Señal de ajuste: la TV abierta pide menos impuestos y nueva regulación para sobrevivir al 2019
La televisión abierta está en un momento de crisis. Por un lado, debe competir contra Netflix o YouTube, las plataformas más elegidas por los millennials. Por otro, sus directivos aseguran que padecen un esquema impositivo y regulaciones que complican su funcionamiento.
Si bien se trata de una discusión que viene de años, los tiempos se aceleran: a los cambios de tendencias alrededor del consumo de medios se suma el contexto económico, que afecta la facturación de los canales. En base a este combo, alertan las empresas del sector, el corto plazo luce muy complicado.
El 2019, de hecho, luce muy complicado. No hay certeza sobre si las elecciones traccionarán el suficiente nivel de pauta como para compensar la caída de la inversión publicitaria privada. Porque tampoco hay certeza sobre cuándo se recompondrá el consumo, el motor de esa inversión publicitaria.
Y según de qué canal de televisión abierta se trate, ese futuro estará más comprometido. En el caso de Telefé, le será más difícil producir contenidos. En lo que respecta a Canal 9, directamente está en juego su subsistencia. Lo que está en juego es el empleo de las miles de personas que trabajan en el mundo de la televisión por aire en Capital Federal y en diferentes provincias.
Así lo hicieron saber las señales nucleadas en la Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas (ATA), que pidieron revisar el esquema de impuestos que las afecta como así también avanzar en una nueva legislación que acompañe a la industria y les permita ser más competitivas.
Canal 13 Artear, Canal 11 Telefé, Canal 9, y Canal 9 de Mendoza fueron los que expusieron el cuadro de situación en un encuentro que realizaron el martes en el Sheraton de Retiro y que convocó a diversos referentes del sector, incluido América TV.
Aprovecharon para exponer la situación frente a la presidenta del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Silvana Giudici, que tiene a su cargo la fiscalización de la actividad.
Alivianar la mochila
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Las compañías pidieron “alivianar la mochila” que les hace perder competitividad. Se trata, básicamente, de la carga impositiva que soportan en un esquema de negocio que se solventa básicamente con publicidad, que no crece y que tampoco lo hará el año próximo, porque la economía está en recesión y tampoco se incrementará el consumo masivo.
Alivianar la mochila es básicamente revisar los tributos que se pagan en concepto de servicios de gestores de derechos. Es decir, lo que se paga a Sadaic, a Argentores, al Fonar, al DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), entre otros.
Directivos aseguraron que esos conceptos aplican sobre la facturación y que, en la medida en que ésta se encuentra en caída, se hace más difícil sostener los esquemas financieros de las empresas.
"Entre las tasas y lo que se paga en concepto de sociedades de gestión colectiva tenemos diez puntos perdidos de la facturación, independientemente de lo que se consiga por pauta. No pagamos Ingresos Brutos, pero estos conceptos equivalen a tres veces lo que se abona por dicho tributo”, expuso Guillermo Campanini, director de operaciones de Viacom, la empresa dueña de Telefé.
La compañía insistió en la necesidad de “alivianar la mochila” para producir y exportar más y en repensar los convenios aprobados hace 50 años, cuando la realidad de la producción televisiva era muy distinta a la de ahora.
“El encendido promedio de la televisión abierta es de 17 puntos sobre los 3,5 millones de hogares de la Capital Federal. Significa que hay 600.000 hogares viendo televisión abierta por minuto. O 720.000 personas por hora, que equivalen de 10 a 15 estadios de fútbol llenos. Aún con estos números, la televisión abierta está débil y es necesario abrir un espacio para reconvertir a la industria y adaptarnos a las nuevas realidades”, describió Hernán Birenczwaig, gerente general de Canal 9.
El canal acaba de presentar un Procedimiento Preventivo de Crisis debido a las dificultades que tiene para pagar salarios. La empresa cuenta con un plantel de 650 personas.
Para el directivo, la producción de contenidos es el camino que tiene la televisión para poder salir adelante. Y expresó que esa apuesta fue la que se encaró este año pero que la mala situación económica que experimenta la Argentina desde la segunda mitad de 2018 afectó la inversión que se había encarado para replantear el estado de la señal.
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El pedido de aliviar la carga fiscal que, por distintos conceptos, pagan las señales de aire, fue común a todas. Como así también el pedido de una nueva legislación que acompañe y les permita ser competitivas en un nuevo esquema donde la pelea por el share es mayor, producto de la irrupción de las de las nuevas plataformas digitales.
“La industria de la TV se está reconfigurando y el desplazamiento hacia nuevas plataformas hace que las señales abiertas también debamos reconfigurar los contenidos para llegar a las audiencias. Pero sin dejar de lado que el contacto local lo hace la televisión abierta, que sigue teniendo el vivo y que, al mismo tiempo, debe competir con los gigantes de la comunicación y la tecnología. Por eso queremos una legislación que acompañe”, sostuvo Daniel Zanardi, gerente general de Artear.
El ejecutivo subrayó que la televisión abierta llega al 98% de la población (aunque en gran parte de las provincias lo hace por medio de la TV por suscripción) y que, pese a su potencia, necesita la ayuda del Estado en cuanto a alivianar mochilas porque se está asistiendo a una competencia cada vez más profunda.
La pelea por un lugar en la góndola
La situación de las señales de TV abierta de las provincias, que presenta marcadas diferencias con la de la Capital Federal, fue expuesta por Mariano Alonso, presidente de Cuyo Televisión, la empresa dueña de Canal 9 Televida de Mendoza.
“Tenemos el 50% de la audiencia en el interior. El agravante es que no tenemos la capacidad de producir por tamaño. Pero nuestros canales son una referencia y refleja lo que pasa en las provincias. Y luchamos para estar en la góndola y seguir estando visibles”, destacó Alonso, también vicepresidente de ATA.
La “góndola” a la que se refiere Alonso no es más que la grilla de programación de las operadoras de TV paga. Hace apenas unas semanas, Canal 9 de Mendoza logró ser incorporada en la grilla de DirecTV, un reclamo que mantienen muchos de los canales provinciales que no logran ese objetivo.
“Estar fuera de la góndola nos hará desaparecer. Hemos invertido y nos hemos reconvertido en canales digitales, multiplataforma. Representamos a cada región. La conectividad también tiene que vincular a los canales del interior”, apuntó Alonso, quien resaltó que no se trata sólo del medio sino de todo lo que está detrás de él.
El directivo alertó así que si los medios provinciales desaparecen, entonces perderá visibilidad lo que ocurra en sus lugares de origen porque los canales de Buenos Aires no irán a cubrirlos.
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Giudici, tomó el guante y planteó la necesidad de dar una discusión profunda con el mundo del cable. Coincidió en que tienen una regulación estricta, lo que hace que muchas productoras elijan a otros países para realizar allí sus contenidos. Y resaltó que por eso es necesario avanzar en sus modificaciones.
“Nos preocupa y estamos trabajando en distintas medidas, fiscales, como la decisión de que las OTT paguen gravámenes, pero si no hay consenso suficiente para formar una mesa de discusión las decisiones que tomemos serán falaces”, enfatizó la funcionaria.
Los "Servicios de Transmisión Libre" (OTT, por sus siglas en inglés) son plataformas tipo Netflix.
Desde América TV, Martín Armentano, planteó que “sin el Gobierno no se van a alcanzar los consensos necesarios para poder pensar la manera de alivianar esas mochilas”.
Fue el momento en que los directivos de cada señal comenzaron a mostrar su situación particular.
“Telefé ha sido muy exitoso. Pero tenemos costos que nos impiden hacer más”, dijo Campanini. Y expresó que no pudieron ingresar en el segundo ciclo de Un gallo para Esculapio porque el costo es alto y hacerlo hubiera sido una pérdida.
Zanardi se refirió a la torta publicitaria, que no crece desde hace años, con otros factores que antes no se daban. “La torta publicitaria no alcanza la inversión esperada. También producimos unitarios pero la diferencia es que ya no tenemos más exclusividad sino que tenemos que compartirla con un OTT o con otras señales que tienen más escala. Ya no es posible financiar sólo publicitariamente los contenidos a no ser que sea por suscripción”, apuntó.
Desde Canal 9, Birenczwaig aseveró que en la tarde de la señal no quedó ningún enlatado. “Y tuvimos buenos resultados porque los números mejoraron entre 40 y 50% pero desde mitad del año la situación ya no acompañó. No hay mercado dispuesto a que las personas consuman más de un producto y, por esa razón, se restringe la inversión”.
Afirmó que la televisión seguirá siendo un negocio apetecible pero insistió, tal como lo hicieron sus colegas, en que “las compañías necesitan readaptarse para especializarse en algún género no en todos. Para esa reconversión tenemos que tener tiempo e inteligencia para lo que se viene porque no hay más espacio”.
La inversión publicitaria en la Argentina representa entre 0,3 y 0,4% del PBI, indicó el gerente de Artear, contra el 1% que se registra en otros países del mundo.
Así, en la medida en que la situación económica de los argentinos no mejore, tampoco lo hará el mercado publicitario. Por ende, la situación de las señales de televisión abierta no repuntará, más allá de que algunas estén más comprometidas que otras.