Inesperados accidentes en el nuevo campus de Apple en el Silicon Valley

La empresa se enfrenta a una posible demanda por parte del estado de California cuya ley contempla estos casos de percances de los empleados
TECNOLOGÍA - 20 de Febrero, 2018

Apple dio por concluida la obra de su nueva sede, levantada sobre terrenos que pertenecieron a HP, en el Silicon Valley californiano, y a la que se considera un hito de la arquitectura e ingenierí­a.

La empresa no tiene planes de abrir al público los espacios de trabajo, a excepción del nuevo centro de visitantes, al que pueden ir compradores, curiosos y fans, tomar un café, comprar recuerdos y algunos de sus aparatos. Bajo invitación, también se puede entrar al Teatro Steve Jobs, donde tendrán lugar reuniones y presentaciones.

El nuevo cuartel general de Apple fue el sueño de su fundador. Su última aparición pública antes de su deceso fue en el ayuntamiento de la localidad californiana de Cupertino para defender la construcción del que desde el pasado dí­a 16 es su sede oficial.

El edificio, cuyo costo supera los 5.000 millones de dólares y fue un encargo del propio Jobs al arquitecto inglés Norman Foster (el creador del Centro Cí­vico, sede del Gobierno porteño, en Parque Patricios), tiene un problema inesperado.

Según informaron Market Watch y Bloomberg, haciendo referencia a empleados que prefieren seguir en el anonimato, son frecuentes los accidentes por chocar contra los cristales del edificio.

Ninguno de los heridos tuvo que ser hospitalizado, pero sí­ recibieron atención médica por cortes de escasa importancia o golpes.

Tras los primeros accidentes, los empleados de Apple empezaron a poner notas "Post-it" para marcar qué cristales ejercen como pared y cuáles son una puerta.

Sin embargo, estas notas temporales duran poco haciendo su cometido; los operarios de limpieza las retiran para mantener la estética ideal del espacio.

Apple se enfrenta a una posible demanda por parte del estado de California cuya ley contempla estos casos: "Los empleados deben estar protegidos ante un posible obstáculo, cristales, barreras o ausencia de marcas sobre los mismos".

Este no es el primer quebradero de cabeza de los cristales de Apple. En 2012 una cliente de 83 años los denunció tras romperse la nariz contar un cristal en una de sus tiendas en New York.

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