Los adolescentes "abren" la puerta de su intimidad y se exponen con información privada ante los ciberdelincuentes
Muchas familias argentinas eligieron mudarse a barrios cerrados o edificios torres con seguridad privada. Otras pagan a empresas de vigilancia para custodiar sus hogares, blindan las puertas de sus casas, instalan videocámaras o cercos eléctricos.
Sin embargo, no ponen los mismos recursos o esfuerzos para aumentar la seguridad cibernética en sus equipos, ni para concientizar a los miembros de la familia sobre los riesgos que implica publicar información personal en las redes sociales.
De acuerdo a los datos incluidos en un informe divulgado por la filial argentina de Microsoft, el fabricante de software más grande del mundo, los adolescentes “abren” la puerta de sus casas a los delincuentes, tanto a los “reales” como a los “cibernéticos”, al publicar en forma inconsciente sus actividades y, en especial, al dialogar con desconocidos y difundir fotografías de sus viviendas.
En el marco de la séptima semana de la seguridad informática, la compañía dio a conocer los resultados de la encuesta realizada a través del portal MSN y en charlas presenciales en los colegios.
El relevamiento, que fue respondido en la Argentina por 1.200 personas por vía virtual y unas 200 en forma presencial, indica que el riesgo que corren los menores de 17 años “es muy alto”, por “la forma en que usan redes sociales e Internet”.
Por ejemplo, un 30% de los encuestados dijo que comparte información privada, como edad, colegio, e-mail, teléfono, dirección del hogar y nombres de parientes con individuos que no conocen. Un 39% sube fotos personales e, incluso, 4 de cada 10 llegaron a conocer cara a cara a un contacto que era sólo virtual.
La encuesta señaló que aún en 3 de cada 10 hogares no hay pautas claras sobre el uso de Internet y el tipo de información que se puede o conviene publicar.
A esta falta de criterios establecidos se suma que el objetivo principal del 64% de los adolescentes cuando comparten sus datos es que sus amigos los conozcan.
El panorama se agrava porque apenas uno de cada 10 encuestados dijo que lee las políticas de seguridad de los servicios y redes sociales que utiliza, y apenas el 7% revisa las reglas de páginas a las que entrega sus datos personales.
Por el lado de los adultos, el 43% de ellos admitió que está al tanto de alguien que sufrió el “hackeo” de su cuenta o perfil o la difusión de fotos y videos personales sin autorización, y un 7% fue víctima de fraude informático.
Jorge Cella, director de Ciudadanía de Microsoft para la Argentina y Uruguay, destacó otros datos de la encuesta:
- Un 13% de los encuestados no toma ningún recaudo o cuidado respecto a la privacidad de sus datos en línea.
- Apenas un 11% actualiza su software de seguridad.
- Sólo el 17% cambia de manera regular sus claves de acceso.
- Un 18% no comparte información personal ni fotos ni videos.
- Un 67% admitió que no sabe cómo protegerse de los intrusos y los delincuentes cibernéticos.
De acuerdo a los datos de Microsoft, en los últimos años gracias a las políticas de inclusión digital del Gobierno nacional y diferentes provincias y municipios, más de 5 millones de niños y adolescentes tienen computadoras personales.
A esto se suma los diferentes niveles de capacitación tecnológica de los docentes, quienes enfrentan, según Cella, “un desafío enorme, porque están ante 30 nativos digitales”.
“Los chicos saben muchísimo la técnica. Si fuera un auto, ellos saben meter los cambios pero no cómo manejarse en la calle”, ilustró el ejecutivo.
Redes sociales, niños y adolescentesRoxana Morduchowicz, investigadora sobre la cultura juvenil, advirtió que el 80% de los adolescentes está solo cuando navega Internet, y recomendó que los alumnos del ciclo escolar primario no tengan en sus habitaciones dispositivos de comunicación personal, como PC, computadoras portátiles, tabletas, “smartphones” y “Smart TV”.
La especialista explicó las razones por las cuales los jóvenes se exponen en forma virtual. Todos los argentinos entre 13 y 17 años están en una red social, la gran mayoría de ellos en Facebook. Y el 60% de los chicos de entre 11 y 12 tiene un perfil en la red de Mark Zuckerberg, aunque esta empresa sólo permita hacerlo desde los 13 años.
“Comunicarse, ver y ser vistos son las dimensiones más importantes” de Internet para estos adolescentes, que afrontan la etapa de la vida en la que se preguntan quiénes son y cómo los ven los demás".
“Se juegan su propia personalidad”, señaló Morduchowicz. Para ello, los menores publican en sus perfiles diversos datos privados, y si ven que tienen buena recepción, se sienten validados por sus grupos de pares.
Para tener mayor reconocimiento, difunden su nombre y apellido, fotos personales, la escuela donde concurren, su domicilio, e imágenes de la casa donde viven.
¿Por qué se exponen así? “Por la popularidad, que es un valor prioritario ante la privacidad, que es menos importante. Cuentan más de sí mismos para ser más populares. No miden el alcance de sus publicaciones, creen que sólo sus amigos o los amigos de sus amigos ven su perfil. No creen en los riesgos, tienen una sensación de inmunidad”, explicó Morduchowicz.
ConsejosCella compartió los siguientes consejos para aplicar entre los adolescentes:
- No revelar las contraseñas en la escuela o compartirlas con compañeros o amigos, ni tampoco difundirlas en sitios web de juegos o redes sociales.
- Diferenciar los niveles de privacidad en las redes sociales.
- Establecer desde el lado de los padres pautas claras y que se respeten en el uso de Internet en el hogar y fuera de él.
- No mentir con el nombre y la edad, aunque tampoco poner la identidad completa e información personal en los perfiles en redes sociales. Por ejemplo, no sirve un “JuanAlbertoPérez2001”, porque revela el nombre completo y el posible año de nacimiento.
- Plantear los riesgos reales de sufrir un ciberacoso y que pueden acudir a los padres por ayuda en caso de ser víctimas.
- Comunicarse sólo con conocidos de la vida real y nunca encontrarse a solas en el mundo físico con un amigo virtual.
También recomendó para toda la familia respetar estas medidas:
- Crear contraseñas de alto nivel de protección (8 caracteres como mínimo, mezclando mayúsculas y minúsculas, números y símbolos, por ejemplo "argEnt1n*") , y aplicarlas en dispositivos móviles y en cuentas “online”, además de cambiarlas en forma regular, por ejemplo cada tres meses.
- Conectarse en redes seguras. Si se utiliza WiFi públicas -como las que hay en plazas, cafeterías o escuelas-, no realizar transacciones bancarias o comerciales.
- Controlar la reputación en línea, fijándose lo que se publica sobre uno mismo en Internet. El “egosurfing” permite saber si fotos, ideos u otros contenidos privados y comprometedores están en línea.
- Proteger sus círculos sociales, observando qué se comparte o con quién.
- Leer las políticas de seguridad y privacidad de redes sociales y otros servicios web, en especial cuando se anuncian cambios en las configuraciones.
- Mantener actualizado el software de seguridad y no utilizar programas pirateados.