Estos son los diez culpables por los que Wi-Fi no funciona en nuestro hogar como quisiéramos
La conexión Wi-Fi no siempre funciona como quisiéramos, por más megas con los que cuente.
Pueden ser varios los problemas por los que no podamos acceder lo bien que se debiera: fallas en la configuración de nuestro router, que alguien está robando nuestra señal o directamente la configuración de tu proveedor de Internet.
Pero a veces, nuestra propia casa tiene obstáculos que impiden que tu conexión sea todo lo rápida y estable que debería.
Estos son algunos problemas más comunes a los que se enfrenta wifi en nuestro hogar, y la forma de solucionarlo:
Por lo general, uno coloca el router en el primer sitio que haya libre en la casa. Pero no es así. Hay que buscar un lugar céntrico y elevado de tu vivienda. Si está en el suelo, en una mesa baja o detrás de algún objeto, no funcionará bien. Cuanto más elevado esté, mejor conexión tendrá.
Los microondas suelen provocar interferencias en la conexión a Internet por la frecuencia electromagnética en la que funcionan estos aparatos: alrededor de 2,4 gigahercios. Un espectro parecido al que funciona wi-fi.
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Los monitores para bebés, los teléfonos fijos inalámbricos, las cámaras web de vigilancia e, incluso, algunos monitores y pantallas de televisión también funcionan en un espectro de frecuencia similar al del wi-fi y provocan interferencias.
Si se está descargando algún archivo en la computadora, es normal que la conexión parezca funcionar más lenta. En este caso, se puede posponer esa acción según las prioridades que tengamos. Si hay muchas personas utilizando la web con actividades que requieren mucho ancho de banda (como ver películas en Netflix o jugar por Internet a un videojuego) necesitarás ajustar tu wi-fi para dar prioridad al tráfico web frente a otras actividades.
Estos electrodomésticos no se llevan bien con wi-fi pero no por la electricidad sino por las ondas, este caso es el agua que contienen sus tuberías, que bloquea parte de la energía de las ondas inalámbricas. Si bien no harán que deje de funcionar, sí puede causar baja del rendimiento.
Elementos como la piedra, el cemento, mármol, ladrillos y el yeso, en definitiva la mayoría de los materiales de los que están construidas las paredes de una vivienda, actúan como una barrera que bloquea el paso de las redes Wi-fi.
Las luces decorativas pueden generar campos electromagnéticos que causan interferencias y pueden afectar a la calidad de la conexión a Internet.
Los muebles de metal son la mejor barrera contra las ondas wi-fi ya que es uno de los materiales que ofrece el mayor nivel de interferencias.
Algo similar que en el ítem anterior, aunque en menor grado, sucede con el material con el que se hacen los espejos.
Si el router está en una zona muy concurrida del hogar puede que la conexión no funciones como quisiéramos. Lo mismo sucede con las tuberías y los radiadores. El culpable de esto: el agua presente en el cuerpo humano, que en el caso de los adultos ronda el 60%.