La pos pandemia, una oportunidad para repensar la relación del humano con el mundoambiente
A fines de 2019 la irrupción de la pandemia de COVID-19 revolucionó al mundo. Si bien el estudio de las causas y consecuencias de la emergencia sanitaria aún son materia de análisis, puede afirmarse que es fundamental reflexionar y actuar sobre el vínculo del humano con el mundoambiente.
En este marco, el doctor Rubén Quintana -investigador principal del CONICET, director del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)- detalló que, si se altera el ambiente, estos cambios vuelven contra el ser humano como un boomerang y la pandemia es una advertencia de ello.
Quintana explicó: "Los humanos venimos modificando los paisajes terrestres desde nuestra propia visión en el planeta, y esta transformación se ha profundizado muchísimo en las últimas décadas. No ha sido gratuita para nosotros. Hoy estamos enfrentando una crisis ambiental global como producto de nuestras acciones y el ejemplo es la pandemia".
Según el especialista, la transformación y degradación de los ecosistemas naturales lleva a la pérdida de biodiversidad, por una parte, pero también representan una oportunidad para muchas especies silvestres que encuentran condiciones óptimas para poder desarrollarse en estos nuevos ecosistemas o neoecosistemas".
De esta manera, "para muchos grupos animales, como por ejemplo los murciélagos y los roedores, esta situación resulta propicia porque encuentran condiciones de refugio y fuentes de alimentación", señaló Quiroga durante una entrevista con Horacio Solá para la Fundación Medifé.
La concentración de especies silvestres en estos paisajes lleva a un mayor desarrollo y diversidad de virus que puede haber en ellos, aumentando el riesgo de transmisión de virus por contacto directo con los humanos, por infección con animales domésticos o a través de su orina o de sus heces.
"La evidencia científica indica que las actividades humanas juegan un papel fundamental en la propagación de estas enfermedades. Hay estudios que han demostrado que desde la década del ochenta, que va simultáneamente con el rápido avance de las fronteras agropecuarias y urbanas, se han cuadruplicado los brotes infecciosos procedentes de animales. Algunos ejemplos de esto serían la gripe porcina y aviar, el ébola, el hantavirus, y el dengue, por mencionar algunas", enfatiza el Dr. Quiroga.
Ante ello, y con motivo de la pandemia, exhortó a repensar la relación del humano con el mundoambiente. "Necesitamos mantener a los ecosistemas naturales en un buen nivel de salubridad para lo cual resulta imprescindible el diseño y la aplicación de políticas públicas que apunten al ordenamiento ambiental territorial de las actividades humanas, a cambios en los hábitos de consumo, y en los modos de apropiación de aquello que llamamos naturaleza y al mantenimiento de la integridad de los ecosistemas naturales. Si no empezamos a pensar en esta nueva forma y en cómo incluir nuestras actividades productivas en ese entramado, va a ser muy difícil poder solucionar esta serie de problemas ambientales que nos aquejan dentro de lo que conocemos como esta crisis ambiental global", expresó Quiroga.
Además, reparó en la necesidad de analizar los factores de poder y los grandes intereses económicos, que obstaculizan los avances hacia un cambio cultural realmente profundo. Quiroga expresó que los cambios "los tiene que hacer la propia sociedad".
Con la lupa en América latina, enfatizó Quiroga que la región es hoy nuevamente proveedora de materias primas, alimentos y energía para las economías industrializadas, y "permite a su vez que los países ricos intenten trasladar el costo ambiental de sus industrias más sucias".
Finalmente, alertó por el neoextractivismo y consideró: "Además de los impactos negativos sobre el mundoambiente, se profundizan las desigualdades que hay en la sociedad, razón por la cual se multiplican estos conflictos, donde es común encontrar poblaciones locales, poblaciones campesinas, e indígenas, que se enfrentan día a día a trasnacionales asociadas a los sectores mineros y petroleros, o resistiendo el desplazamiento que impone el avance de las fronteras agropecuarias y forestales".