La ciencia estatal, en "pie de guerra" por el avance de la "tijera" del ministro Andrés Ibarra

Investigadores advierten que el conflicto se agudizará si se confirma un nuevo recorte en los cupos para ingresar a la carrera del Conicet
TECNOLOGÍA - 05 de Abril, 2018

Este jueves emergerá de nuevo en la calle un conflicto que lleva dos años en el ámbito de la ciencia estatal y que crece en intensidad ante el avance de la “tijera” de uno de los hombres fuertes del gabinete macrista: el ministro de Modernización, Andrés Ibarra.

Trabajadores del Conicet realizarán desde las 10.00 una jornada de protesta en el organismo contra el desembarco de una consultora contratada por Ibarra para implementar un “plan de dotaciones óptimas”. 

Este programa, según denunciaron ante iProfesional desde uno de los sindicatos de los estatales (ATE), “constituye un eufemismo con el que el Gobierno pretende despedir a cientos de compañeras, tal como lo hizo en otras dependencias estatales”.

La movilización ante el Ministerio de Ciencia, en el barrio porteño de Palermo, será también en apoyo al reclamo de respuesta para unos 800 becarios que atraviesan una “situación de incertidumbre laboral”.

Según ATE, unos 400 postulantes aprobaron las evaluaciones, pero fueron rechazados para ingresar como investigadores por falta de presupuesto.

Otros 400 aún esperan los resultados del concurso, debido a que el directorio del Conicet no aplicó en tiempo y forma la ley nacional que elimina los requisitos de edad para ingresar al organismo.   

El conflicto, según la visión sindical, “se agudizará de confirmarse un nuevo recorte en los cupos para ingresar a la carrera de investigación del Conicet, lo que comprometería el desarrollo de la producción científica en la Argentina”. 

Desde ATE denunciaron que “este ajuste forma parte de un plan de vaciamiento del Conicet y que el mismo se encuentra en sintonía con las políticas implementadas en los demás organismos de ciencia y tecnología (INTA, INTI, CNEA, CITEDEF, Segemar) y en el Estado en su conjunto”.

Vacantes en el limbo

Si se confirma una versión basada en un documento borrador del directorio del Conicet, la convocatoria de este año para la carrera de investigador será de 450 vacantes, pero 150 de los cupos serán reservados para universidades y “otros organismos” que quieran presentar postulantes para “fortalecer su estructura de ciencia y tecnología”. 

Para las organizaciones de científicos y becarios, esa decisión establece un desdoblamiento inédito de la convocatoria. Los dos llamados se harán con convocatorias “diferidas en el tiempo” y “no excluyentes”.

Así, el concurso tradicional para la carrera en 2018 será de 300 vacantes, un 50 por ciento menor a la del año pasado, y se desconoce el detalle de cómo y cuándo se convocará a las otras 150 vacantes. 

También se objeta, desde las organizaciones que reúnen a los becarios, que, con la nueva modalidad, “se restringe más aún la cantidad de ingresos destinados a temas de investigación libres y se introduce una nueva categoría de ingresos que se realizarían en universidades nacionales sin explicitar los métodos de dicha convocatoria”.

En contra del ajuste y los cambios en la convocatoria, becarios e investigadores formarán parte de la manifestación de ATE ante las ex Bodegas Giol, frente a lo que será la última reunión del directorio del Conicet antes del llamado a concurso, previsto para el 17 de abril. 

Entre otras organizaciones, de la convocatoria participan la Red Federal de Afectados, Jóvenes Científicos Precarizados, la Comisión contra la Discriminación Etaria en Ciencia, la corriente de universitarios y científicos Liberación, la AGD y la FUBA.

El consejo directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA pidió a las autoridades del Conicet que el llamado a ingresos a la carrera incluya un mínimo de 700 vacantes y que se garantice que la mayoría corresponda al llamado en temas generales. 

Este cuerpo académico aseguró en su resolución que el escenario actual “puede resultar en otra fuga de cerebros” y que “resulta imprescindible dejar de lado las políticas de ajuste y achicamiento del Conicet para volver a la senda de crecimiento y consolidación del sistema científico”.

Voces del ajuste“Mantener lo bueno y cambiar lo malo” era uno de las frases que marcaron la llegada de la alianza Cambiemos al Gobierno nacional. 

En apariencia, lo realizado en el ámbito de la ciencia y la tecnología durante el kirchnerismo formaba parte de lo que había que sostener y profundizar. Esto se puso de manifiesto al decidir la continuidad de Lino Barañao al frente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Sin embargo, dos años después, las políticas en el área parecen haber tomado un rumbo muy distinto.

Frente a este escenario, un grupo de investigadores del Conicet, entre los que se encuentran varios directores de distintos institutos, se reunieron en marzo en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA para denunciar la situación, detallar los aspectos más preocupantes y analizar la mejor manera para avanzar con los reclamos.

“En líneas generales, nos preocupa toda la situación de la ciencia y la tecnología en la Argentina. Consideramos que ha habido un importante retroceso en los últimos dos años”, y una  “disminución de ingresos en la carrera de investigador científico del Conicet y en la disminución de becas doctorales y posdoctorales”, explicó el matemático Guillermo Durán, investigador del Conicet y director del Instituto de Cálculo.

El biólogo molecular Alberto Kornblihtt, director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE UBA-Conicet), se refirió al profundo recorte para gastos de funcionamiento que están sufriendo los institutos del Conicet. 

“Este año ya recibimos la primera cuota y vino con una reducción nominal del 20 por ciento en relación con la primera cuota del año pasado. Es decir que no sólo no tuvo en cuenta la inflación del 2017 sino que directamente recibimos un 20 por ciento menos de dinero”, señaló este científico, uno de los más prestigiosos de la Argentina.

“Es impactante. A mí me hizo acordar muchísimo al gobierno de (Fernando) De la Rúa cuando nos bajaron un 13 por ciento los salarios a todos los estatales. Porque uno está psicológicamente preparado para tener aumentos que no se corresponden con la realidad pero, cuando hay un reducción, es como una cachetada”, afirmó.

Kornblihtt, quien fue distinguido con el premio “Investigador de la Nación Argentina” en 2011, también expreso su preocupación por la anulación de la asignación de fondos destinados a equipamiento aprobados en el marco de los “Proyectos de Unidades Ejecutoras”. 

“Ese subsidio es una iniciativa de la nueva administración; no obstante, pese a que se aprobaron el año pasado, no hemos recibido ninguna cuota y ahora hemos recibido la mala noticia de que el equipamiento que estaba previsto en este subsidio debe ser solicitado en otro subsidio de la Agencia lo que implica hacer de dos subsidios, solamente uno. Eso es un reconocimiento de la falta de fondos”, se lamentó.

El arte de tapar agujerosA la demora en la ejecución de fondos se suman otras situaciones críticas, como la instrucción de tener que solicitar de nuevo equipamiento ganado en concursos previos y la ausencia de convocatorias de técnicos para la Carrera del Personal de Apoyo (CPA) del principal organismo de ciencia y tecnología de la Argentina.

“Desde la sede central del CONICET nos están pidiendo que ajustemos los presupuestos para gastos cotidianos, pero ya no podemos ajustar más”, dijo a la agencia TSS Félix Requejo, director del Instituto de Investigaciones Físico-Químicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), perteneciente al Conicet y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). 

A mediados de marzo, Requejo envió un correo electrónico al personal de su instituto para informar acerca de la crítica situación económica. 

“Con los fondos disponibles en estos momentos, existentes gracias a la extrema austeridad y controles mantenidos sobre los gastos de funcionamiento, solo se alcanza a cubrir aproximadamente un quinto de los gastos fijos mensuales para el mes de abril”, advertía en la comunicación.

“Solo disponíamos de 50.000 pesos. Tuvimos que pedir un préstamo urgente al CCT (Centro Científico Tecnológico) La Plata porque no podíamos pagar la luz”, explicó el investigador. 

Algunos días después, el 20 de marzo, el INIFTA recibió la primera cuota (de cinco) por el mismo monto que su equivalente del año pasado. 

En el instituto platense, el presupuesto para gastos de funcionamiento se usa casi por entero para pagar servicios, higiene y seguridad, que implican un gasto fijo de unos 250.000 pesos por mes.

“Ahora tenemos que cambiar la puerta de un montacargas, que cuesta 50.000 pesos: si pagamos eso, no alcanza para seguridad o limpieza”, afirmó.

Ana Franchi, directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (CEFYBO), de la UBA y el Conicet, tampoco recibió la primera cuota y dijo no tener buenas expectativas.

“La mayoría de nuestros insumos son importados, al igual que los repuestos, así que la devaluación nos ha pegado mucho. Hemos pedido 40% de aumento porque el año pasado el presupuesto no había compensado la inflación. Sin embargo, los rumores indican que va a haber recorte y no hay comunicación oficial al respecto”. 

Tanto Franchi como Kornblihtt remarcaron que, como sus institutos están dentro de edificios de la UBA, tienen la suerte de que el pago de los servicios corra por cuenta de la universidad.

“Creo que el Gobierno está tratando de reducir las partidas del Estado por todos los medios y que eso se revierta va a depender mucho de la reacción de los afectados”, sostuvo Kornblihtt. “Necesitamos un aumento del presupuesto urgente. Pero no para 2019, lo necesitamos ya”, enfatizó Franchi. Requejo se preguntó: “¿Tendremos que apagar los equipos para poder pagar la luz? Es absurdo, no podemos trabajar así”.

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