está vinculado al rol que tomaron los más jóvenes de las familias para ayudar a los más grandes a cumplir con sus pagos o porque no tienen acceso a la tecnología.
"Es muy común que durante la cuarentena, los hijos hayan pagado los servicios de sus padres y abuelos. Hemos detectado que hay cantidad de casos donde las facturas son etiquetadas como "Electricidad - Papá" o "Agua - Abuelo" y se carga en los medios de pago las tarjetas de los padres o abuelos para pagar esas facturas", describió la ejecutiva.
Transformación cultural y digital
Los pagos de servicios por los medios digitales vienen siendo los que más fuertemente fueron adoptados por los ciudadanos desde que se decretó la cuarentena. El líder del sector es Mercado Pago, que cuenta con más de 8,5 millones de usuarios.
Moni, una de las fintech pioneras de la Argentina, el pago de facturas por servicios de telefonía e internet fue la que mayor crecimiento experimentó en marzo y abril pasado, con un 37% de participación sobre el total de las obligaciones a abonar. La televisión paga le siguió con el 21% del total de los movimientos, y en tercer lugar se ubicaron con un 19%, las compras realizadas en internet.
Electricidad, servicios de agua, impuestos nacionales, provinciales y municipales fueron los que le siguieron en esa primera etapa de la cuarentena. Lo mismo que aquellos casos de otros servicios, como el de establecimientos educativos que, en el caso de Pagomiscuentas fue el que más creció respecto de otras prestaciones, al registrar un avance de 63 por ciento.
Las emergencias médicas (62%), los préstamos (55%) -con el consiguiente alza de empresas disponibles para pagar que se ubicó en un 26,3% más respecto a mayo de 2019- y luego los servicios mencionados en el caso anterior, fueron también los que aglutinaron los nuevos comportamientos de pago más significativos en el caso de la empresa de pagos de Prisma.
"Por necesidad, la gente tuvo que cambiar sus hábitos de pagos. No es posible saber si esto es un comportamiento permanente o temporal. Lo cierto es que hay más gente bancarizada. Esto teniendo en cuenta, además, que la categoría banca es muy especial porque sólo accede a esos sitios los que son usuarios. Es decir, uno puede ser cliente del banco pero no usar el servicio y lo que quedó evidenciado acá es que comenzaron a adoptarse más fuertemente", sostuvo Dufour.
Aquellos usuarios que advirtieron la comodidad del pago electrónico y la confianza de saber que lo que se abonó quedó registrado seguramente mantendrán el comportamiento. ¿Qué pasará en aquellos casos en donde acercarse a una ventanilla era un modo de vinculación social? No es posible saberlo hoy. Sí, en la post pandemia argentina, habrá una mayor adopción de servicios bancarios por los medios electrónicos, y el desafío pasará en cómo otorgar más beneficios a los ciudadanos a partir de la incorporación de este hábito.