El Gobierno impulsa un plan nacional para liderar el desarrollo de inteligencia artificial en la región
¿Qué pasa con los datos que te pide un robot cuando hacés una consulta en la página de un gobierno, de un banco o de un sitio de e-commerce? ¿Y con los algoritmos que fijan los precios o te dicen qué consumir, qué hacer? Históricamente, la tecnología ha sido una herramienta. Pero en estos tiempos ella nos usa a partir de la detección de datos, de patrones de comportamiento que pueden seguirse mediante la inteligencia artificial (IA).
En los últimos años los humanos dejaron de hacer cosas que hoy realizan las máquinas, y las máquinas se ocupan de tareas históricamente humanas. Es decir, los roles se han invertido. Y los algoritmos involucrados en estas tareas automatizadas están moldeando la realidad más allá de lo que se ve en las redes sociales, determinó un estudio de la Journal of Association for Information Systems, de la Universidad de Hull del Reino Unido y La Virginia Commonwealth University, de Estados Unidos. Es la razón por la que el Gobierno argentino, a través de la secretaría de Ciencia y Técnica, puso en marcha hace unas semanas las primeras convocatorias para definir el Plan Nacional de Inteligencia Artificial 2020-2030. Era una iniciativa planeada para 2018 pero que, por diversos motivos, no prosperó. Ahora, pareciera, la cosa comenzó a marchar con pasos más decisivos.
En el primer encuentro el Gobierno convocó al sector privado, a la comunidad científica y a las universidades públicas y privadas. La meta es definir un plan a lo largo de este 2019 e insertarlo en la Agenda Digital, que la administración nacional presentó a finales de 2018. De ahí la urgencia por delinearlo ahora, a fin de que se haga efectivo a partir del año próximo.
De acuerdo a la reconstrucción que iProfesional pudo hacer de ese encuentro, porque no fue posible obtener una respuesta oficial pese a haber insistido en varias oportunidades, el objetivo de este plan apunta a desarrollar una especie de laboratorio de inteligencia artificial. Algo así como ámbito de acción para materializar los recursos tanto del sector público como del privado y de la comunidad científica y académica.
Se conformaron ocho mesas de trabajo. El objetivo principal es definir un marco de reglas para que se desarrollen empresas privadas vinculadas con la inteligencia artificial, además de oportunidades de innovación basdas en esta tecnología.Por eso también se incluyeron en las discusiones otras temáticas relativas a blockchain, internet de las cosas (IoT) y big data, que son tecnologías afines, o que terminan siempre involucradas en la IA.
"Se planteó la idea de generar una marca país y liderar la región. En la primera reunión se habló de definir una meta general en cada mesa de discusión, y a partir de ahí, consensuar objetivos", contó a iProfesional, Carlos Doncel, consultor en innovación, y participante de ese primer encuentro.
La necesidad de generar la marca país responde al hecho de que en América latina ningún país ha activado, hasta ahora, un plan en ese sentido, cosa que sí han hecho las naciones centrales.
Microsoft, IBM, Oracle, SAP, las cámaras del sector, como CICOMRA y la Fundación Sadosky, universidades públicas y privadas, además de la Cámara de Exportadores, la UIA y Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), y los ministerios de Educación y Relaciones Exteriores también fueron de la partida. La comunidad científica e integrantes del Conicet también participaron de este primer encuentro. Sucede que las aplicaciones de la IA, como cualquier otra tecnología, resulta transversal a cualquier actividad.
Las distintas mesas de trabajo abordaban temáticas que iban desde los recursos humanos, hasta el impacto en el mundo del trabajo, pasando por la articulación público-privada, la capacitación y la visión internacional.
Desde lo estrictamente vinculado a inteligencia artificial, las primeras conversaciones giraron en torno a la gestión del riesgo, es decir, qué pasa si todo cae en manos de un algoritmo; como también la regulación y la ética que la actividad debe contener, el financiamiento para impulsar proyectos de impacto, la infraestructura necesaria y el capital humano, sin olvidar, claro, la cultura empresaria que involucra esta actividad.
"La Argentina tiene varios proyectos en marcha de IA y no hay un plan. El Gobierno busca dar un marco que englobe las características de la actividad y fije los criterios. En estas reuniones se definirá el alcance que tendrá ese marco y también a qué otros actores más sumar", comentó, por su parte, Damián Rabinovich, responsable de tecnologías de SAP Argentina.
El ejecutivo explicó con el ejemplo del chatbot, el recurso de IA más extendido y conocido por el público en general, lo necesario que es darle una serie de conceptos legales, regulatorios, vinculados con la ética, la seguridad de la información, la pertenencia de los datos. Y también los aspectos de la infraestructura para impulsar un sector que está directamente relacionado con la gestión de las cosas que los trabajadores dejarán de hacer en un futuro, más cercano en algunos casos, más lejanos en otros.
Otro ejemplo de lo que va generando la IA es el que, por caso, se da entre KPMG y Microsoft. La primera es una de las principales proveedoras de IA de la compañía tecnológica, en una alianza extendida en 40 países. Y los proyectos surgidos de ella aplican a servicios financieros, salud y producción. De ahí que KPMG también impulse un programa de Etica de la IA a fin de medir su impacto en la economía y los negocios.
Es la razón por la que las regulaciones y las políticas públicas que se impulsen en este sentido determinarán el desarrollo del sector y de las nuevas tecnologías en general.
"Por ahora es investigar, qué tener en cuenta, con el objetivo de darle al ciudadano vía estas tecnologías la posibilidad de operar con mayor seguridad, mejor trazabilidad y mejor posibilidad de auditar, además de hacerlo más rápido", agregó Rabinovich.
Los encuentros se sucederán con cierta frecuencia mensual. "Se advirtió la intención de que a mitad de año ya se encaren las acciones más políticas del plan para, luego, pelear presupuesto", indicó Doncel.
La IA en el mundo
China, Estados Unidos, Canadá y algunos países de Europa ya definieron los pasos a seguir. Y hasta el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el año pasado que "aquel país que consiga liderar el desarrollo de la inteligencia artificial será el amo del mundo".
China convocó en 2017 a la definición de un plan conocido como A next generation Artificial Intelligence Development Plan. Conformado en tres fases, el objetivo es alcanzar en 2020 el mismo nivel de desarrollo que sus competidores. Para 2025 buscan liderar algunos aspectos de la IA y llegar al trono en 2030.
Los ejes de su estrategia apuntan a investigación y desarrollo (I D), industria, talento, educación y adquisición de habilidades, ética y seguridad y estandarización.
Estados Unidos, en tanto, abandonó la iniciativa de avanzar en un plan de IA con el cambio de Gobierno. Mientras durante la administración de Obama hubo informes vinculados con la IA y recomendaciones que podrían haber conformado una estrategia de IA, cuando asumió Donald Trump ese trabajo se abandonó y, de alguna manera, la dejó en manos del mercado. En mayo de 2018 la Casa Blanca publicó un resumen llamado Artificial Inteligence for American Industry en el que se definen obejtivos bastante vagos, como mantener el liderazgo norteamericano, respaldar al trabajador y promover la I D pública.
Francia, en tanto, presntó su informe sobre IA en marzo de 2018 llamado For a meaningful AI: towards a French and European Strategy. Ahí se plantea la necesidad de regular los datos, establecer a los sectores de la salud, la defensa, el transporte y el medio ambiente como estratégicos, planificar el impacto, además de impulsar la investigación y apoyar la inclusión y la diversidad. Francia invertirá u$s1.500 millones de euros en cuatro años en esta iniciativa.
La Comisión Europea también tomó cartas y en abril de 2018 publicó el reporte Artificial Intelligence for Europe donde fijó como objetivos potencial la capacidad tecnológica e industrial y la absorción de la IA por parte de la producción, prepararse para cambios socioeconómicos, y asegurar un marco legal y ético apropiado, entre otras cosas.
Como se advierte, el tema está en plena discusión y los países referentes no quieren perder peso en el mundo de la IA. La Argentina quiere aprovechar el vacío que aún se da en América latina para retomar liderazgo en materia de nuevas tecnologías y posicionarse en el complejo mundo de la inteligencia artificial.