Se redujo en un 40% la mortalidad del cáncer de mama detectado a tiempo
En las últimas tres décadas, la mortalidad por cáncer de mama detectado a tiempo disminuyó un 40%, marcando un hito significativo en la lucha contra una de las principales causas de muerte entre mujeres en todo el mundo. Este logro refleja los avances en la detección precoz, tratamientos más efectivos y una mayor concienciación sobre la importancia de la prevención.
El cáncer de mama es actualmente el tipo de cáncer más común entre las mujeres en 157 de los 185 países estudiados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022. Esta estadística subraya la prevalencia global de la enfermedad, que afecta a millones de mujeres cada año. Sin embargo, también hay buenas noticias. Según la OMS, desde 1980 hasta la fecha, el diagnóstico temprano realizado a través de la medicina preventiva y los chequeos anuales fueron generando una notable reducción del 40% en la mortalidad.
En Argentina, según Instituto Nacional del Cáncer, el cáncer de mama es el de mayor incidencia en mujeres, con una tasa de 73 casos por cada 100.000. Más del 75% de no tienen ningún antecedente familiar de dicha enfermedad y por año este provoca más de 5.800 muertes. Argentina, luego de Uruguay, es el país de América con la tasa de mortalidad más alta por cáncer de mama.
Detección temprana
Por ello, la detección temprana es crucial, y los especialistas destacan la importancia del ecógrafo como una de las mejores herramientas disponibles para este propósito. "Nuestros especialistas saben que el ecógrafo es una de las mejores herramientas que existen – gracias también a la experiencia de los médicos que lo utilizan – para detectar en forma temprana esta enfermedad y proceder al tratamiento", explica Tomás Piqueras, CEO de Centro de Servicios Hospitalarios, la empresa especializada en equipamiento médico.
Un informe realizado por la asociación civil Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (MACMA), que se dedica a acompañar a las mujeres que están atravesando estos tratamientos, revela que en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el 95% de las mujeres acuden a una consulta con su médico ginecólogo al menos una vez al año.
El principal motivo es un chequeo general que incluye también el Papanicolaou y la ecografía tansvaginal, pero un 49% declara que el chequeo mamario es el factor principal de esta visita. Esto sucede tanto en el ámbito de la salud privada como en el de la pública.
En el caso de que las mujeres sean asignadas por su médico ginecólogo como BR3 – hallazgo de nódulos posiblemente benignos – se recomienda un seguimiento a corto plazo que implica una ecografía cada 6 meses en un centro especializado o en un hospital o clínica.
Si bien el autoexamen es sumamente importante, desde MACMA, advierten que es un complemento de los chequeos médicos anuales, "No palpan bultos en el autoexamen, no exime de tener alguna lesión que solo pueda detectarse con estudios por imágenes como ecografías o mamografías", avisan.
Estos chequeos y la tecnología para la salud, que ha avanzado drásticamente en las últimas décadas, genera que hoy la OMS pueda afirmar que "entre 1980 y 2020, la mortalidad por cáncer de mama normalizada por edades se redujo en un 40%".
"Sin dudas, las estrategias para mejorar los resultados relativos a este tipo de cáncer dependen del fortalecimiento sustancial de los sistemas de salud para tener tratamientos eficaces, pero también diagnósticos tempranos. Por eso, en marzo de este año participamos de un tráiler en el conurbano bonaerense que hizo más de 100 ecografías gratuitas en un fin de semana. Además, este mes enviamos a todo el interior del país 50 ecógrafos para la salud pública de lugares muy remotos y que no tenían suficiente equipamiento", explica la ingeniera Biomédica Pamela Juarez, de Centro de Servicios Hospitalarios.
Uno de los pilares fundamentales de esta mejora fue el desarrollo y la implementación de programas de detección temprana, como las mamografías y ecografías. La detección en etapas iniciales permite intervenir antes de que el cáncer se propague, aumentando significativamente las posibilidades de éxito en el tratamiento. Según MACMA, 9 de cada 10 casos detectados a tiempo son curables. Por ello, a quienes tengan más de 40 años y no tengan cobertura médica MACMA les abre la puerta para que soliciten un turno para realizarse una mamografía gratuita.
Además, los tratamientos contra el cáncer de mama fueron experimentados importantes progresos. Terapias dirigidas, como los inhibidores de HER2, y avances en quimioterapia y radioterapia mejoraron las tasas de supervivencia. La medicina personalizada también jugó un papel crucial, permitiendo tratamientos adaptados a las características específicas del tumor y del paciente, mejorando así la eficacia y reduciendo los efectos secundarios.
La concienciación pública fue otro factor clave. Campañas educativas promueven la importancia de los chequeos regulares y del autoexamen, empoderando a las mujeres para que tomen un papel activo en el cuidado de su salud. Organizaciones y fundaciones dedicadas a la lucha contra el cáncer de mama trabajan incansablemente para difundir información y apoyar a las pacientes.
La combinación de estos esfuerzos fue creando un entorno donde el cáncer de mama, cuando es detectado a tiempo, ya no es sinónimo de una sentencia de muerte. La reducción del 40% en la mortalidad es un testimonio del impacto positivo de la colaboración entre la comunidad médica, los investigadores y el público en general.
Este éxito, sin embargo, no debe llevar a la complacencia. La lucha contra el cáncer de mama continúa, y es crucial seguir apoyando la investigación y el acceso a la atención médica de calidad para mantener y mejorar estos logros. La detección temprana, la prevención y los tratamientos innovadores seguirán siendo esenciales para reducir aún más la mortalidad de cáncer de mama y mejorar la calidad de vida de las pacientes. Con la continua dedicación a la investigación, la educación y el acceso a la atención médica, el futuro promete aún más avances en la lucha contra esta enfermedad.