Bitcoin y blockchain desafían a las finanzas: "No confíen en los bancos, confíen en las matemáticas"
Cuando Satoshi Nakamoto publicó en 2008 las reglas del funcionamiento de Bitcoin y de la tecnología sobre la que funcionaba (blockchain), dejó en claro que su propuesta de un sistema de pagos electrónico descentralizado era una respuesta a la crisis del modelo tradicional de confianza en el sistema financiero: no confíen en los bancos, confíen en las matemáticas.
La crisis financiera del 2008 puso de manifiesto no sólo el deficiente análisis de riesgo crediticio que realizaban las instituciones financieras, sino el pobre trabajo realizado en explicarle a sus clientes los riesgos a los que se estaban exponiendo al adquirir ciertos productos (préstamos hipotecarios).
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La respuesta regulatoria no se dejó esperar. A partir de ese momento, todas las instituciones tuvieron que incluir en los documentos de apertura de cuentas una evaluación acerca de la capacidad del cliente de comprender los productos que les iban a vender, un análisis sobre cuáles eran los productos "apropiados" para esos clientes.
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