Una gran ausencia en la agenda de Alberto Fernández: la "Vaca Muerta" de los datos
En el discurso ante la Asamblea Legislativa con el que inauguró el martes su gestión, el presidente Alberto Fernández trazó sus prioridades, entre las cuales no incluyó al equivalente informático del yacimiento de petróleo y gas de Vaca Muerta: los datos generados por los usuarios de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
En su mensaje de alrededor de una hora de duración, el flamante jefe de Estado ni siquiera rozó el tema, que en el mundo desarrollado cada año cobra más relevancia, como lo demuestran los cambios legislativos en países de Europa sobre el uso de esos registros por parte de gobiernos y empresas.
"Queremos que el cambio tecnológico tenga alma y que esté al servicio de vivir bien, que multiplique productividad, inclusión y equidad", dijo Fernández en un tramo del discurso, donde se aproximó un poco al tema de los datos, aunque sin tocarlo, en el siguiente párrafo:
"En tiempos de operaciones de intoxicación con noticias falsas, a través de medios y redes sociales, necesitamos más que nunca de medios vibrantes, comprometidos con la información de calidad. Los medios hoy están inmersos en un cambio tecnológico exponencial, que al interpelarlos también interpela a nuestra democracia".
¿Quiénes no fueron mencionados por el nuevo mandatario? Los gigantes tecnológicos que lucran con esa información, como Google y Facebook, que también son los grandes jugadores de la publicidad en Internet.
Petróleo personal
¿Cuál es la fuente de esta "Vaca Muerta" de los datos? Un reciente estudio de Comscore y Shareablee informó que los usuarios digitales en la Argentina hicieron 2,7 millones de publicaciones en Facebook, Twitter e Instagram durante 2018 y que consumen 400 millones de videos de YouTube al día.
"¿Dónde pasan los argentinos su tiempo en línea?" es el último reporte conjunto presentado por Comscore y Shareablee, según informó la primera de ellas a iProfesional.
La categoría Social Media, que abarca redes sociales, blogs y mensajería instantánea, entre otras plataformas sociales, es la de mayor alcance en los usuarios: 1 hora y 33 minutos diarios de consumo.
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En el caso específico de las redes sociales, el promedio de consumo es de 46 minutos diarios, con más de 1,4 billones de interacciones generadas en publicaciones de Facebook, Twitter e Instagram durante 2018 y 2.7 millones de publicaciones en esas redes durante el mismo periodo.
Redes sociales, entretenimiento, servicios, retail y noticias/información son las top 5 categorías donde los argentinos pasan la mayor parte de su tiempo en línea.
Los argentinos consumen 398 millones de videos diarios en Youtube, con un promedio de 52 minutos por día.
Otro dato es el crecimiento del 40% de la aplicación china Tik Tok, entre enero y septiembre de 2019, con un consumo diario de 7 minutos entre los jóvenes de 18 a 24 años.
Nubarrones sobre la privacidad
La "buena onda" triunfal que emite el Silicon Valley californiano se ennegreció este año, al aumentar la conciencia de los usuarios sobre el precio que se paga por emplear servicios como las búsquedas en Internet y las redes.
Por ejemplo, en el proceso electoral que culminó con la victoria de Fernández en los comicios del 27 de octubre, Facebook y Twitter se esforzaron en aclarar cómo usan los datos y combaten a los perfiles falsos y la desinformación.
Ambas empresas pusieron las barbas en remojo luego de los escándalos de los últimos años, como el referéndum del Brexit en Reino Unido o las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y de Brasil en 2018.
Twitter llegó al extremo de prohibir los anuncios electorales en su plataforma, aunque Facebook los mantiene y no comprobará que la información que se presenta en ellos sea cierta.
¿Qué buscaron los argentinos en Google durante 2019?
En el caso de WhatsApp y el spam político que circula por esa aplicación, la empresa tomó una decisión tajante: nada de mandar mensajes a los usuarios por más que hayan cedido su teléfono para fines publicitarios en las plataformas políticas.
La falta de control ante el problema de la información falsa que circula por las redes genera preocupación por el auge los videos falsos pero de aspecto convincente creados con técnicas de aprendizaje máquina y algoritmos de procesado.
Aunque muchos son bromas de identificación fácil, hay otros atentados contra la dignidad de las personas como los vídeos pornográficos en los que las caras de los actores se cambian por la de otras personas.
El realismo que es posible conseguir hoy con estos videos comienza a preocupar también a los analistas políticos, que advierten de una oleada de videos falsos en futuras elecciones.
Otro escándalo surgido este año: las escuchas de los asistentes virtuales. Los usuarios de Alexa, Assistant y Siri creen que son programas en un servidor remoto encargados de descifrar sus órdenes.
Sin embargo, sus creadores reconocieron que en algunas ocasiones esos comandos de voz que emiten los usuarios pueden acabar en los oídos humanos de los equipos de control de calidad encargados de mejorar las respuestas de estos entes digitales.
La forma en que se descubrieron los procesos que utilizan estas empresas para hacerlo contribuyó a generar aún más desconfianza hacia servicios que dejaban un poco inquietos con cada respuesta.
En noviembre, Google admitió el acceso sin permiso explícito de los usuarios a datos médicos de decenas de millones de estadounidenses, un proyecto bautizado como Nightingale que tiene como fin crear un software de diagnóstico médico capaz de sugerir tratamientos.
Google accedió a los datos mediante un acuerdo con la compañía médica Ascension y entre ellos figuraban diagnósticos médicos, resultados de pruebas en laboratorios y registros de hospitalización. Ni los pacientes ni los médicos fueron notificados del intercambio.
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Según Google, el proyecto cumplía con las leyes estadounidenses sobre protección de datos médicos, pero acentúa las posiciones antagónicas que estas empresas toman cada vez con más frecuencia frente a sus usuarios.
Legislación insuficiente
El acceso a la información pública y la protección de los datos personales son derechos fundamentales, definidos la Constitución y por su relación estrecha con el sistema democrático.
Sin embargo, un estudio encargado por la Agencia de Acceso a la Información Pública reveló que existe una difusión escasa y un ejercicio bajo por parte de la ciudadanía de esos derechos.
El estudio hecho en abril y junio informó que solo el 39% de la ciudadanía conoce el derecho de acceso a la información pública, y de ellos solo 2 de cada 3 lo han usado alguna vez.
En protección de datos personales, solo el 34% conoce este derecho y un 22% sabe cómo hacer denuncias ante su vulneración.
Ambos derechos son considerados importantes por la amplia mayoría: casi el 90% en el caso de la protección de los datos personales y más del 83% en el acceso a la información pública.
Bajo el macrismo, la agencia impulsó un proyecto para actualizar la ley de protección de datos personales, que se encuentra en trámite en el Senado.
El tema, que regula la explotación de esa "Vaca Muerta", no fue mencionada por Fernández, y queda a la espera de definiciones por el nuevo Gobierno nacional.