El iWatch de Apple preocupa a la industria relojera suiza
Mucha tinta se vertió sobre el iWatch, el reloj inteligente que Apple tiene previsto revelar este martes, y el golpe que podría asestar a la floreciente industria relojera suiza que contribuyó a la reputación y a la riqueza del país helvético.
Un reciente artículo del New York Times, en el que sugiere que Suiza debería preocuparse, suscitó una avalancha de comentarios con motivo de la llegada de uno de los acontecimientos más esperados del gigante californiano.
Ante el secreto que mantiene Apple sobre sus proyectos, los rumores sobre su reloj inteligente no paran de crecer.
En una entrevista publicada la semana pasada en la revista L'Hebdo, Nick Hayek, el patrón de Swatch Group, aseguró que la industria relojera suiza no tiene nada que temer del iWatch.
"Si el único interés por los relojes se limitara a que marca la hora, la industria relojera hace tiempo que habría dejado de existir", declaró.
El patrón del número uno mundial de la relojería dijo que el debate sobre el futuro de los relojes ya surgió con la llegada de los primeros teléfonos móviles.
"El mercado de la relojería no hace más que crecer, sobre todo el de los relojes mecánicos", subrayó.
Los mercados financieros no parecen opinar lo mismo. En julio, un rumor sin fuentes y rápidamente desmentido según el cual Swatch Group colaborará con Apple propulsó el valor de sus acciones. El movimiento se desinfló en cuanto lo desmintió el grupo suizo.
Hayek, que hasta entonces se había mostrado muy reservado sobre los relojes inteligentes, anunció poco después que Swatch estaba trabajando en un modelo equipado con funciones de "fitness", recordando de paso que el grupo dispone de una sólida experiencia sobre componentes electrónicos.
Según Jon Cox, analista de Kepler Cheuvreux, los relojes inteligentes podrían entrar en el terreno de las marcas suizas, como Swatch o algunos modelos de Tissot.
"Pero no veo que esta amenaza de la que algunos hablan sea existencial para la industria en su conjunto", explicó a la AFP.
En un estudio publicado a mediados de abril, Cox descartaba que los relojes inteligentes supongan una amenaza para el sector como lo hicieron los relojes de cuarzo japoneses en los años 1970.
Desde entonces, los fabricantes de relojes suizos se concentraron en el segmento del lujo, recordando que es prácticamente la única joya que llevan los hombres.
En 2013, Suiza exportó unos 28 millones de relojes, que en las tiendas tenían un precio medio de 1.500 dólares por pieza. Sin embargo, el 6% de las piezas, el equivalente de 1,6 millones de relojes, representaron el 65% del valor exportado.
Si se calcula que el valor total es de 50.000 millones de dólares, esto corresponde a un precio medio de 20.000 dólares por reloj, según Cox.
"Si alguien puede permitirse comprar un reloj de 20.000 dólares, suponemos que este mismo consumidor podría adquirir un reloj inteligente además de su smartphone o de su tableta", sostuvo.
No obstante, los fabricantes de relojes suizos van a seguir atentos la reunión de Apple.
"Tenemos que ser vigilantes y anticipar los riesgos de una revolución tecnológica de este tipo", dijo Stéphane Linder, el patrón de Tag Heuer, uno de los buques insignia del grupo del lujo francés LVMH.
Los primeros relojes inteligentes no han logrado imponerse todavía por razones de ergonomía ya que las funciones que propone son más interesantes y más completas en el teléfono móvil que en la muñeca.
Si Apple propusiera funciones útiles para el consumidor, cree que entonces habría que buscar socios tecnológicos para inventar "el reloj de lujo inteligente" en el momento en que la tecnología se estabilice.
Jean-Claude Biver, el patrón de la división relojera de LVMH, que siempre ha considerado los relojes inteligentes como una oportunidad para el sector, anunció a principios de julio que Apple había contratado a Patrick Pruniaux, uno de los directivos reputados de Tag Heuer, una señal más del interés de la firma californiana por el sector de la relojería.