China activa una tecnología para medir el "valor social" de cada ciudadano
El sistema de créditos sociales chino, que ya se encuentra en funcionamiento, otorga una puntuación a cada uno de sus ciudadanos en función de sus hábitos cívicos, su estilo de vida, las páginas web por las que navega, de lo que compra en Internet y de otras variables como sus infracciones de tráfico.
Una puntuación que marca la posición de los ciudadanos en la escala social del país de modo que, aquellos con un crédito alto, tendrán derecho a un trato preferente por parte de la administración pública.
"Mantener la confianza es glorioso y romper la confianza es una desgracia", sostiene un documento público del Partido Comunista en el que se explica el proyecto. Un escrito en el que la palabra "confianza" aparece 105 veces y en la que se detallan algunos comportamientos y actitudes que conllevan la "romper la confianza".
Aquellos con una puntuación baja, los que "rompen la confianza", se están enfrentando a represalias como la imposibilidad de acceder a determinados puestos de trabajo, la prohibición de comprar billetes de tren o avión, de alojarse en los mejores hoteles, de que sus hijos vayan a un buen colegio o, incluso, que el Estado les quite a sus mascotas. Todo eso además de ser incluidos en listas negras públicas de malos ciudadanos.
¿Cómo salir de un grupo de WhatsApp sin que se den cuenta?
Una serie de castigos que, más allá del papel, ya se están produciendo. Por ejemplo, a 12 millones de chinos ya se les ha prohibido de comprar billetes domésticos de avión y tren.
Un sistema de control político y social que, según el proyecto redactado por el partido comunista chino, es "una base importante para implementar de manera integral la visión del desarrollo científico y construir una sociedad socialista armoniosa, es un método importante para perfeccionar el sistema de economía de mercado socialista, acelerando e innovando la gobernanza social, y tiene una importante importancia para fortalecer la conciencia de sinceridad de los miembros de la sociedad, forjar un entorno crediticio deseable, elevar la competitividad general del país y estimular el desarrollo de la sociedad y el progreso de la civilización".
Un proyecto que, según dicho texto, se enmarca en el interés del "Comité Central del Partido Comunista Chino para las opiniones del Estado buscando el fortalecimiento y la innovación del manejo de la sociedad".
El sistema crédito social de China es posible gracias a la combinación e integración de varias tecnologías como el big data, el reconocimiento facial y la monitorización de Internet en un entorno cuyas libertades no son comparables a los de una democracia occidental y ayudados por más de 600.000 cámaras de vigilancia con inteligencia artificial.